𝙲𝚊𝚙í𝚝𝚞𝚕𝚘 𝟷𝟶𝟺

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-Prohibiciones-
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     𝔄𝔮𝔲𝔢𝔩 𝔡í𝔞, al momento de poner pie en la Mansión Malfoy, _____ supo que su vida jamás sería la misma

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𝔄𝔮𝔲𝔢𝔩 𝔡í𝔞, al momento de poner pie en la Mansión Malfoy, _____ supo que su vida jamás sería la misma. Recibió pleitesía, alabanzas y se ganó la confianza del Señor Tenebroso, pero para ella nada de eso tenía valor alguno.

De la cena especial para celebrar los sucesos de aquella noche no comió ni un bocado, más bien se encerró en su cuarto y lloró las lágrimas que creía que ya no tenía. Gritó y se retorció en su cama, ahogándose en su propia amargura. Golpeó su almohada y destrozó las cortinas con sus uñas. Estaba desecha.

Abrazó la fotografía con Neville que tenía escondida bajo el colchón, y recordó que de ahora en adelante lo único que podría abrazar sería esa imagen. Estaba segura de que ahora todos sabían acerca de su traición, sus amigos más queridos, y Neville. Era un hecho que la odiaba, como todos los demás en Hogwarts, pero ella también se odiaba.

Ya no tenía nada, ni nadie, y todo por miedo.

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En otro lado, muy alejado al caos vivido en la Mansión de los Malfoy, un muchacho trataba de aguantarse las lágrimas ante las preguntas incesantes de su abuela.

-Es que... no puedo creerlo- Augusta Longbottom repetía atónita mientras sostenía un periódico en sus manos, y eso que ella nunca leía el periódico. -Esto es... esto es...

La muerte de Dumbledore era ahora un acontecimiento bien conocido, todo el mundo mágico de Londres hasta la China se había enterado, y también se sabía que había sido asesinado.

-Dumbledore muerto... ¿quién haría tal cosa?

Neville mantuvo el silencio y jugó con su tenedor. Una sola lágrima se escapó de su ojo, cayendo en el mantel. Él sabía quien había sido, Harry Potter lo había contado todo a sus amigos, y él había escuchado. Cómo deseaba no haberlo hecho.

Su amada _____, la chica que consideraba ser la más perfecta en la existencia, había sido la causante de una tragedia tal. No lograba entender el porqué, o simplemente no quería entenderlo.

-Neville- escuchó la voz de su abuela devolverlo a la realidad -¿Me estás escuchando?

-Uh... sí, abuela- suspiró.

-Tu sabes algo que yo no sé- adivinó la mayor, activando los nervios de su nieto. -¿Qué es?

-N-no sé de que hablas- titubeó, sus ojos se desviaron hacia todos lados en busca de una respuesta sobre qué lo había delatado.

-Neville Frank Longbottom, eres mi único nieto- comenzó -He vivido contigo desde que naciste, te conozco como nadie más en este mundo. Sé que no estás así sólo por la muerte de Albus, hay algo más, ahora dime ¿qué es lo que me estás ocultando?

𝔉𝔩𝔬𝔯𝔢𝔰 𝔄𝔪𝔞𝔯𝔦𝔩𝔩𝔞𝔰 ||  𝒩. 𝐿𝑜𝓃𝑔𝒷𝑜𝓉𝓉𝑜𝓂 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora