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ℜ𝔢𝔰𝔲𝔩𝔱𝔞𝔟𝔞 𝔞𝔫𝔤𝔲𝔰𝔱𝔦𝔞𝔫𝔱𝔢 la extraña dificultad e imposibilidad de que Albus Dumbledore recibiera el paquete que era dirigido específicamente a su persona. Era indignante que cada vez alguien más se atreviera a curiosear y saliera lastimado después. Madame Rosmerta también tenía algo de culpa, eso o Draco simplemente no había hecho el conjuro de imperio bien.
Aquella mañana, desabrida y grisácea, _____ Lestrange se levantó con noticias terribles, y no precisamente las que esperaba escuchar.
El vino envenenado de alguna manera había llegado a manos de Horace Slughorn, quien tuvo la intención de compartirlo con Harry Potter y Ron Weasley, éste último había sido envenenado y salvado únicamente por el ingenio de Harry, quien lo obligó a tragarse un poco de bezoar en medio de sus convulsiones.
Era un milagro que siguiera con vida.
Pero ______ no se consolaba en ello. Estaba confundida, su mente daba más y más vueltas, estaba más reservada que nunca y se había distanciado de sus amigos. Una idea, del todo inapropiada, danzó en su mente y la tentó. Era una idea que la había estado persiguiendo desde que su madre le había desgraciado la vida, desde que en su brazo izquierdo cargaba con una promesa de lealtad a un asesino psicótico, desde que se había comprometido a matar a su director -quien no había sido más que amable y consejero- a cambio de su propia cordura.
Ver a Ron Weasley, a Katie Bell en el Gran Comedor era tan reconfortante como desgarrador. Poco a poco se estaba volviendo loca.
Actuando más por inercia que por sentido común, la chica se encaminó en un rumbo perdido entre tantos pasillos que ya se había aprendido gracias a los años en Hogwarts. Una mano en su hombro se posó con brusquedad y la sacó de su distracción. Aturdida, la adolescente se giró rápidamente y pudo calmarse un poco al ver a Snape.
-Lestrange- dijo con su voz de siempre, tenía la capa y las mangas mojadas -Acompáñeme.
-¿Pasó algo?- cuestionó, su mente convenciéndola que tendría que ver con lo de Dumbledore.
-Es mejor que lo vea por su cuenta.
Y una nueva preocupación se sumó a la interminable lista de _____ Lestrange, quien siguió a su profesor hasta que encontró a su primo sentado en el sofá de la sala común de Slytherin con un té en la mano, la taza temblaba en su agarre.
-¿Draco?- murmuró al llegar -¿Qué sucedió?
Pero el rubio no respondió.
-Me temo que el señor Potter ha estado experimentando con hechizos no muy amigables- habló Snape con su monotonía.
-¿Harry te hizo algo?- volvió a preguntar, su rostro pasando de preocupación a enojo.
-Casi me mata- se quejó Draco con una mueca de desagrado -No sé cómo, pero se enteró de lo de Katie Bell.
