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𝔈𝔯𝔞 𝔢𝔩 𝔪𝔢𝔰 𝔡𝔢 𝔧𝔲𝔩𝔦𝔬, apenas en los últimos días del mes. El verano era candente y el sol parecía incrementar su calor con casa día que pasaba. Por esas fechas ocurría algo muy, muy importante: el cumpleaños de Neville Longbottom. Cumplía el día treinta, pero su mejor amiga _____ Lestrange había preparado su regalo desde finales de junio.
Augusta planeaba hacerle una pequeña reunión a su nieto, por lo que Neville le escribió a su mejor amiga para invitarla. Claramente ella estaba más que contenta de ser considerada para eso y aceptó de inmediato.
Era un día antes de la fiesta, y _____ aún debía encargarse de la parte más difícil: pedir permiso.
Le temblaron las piernas y las manos mientras se acercaba al despacho de su tío. Repasaba el diálogo una y otra vez en su cabeza, tratando de sonar lo suficientemente convincente y no dar ninguna sospecha de adónde iba.
Tomando aire alzó su mano cerrada, golpeando suavemente la puerta del despacho tres veces.
-¿Qué?- la seria y fría voz de Lucius Malfoy respondió del otro lado de la puerta.
-Tío Lucius, soy yo ____- comenzó la adolescente, tratando de que no se le quebrara la voz ante el miedo que sentía de enfadar al mayor -Q-quería hablar contigo de algo.
Pudo escucharse el suspiro molesto del hombre, como rindiéndose ante la petición.
-Entra.- instruyó.
De acuerdo, al menos la había dejado pasar, la primera parte de la misión había funcionado. Aún nerviosa, tomó la manija de la puerta y la torció hacia la derecha, abriendo lentamente y frunciendo el ceño ante el sonido que produjeron las bisagras oxidadas.
-¿Qué es lo que quieres?- cuestionó el mayor, su mirada perdida en el fuego mientras le daba la espalda, y no se molestó ni un momento en ver a su sobrina. Su silueta era tapada por el amplio asiento de cuero, lo único visible de él siendo su pierna cruzada que colgaba del brazo del sillón. Un poco de humo era visible, indicando que fumaba su pipa.
-Yo... yo- titubeó la chica.
-¿Tu, tú qué?
-Quería pedirle permiso para visitar a Pansy Parkinson mañana- dijo en un solo aliento con la valentía que no estaba segura de dónde había salido.
Pansy Parkinson, esa era la mejor excusa que usar para un caso así. Afortunadamente Pansy era lo suficientemente amable como para aceptar ayudarla, a cambio de algo que tuviera que ver con Draco, claro está.
-Pansy Parkinson...- murmuró el mayor -¿Y por qué irías a casa de alguien que no es tu amiga, alguien con quien apenas hablas?
La respiración de _____ se atoró en su garganta, y con ojos muy abiertos trató de enmendar aquello.
