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𝔜𝔞 𝔟𝔞𝔰𝔱𝔞𝔫𝔱𝔢 𝔱𝔦𝔢𝔪𝔭𝔬 había pasado desde la compra de materiales en el Callejón Diagon. Lucius, Narcissa, ____, y Draco ahora se encontraban en la estación de tren Kings Cross. Ambos adultos fruncían al ceño al tener que pasar cerca de tantos muggles, lo cuales devolvían la mirada al ver a los niños con carretillas llenas de cajas y material.
Los niños, bastante curiosos, revisaron su boleto de nuevo. Decía plataforma "9 3/4" pero al mirar alrededor no encontraron tal cosa. Narcissa, notando la incertidumbre de los niños, les explicó:
-Sólo deben cruzar la pared entre las plataformas 9 y 10, cuando la atraviesen, encontrarán la plataforma 9 3/4.
En efecto, ahí estaba otra familia de magos, pasando rápidamente la pared mientras se despedían de sus padres y los demás muggles no notaban nada, vaya que eran distraídos. Eso le dio un poco más de confianza a ambos niños. Se despidieron de los adultos, un abrazo para Narcissa y Lucius solo les advirtió que se comportaran, y que no se juntaran con muggles y todo ese sermón...
Draco parecía estar de acuerdo con tales instrucciones, ____ no tanto, esperaba encontrar a aquella chica hija de muggles que había conocido en el callejón, pensaba que serían buenas amigas a pesar de las diferencias sanguíneas e irrelevantes.
-Ve tu primero- murmuró Draco, empujando con su hombro el de su prima, todavía no muy seguro de poder atravesar una pared sin golpearse.
-Cobarde- suspiró ____, aunque no podía negar que ella también estaba nerviosa. Corrió hacia la pared, cerrando sus ojos fuertemente al acercarse más y más, sintió que su cuerpo atravesaba algo, pero nada doloroso, solo se le revolvió un poco el estómago. Al sentir que ya era seguro abrir los ojos, los abrió de par en par, observando la dichosa plataforma 9 3/4 en todo su esplendor. Ahí yacía un majestuoso tren negro y rojo, grande y humeante, esperando a que fuera la hora de partir. Miles de niños y jóvenes entraban, peleándose por escoger el mejor asiento, otros no se preocupaban mucho, hablando con sus amigos y riendo.
Se quedó tan embobada viendo la escena, que se le olvidó por completo que aún estaba ahí parada en la entrada, lo que ocasionó que sintiera el choque del carrito de su primo contra su espalda baja.
-¡Ouch!- se quejó ella.
-Te pasa por estorbar- bromeó él con su arrogante sonrisa, caminando como si nada y rápidamente reuniéndose con sus dos amigos Crabbe y Goyle, quienes no le agradaban para nada a ____, por lo que tuvo que resignarse a la soledad, hasta que lograra hacer algún amigo.
De repente, el silbato del tren sonó con prepotencia, anunciado que ya era hora de que todos entraran al tren para poder partir. _____ entró rápidamente, rogándole a Merlín que hubiera aún campo disponible. De milagro logró encontrar una cabina aún vacía, sentándose de inmediato y reclamándola como suya. Tomó su maleta y la puso en la parte de arriba, donde se colocaban las maletas. También, puso la jaula en la que estaba Fígaro, su gatito, a su lado, para que no tuviera tanto miedo por el ruido de la locomotora. Éste, al principio hizo sonidos de protesta, quejándose al claramente no estar muy contento de tener que viajar en tanta incomodidad. En manera malcriada el gato le dio la espalda a su dueña, casi amenazándola con no darle cariño por tenerlo en tan indignantes condiciones.
