𝙲𝚊𝚙í𝚝𝚞𝚕𝚘 𝟼𝟽

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-Cartas preocupantes-
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     𝔏𝔞 𝔪𝔞𝔫𝔰𝔦ó𝔫 𝔐𝔞𝔩𝔣𝔬𝔶 jamás había estado tan tenebrosa

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𝔏𝔞 𝔪𝔞𝔫𝔰𝔦ó𝔫 𝔐𝔞𝔩𝔣𝔬𝔶 jamás había estado tan tenebrosa. Desde el regreso oficial del Señor Oscuro, Lucius andaba más nervioso que nunca, su cabello rubio que siempre había estado pulcro ahora estaba desordenado y con nudos y siempre estaba ansioso. Apenas y le dirigía a _____ la palabra y ya no le gritaba como solía hacerlo. Era un alivio, pero el cambio de actitud resultaba preocupante.

_____ mantenía su cordura gracias a las cartas que mandaba y recibía de su mejor amigo Neville Longbottom, y ahora que estaba segura de sus sentimientos por él, cada vez que leía, aunque fuera la cosa más insignificante, sentía que se derretía.

Pero un día, mientras revisaba el correo con una sonrisa, encontró una carta para ella, pero no era de Neville, y tampoco de Hermione, mucho menos de Harry o Ron. En realidad no tenía firma, por lo que con el ceño fruncido se llevó la carta a su cuarto para leerla en paz.

Ya en su cuarto, sacó la carta amarillenta y un poco maltratada de su sobre, la hoja un poco arrugada y la tinta corrida por todos lados. En una letra muy fea y casi ilegible, obviamente escrita a la carrera y mejor ni hablemos de la ortografía... decía:

_____,
El Señor Oscuro ha vuelto,
Y pronto yo también.

-Bellatrix Lestrange.

Con los ojos muy abiertos y manos temblorosas, ______ dejó caer la carta al suelo. Se alejó de ella como si ésta fuera a atacarla de alguna manera y tropezó con el borde de su cama.

Con respiración entrecortada tomó la carta una vez más. Titubeó, pensó en quemarla, pero de nada serviría... salió de su cuarto y corrió a la habitación de su tía Narcissa, afortunadamente Lucius había salido, así que no tendría que encontrarse con él.

Tocó tres veces en la puerta de madera, era muy alta y tenía muchas decoraciones que estaban labradas a mano.

-¿T-tía Narcissa?- habló, su voz fluctuante y llena de temor.

La puerta se abrió, revelando a la elegante mujer que ojeó a su sobrina con una mirada confundida.

-¿Pasó algo?- cuestionó, notando la inusual actitud de la menor.

-Es que... es que- trató de encontrar palabras, pero falló. Le entregó la carta lentamente a su tía, cuya expresión calmada cambió levemente, casi desapercibida, por una más alarmada.

-No te preocupes por esto- Narcissa guardó la carta en un bolsillo de su vestido -Debe ser una broma de mal gusto.

-Pero...

-Pero nada- insistió la mujer -No pasa nada... ¿Por qué no te vas un día de estos a casa de algún amigo tuyo? Despeja tu mente, te noto muy estresada.

𝔉𝔩𝔬𝔯𝔢𝔰 𝔄𝔪𝔞𝔯𝔦𝔩𝔩𝔞𝔰 ||  𝒩. 𝐿𝑜𝓃𝑔𝒷𝑜𝓉𝓉𝑜𝓂 Where stories live. Discover now