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ℌ𝔞𝔯𝔯𝔶, ℜ𝔬𝔫, ℌ𝔢𝔯𝔪𝔦𝔬𝔫𝔢 y _____ regresaron a la aldea. ____ recordó que debía verse con Neville, y se avergonzó al solo pensar que aún debía estarla esperando. La cerveza de mantequilla que le había comprado ya se había enfriado, pero probablemente aún sabía bien.
Rápidamente se despidió de sus amigos, quienes sólo agitaron la mano mientras ella corría por la nieve, aún cuidadosa de no desparramar la bebida y entrando a Honeydukes.
En efecto, ahí seguía él. Neville Longbottom. Esperando pacientemente sentado en una mesa completamente sólo. Jugaba de manera deprimente con unas varitas de regaliz, de las cuales había comido ya tantas que no le cabía un bocado más. El corazón de _____ se arrugó con culpa, y cabizbaja se acercó a su mejor amigo. Al verla, él alzó la mirada y sonrió dulcemente, no parecía molesto en lo absoluto.
-_____- sonrió, su mirada iluminándose -Pensé que no vendrías.
-Neville... yo- la chica intentó formular una excusa, pero los exquisitos ojos de Neville que la miraban con tanta ternura y amabilidad se lo imposibilitaron -Lo siento, no quise hacerte esperar tanto tiempo.
-No fue nada- Neville expresó con tranquilidad -En realidad no fue tanto tiempo, de todas maneras, Trevor es bueno escuchando.
Neville hizo señal para que ____ se sentara a su lado, tranquilamente diciéndole a su sapo que ahora ese puesto estaba ocupado.
-Te... traje cerveza de mantequilla- murmuró ella, colocando la bebida en la mesa y frente al chico -Creo que ya se enfrió.
-Gracias- suspiró el, notando la actitud de su amiga -No estoy molesto, _____, ya deja de tratarme como si me debieras algo.
Ella bajó la mirada y la centró en lo que sea menos en Neville. Realmente estaba apenada. Si se tratara de alguien de su familia tendría que pedir perdón de rodillas, pero él ni siquiera le reprochaba en lo más mínimo. ¿Acaso era posible que alguien tan bueno existiera? Si, Neville Longbottom era ese alguien.
-Es que yo... No se- una risa nerviosa escapó de los labios de ____ -Pensé estarías realmente molesto.
-No veo el porqué.- murmuró Neville -Ahora por favor, deja esa cara ¿si? Sonríe, estamos en Hogsmeade y tienes una sonrisa demasiado bonita como para estar deprimida.
Neville no podía creer las palabras que estaban saliendo de su boca, y ni siquiera se estaba sonrojando, se sentía en perfecta comodidad al halagarla, aunque aún su estómago se llenó de mariposas cuando ella le hizo caso y le dedicó una sonrisa. Juró que podría morir feliz con solo verla.
-¿Quieres hacer ángeles en la nieve?- cuestionó la adolescente, afortunadamente recuperando su buen humor -En realidad nunca he hecho uno.
-¿Nunca?- rió él con incredulidad, tomando la mano de su amiga y saliendo de la tienda.
Y así pasó el resto de la tarde, ambos adolescentes jugando en la nieve. Hicieron ángeles en la nieve, un muñeco de nieve al que llamaron Frosty y hasta comenzaron una batalla de bolas de nieve a la cual se terminaron uniendo varios estudiantes que nunca habían visto en sus vidas. Incluso cantaron una o dos canciones con el coro navideño, aunque los terminaron sacando porque no podían cantar una sola estrofa sin estallar en risas.
