|exínta éna|

104 17 228
                                    

.
Capítulo sexagésimo primero
¿Y no quieres besarlo?

Yo supe que nada bueno había pasado desde el momento en que vi a Scott volver a subir al piso principal con la cabeza agachada y arrastrando los pies.

Brandon, como por instinto, se puso de pie de inmediato, mirándolo con el ceño fruncido. Estaba enojado ya. Así, sin más.

-Brandon- le susurré, porque realmente parecía querer matar a Scott sin saber qué pasó.

Papá parecía estar alerta, dejó el whiskey en la mesa entre los sofás pero sólo se dedicó a observar de momento.

La verdad, él observando sin más, era mucho más aterrador que él haciendo cualquier otra cosa. Toda una arma letal.

-¿Qué ocurre?- preguntó Sebastian una vez que Scott ya estaba prácticamente frente a nosotros. La verdad, yo estaba nervioso, y ni siquiera sé por qué. Sentía un nudo en el estómago.

-Ella y yo... nosotros...- Scott parecía incapaz de hablar, así como estuvo a punto de sollozar, pero no lo hizo. Solo se le quebró la voz, apretó los puños tanto que por primera vez, vi que se le marcaron las venas por unos segundos. Sus ojos estaban completamente humedecidos, había hecho lo último para no echarse a llorar.

-No volvieron, ¿verdad?- volvió a preguntar papá con una ceja arriba.

Scott era incapaz de alzar la cabeza. Sebastian Stone siempre parecía saber todo.

Bueno, mejor no digo la ironía de esa frase.

-¿Qué te dijo mi hija?- inquirió rápido, como si prefierese las malas noticias una tras otra sin pausa alguna.

-... Ella no fue- habló al fin Scott, pero aún sin voltear a ver nadie. Se rascaba el codo nervioso-. Fui yo. Yo le dije que lo mejor es que nos demos un tiempo.

-¿O sea que no tuviste los huevos para decirle que no quieres nada con ella?- habló Brandon entre dientes, luciendo aún más enojado, cuando creí eso imposible. Dio un paso hacia Scott y yo mejor lo jalé del brazo.

-Sí quiero estar con ella. Lo juro por Dios y mi familia entera si se necesita- prácticamente chilló Scott a Brandon con las manos sobre su pecho, como un niño pequeño que no sabía darse a entender-. Pero es lo mejor para los dos. Y yo...

-¿Entonces veniste especialmente a romperle el corazón?

Y todo pasó muy rápido.

Por un segundo todo fue silencio.
Scott levantó la cabeza con los ojos bien abiertos mirando a Brandon, queriendo articular palabra.

Y Brandon de un momento a otro se lanzó a darle un puñetazo a Scott en la coronilla.
Para el cual, Scott no se movió ni un centímetro, sólo se quedó parado con los ojos cerrados, aceptándolo como si lo mereciera.

Pero papá detuvo a mi hermano a escasos centímetros de lograr su cometido jalándole del codo. Entonces yo agarré a Brandon de los hombros para obligarlo a sentarse otra vez en el sofá, empujándolo. Donde lo seguí deteniendo aún unos instantes.

Sebastian se aclaró la garganta, y miró al roto chico frente a nosotros con suma compasión.

-Es una decisión muy madura- le reconoció-. Ahora más que nunca no dudo de que realmente ames a mi hija y quieras lo mejor para ella. Sé que es duro para ustedes, sobre todo para ti... por tu situación.

-Señor Stone, si hay algo en lo que me parezco a usted, es en que a mí tampoco me gusta que nadie me tenga lástima. De verdad. Yo vine aquí porque quería ver a Ares, y nada más.

Phantasy // COMPLETAWhere stories live. Discover now