|enenínta pénte|

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Capítulo novegésimo quinto
¿Nuestra vida?
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Los días pasaban, y repito, me gustaba mucho en lo que se estaba convirtiendo mi vida.
Jamás había experimentado tanto lo de "cansado, pero feliz".

¿Nuestra vida?

Parecía un remolino de todo lo que ocurría, pero un remolino que iba subiendo. Porque sentía que las cosas mejoraban día tras día aunque nos costara.

Ahora, lo que se había convertido en una escena común en mi casa, ocurría al máximo nivel.

Esther y Geovanni parecían querer arrancarse el cabello sentandos en el comedor, mirando las páginas y las computadoras frente a ellos y luego entre ellos.

Ah, porque eso es otro detalle que no les he contado. Resulta que en nuestra segunda semana en Dawthorne fue cuando la directora se dignó en mandarnos llamar a su oficina.
Se supone que era protocolario cuando tenía alumnos nuevos (que era raro), y la excusa que puso era que tuvo una agenda llenísima durante la primer semana además de que confiaba en que nuestra compañeros nos sabrían orientar.

Dejando eso de lado, era más joven y amable de lo que esperaba. Siempre me la imaginé como una anciana dictadora. Pero no, sí era estricta pero no se pasaba.

Tenía algo así como expedientes de nosotros. Recalcó mil veces el promedio perfecto de Esther que tenía desde siempre, y le sorprendió muchísimo que aún no hubiera aplicado a ninguna universidad. Casi todas estaban por cerrar sus procesos de admisión y la gran mayoría comenzaba a enviar cartas de aceptación.
Otra cosa que dijo más de una vez era que ella junto con Geovanni eran los únicos con promedio perfecto.

Esther solo ponía su sonrisita de "me estoy esforzando, no me estés jodiendo ni presionando", pero la directora tenía razón en recalcarle lo de las universidades. 

Mientras que Ares y yo, bueno, nos preguntó si nos sentíamos cómodos y cómo iba el adaptarnos a una escuela normal. Qué pensábamos de las materias y qué tan complicado veíamos el panorama. Así como si "retirarnos antes de clases por cuestiones laborales" era algo que se estaría repitiendo, cosa que respondimos afirmativamente. No le agradó mucho esa respuesta, pero de forma verbal no lo expresó.

Nos dijo que había una opción que nos ayudaría a los tres. A Esther a dar una mejor impresión con las universidades, y como una especie de protección en caso de que Ares y yo reprobáramos alguna materia, ya fuera por tenernos que estar yendo los viernes o por estúpidos.

Lo último no lo dijo tal cual, pero lo dio a entender.

Dawthorne era un modelo educativo que se vendía como innovador, centrando su objetivo en el bienestar del alumno siempre. Cosa que englobaba que este tuviera mejores oportunidades.

Así que, era bien sabido que las universidades tomaban mucho en cuenta las actividades extracurriculares y que mientras más materias hubieras cursado mejor.
Por lo que todos los clubs, fueran de deporte o de cualquier otra cosa, así como las clases avanzadas las contaban como materias extra que el alumno podía decidir intercambiar con las de bajo promedio, y que en caso de no necesitar eso, te contaba como materias extra que pues, te ayudaban a tener un mejor perfil.

Esther entró a las clases avanzadas de química, biología, física y cálculo integral, Geovanni era el único de nuestro salón que estaba ahí además de ella.
¿Recuerdan cuando les dije que los miércoles el tesoro no estaba muy disponible? Pues es porque tiene esas clases.

La gente común y corriente tiene "asesorías", que es muy aburrido. En teoría teníamos a un profesor asignado al grupo, a su cargo. Y se aprovechaban hasta la hora de salida "normal" para que nos pusiéramos al corriente con otras materias, estudiáramos, resolviéramos dudas o simplemente termináramos otros pendientes.  Se supone que en algún punto del semestre debíamos empezar un proyecto, pero no nos dijeron de qué, solo que era dándole un enfoque desde nuestra especialidad, que eran los negocios.

Phantasy // COMPLETAWhere stories live. Discover now