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𝔗𝔬𝔡𝔬𝔰 𝔢𝔰𝔱𝔞𝔟𝔞𝔫 𝔯𝔢𝔲𝔫𝔦𝔡𝔬𝔰 frente a un ropero que se movía frenéticamente de un lado a otro. La incertidumbre hacia a unos acercarse, y a otros más bien alejarse. Las sillas habían sido removidas y ahora todos estaban parados en una media luna frente al mueble que seguía moviéndose con inquietud. En aquella clase todos se veían más unidos que nunca, tal ves era por el miedo, o porque si algo malo pasaba podrían culparse los unos a los otros.
-Escalofriante, ¿no es así?- la amigable voz del profesor Remus Lupin cuestionó a la audiencia. -¿Alguien puede adivinar qué hay adentro?
-Un boggart, señor- respondió Dean Thomas, su voz haciendo un poco de eco ante el vacío de la clase de Defensa Contra las Artes Oscuras.
-Muy bien, señor Thomas- alabó el maestro, quien se paseaba por el aula con una sonrisa en su rostro lleno de cicatrices -¿Y quién puede decirme cómo se ve un boggart?
-Nadie sabe, señor- respondió Hermione -Los boggarts cambian de forma. Adoptan el aspecto del peor miedo de una persona en particular, eso es lo que los hace tan...
-Tan aterradores- concluyó Lupin -Afortunadamente existe un hechizo muy simple para detener a un boggart. Así que practiquemos. Sin varitas, por favor. Ahora repitan... Riddikulus.
-Riddikulus- repitió la clase entera... casi.
-Esta clase es ridícula- se quejó Draco Malfoy, que nunca podía estar contento o satisfecho con nada.
-Muy bien, esa es la parte fácil- continuó Remus. -Verán, el encantamiento por sí sólo no es suficiente, lo que realmente acaba con un boggart es la risa. Deben obligarlo a tomar la forma de algo que en lugar de dar miedo, los divierta.
A decir verdad, a pesar de no tener experiencia como maestro, Remus Lupin era bueno explicando.
-Veamos... Neville ¿me ayudarías?- cuestionó el maestro.
Neville entró en pánico, dirigiendo su mirada a ____ que estaba a su lado. Ella le sonrió, y le dio un pequeño empujón para que se acercara, aunque a él aún temblaba en anticipación.
-Vamos, no seas tímido- insistió Lupin. Sonrió cálidamente cuando Neville se acercó lo suficiente y estuvo justo frente a él. Con confianza metió sus manos a sus bolsillos, tratando de mostrarle a Neville que no tenía porqué estar nervioso -Bien... Neville, ¿qué es lo que más te asusta?
-El p-p.... S-s...- balbuceó Neville, tan bajito que absolutamente nadie escuchó lo que querido decir.
-¿Disculpa?
-El p-profesor Snape- habló de nuevo, esta vez todos lo escucharon, y algunos hasta se rieron.
Era realmente triste, y el hecho de que un muchacho inocente estuviera aterrorizado de un maestro, decía mucho de él como persona.
