|ogdónta tessera|

122 13 201
                                    

.
Capítulo octogésimo cuarto
¿Una fiesta destructiva?

La mañana siguiente fue tan triste que ni siquiera la quiero contar.

Fue... duro simplemente dejar atrás a Brandon y su familia.

Aunque claro, la más afectada fue Hannah. Lloró terrible al vernos a mí y a mis hermanas caminar hacia la sala de abordar.

Pero fue su "¡Ayes!" Fue lo que a mí me partió el corazón, y eso que yo no era Ayes.

Ayes, ella estaba muy callada desde la mañana, y cuando escuchó eso simplemente empezó a llorar, pero no quiso voltear. Yo sí lo hice, rápidamente, y Hannah se extendía hacia nosotros entre un llanto desconsolado en los brazos de su niñera.

Porque sí, fuimos testigos en persona de la súper estrategia de Brandon para que los paparazzis y el mundo en general no se dieran cuenta de que tiene una hija, misma que había usado desde que ella nació.

Simplemente, la señora que ni siquiera supe su nombre pero nos saludó muy amablemente (después de decirnos que su hija era nuestra fan y que Ares y yo "voluntariamente" nos ofreciéramos a mandarle saludos), traía a la niña y todas sus cosas, y volaba antes o volaba después que él.
Obviamente, la cuidaba mientras Brandon estaba ocupado. En este caso sería mucho ya que, bueno, mi hermano estaría en su gira mundial.

Así que qué genial ser niñera y viajar por todo el mundo cuidando a una bebé que en realidad no daba mucho problema, ¿no?
Sé que Brandon también le pagaba muy generosamente, así es él y más tratándose de su hija y su privacidad.

Bueno, por otro lado quiero decir que tampoco había entendido la estrategia de Brandon de irnos tan temprano. Pero resulta que hay menos gente así, y menos probabilidades de que nos reconocieran y prácticamente nos detuvieran por más tiempo incluso de lo que duraría nuestro vuelo.
Y preguntarían sobre Esther, claro, y ahí entraría el que no nos habíamos sentado a planear muy bien qué mentira usaríamos como la familia que somos al respecto.

Ya que al parecer ni ella ni mi mamá se irían de nuestra vida.

Quizá nunca me había tomado el tiempo para apreciar lo estratega o lo inteligente que Brandon es.

En fin, ya en el avión, aunque Esther quería ocultar su pánico otra vez, le fue casi imposible.
Y estábamos en avión privado, qué tal si hubiera habido más personas.

Después cada quien estaba en lo suyo con su celular.
Yo con mi novio, Ares quién sabe, y Esther con sus amigos, supongo.

Hasta que Ares intentó sacar su veneno, claro.

En realidad yo no entendía a mi hermana, pero intentar entenderla acabaría conmigo. Y yo sí me quería aunque fuera un poquito.

—No saben la paz que me da llegar y que no esté esa mujer.

Esther se rió:

—Estando solos, ¿se dan cuenta de que vamos a tener que limpiar, cocinar, etcétera?

—No, no, no, no— repuse yo de inmediato—. ¿Y Lupita?

—Mi papá le dio vacaciones hasta que volvieran— dijo Ares como si apenas se diera cuenta—. Putísima madre.

—No hay que pensar negativo— dije aunque no tuviera sentido alguno—. Mejor hay que hacer el cliché de película de cuando los padres no están.

No sé ni de dónde se me ocurrió. Solo lo dije sin pensarlo. 

—¿Una fiesta destructiva?

—Con más razón, habrá que limpiar— rió Esther.

—Cállate, yo me encargo de sobornar a Lupita— le cortó Ares, y después me miró emocionada—. Sí, ¡sí! Desde que fue lo de Drake no nos dejan hacer fiestas en la casa. Antes eran lo máximo.

Phantasy // COMPLETAWhere stories live. Discover now