𝙲𝚊𝚙í𝚝𝚞𝚕𝚘 𝟾𝟿

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-Celos-
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     𝔏𝔬𝔰 𝔞𝔩𝔲𝔪𝔫𝔬𝔰 𝔡𝔢 ℌ𝔬𝔤𝔴𝔞𝔯𝔱𝔰 disfrutaban de un gran festín

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𝔏𝔬𝔰 𝔞𝔩𝔲𝔪𝔫𝔬𝔰 𝔡𝔢 ℌ𝔬𝔤𝔴𝔞𝔯𝔱𝔰 disfrutaban de un gran festín. El castillo siempre alcanzaba la excelencia cuando se trataba de la comida, y no había ni un solo platillo imaginable que no estuviera puesto en la mesa.

Pasó la comida y de repente había llegado el postre. Todo tipo de ellos. Pasteles, donas, flan, tiramisú, pie de manzana y calabaza, helados, gelatina, mousse de chocolate, cheesecake de fresa y demás, todo en cantidad suficiente para dar un coma diabético a cualquiera que se atreviera a siquiera comer una cucharada de cada cosa.

Pero había alguien que simplemente no podía disfrutar de tantas esplendideces: Hermione Granger. Apenas y movía su cuchara en su plato con helado al estar preocupada porque Harry no había aparecido en toda la cena.

-¿____, tú viste a Harry salir del tren?- cuestionó con el ceño fruncido.

-No, Mione, pensé que estaba con ustedes- se excusó _____, contagiándose de la preocupación.

De repente, Hermione le lanzó una mirada fulminante a Ron Weasley, quien a su lado, disfrutaba alegremente de un poco de gelatina con helado y no estaba involucrado en la conversación. Rodando los ojos, Hermione tomó un libro y golpeó a Ron en el hombro con él repetidamente.

-¿¡Será que puedes parar de comer!? ¡Tu mejor amigo no aparece!- exhortó.

-¡Date vuelta, lunática!

Y ahí venía él, Harry Potter, con la nariz cubierta de sangre y los lentes rotos.

-Está cubierto de sangre- suspiró Ginny -¿Por qué siempre está cubierto de sangre?

-Y parece que esta vez es su propia sangre- comentó Ron, ignorando nuevamente la mirada de Hermione. Harry se sentó a la mesa, esperando que sus amigos no le hicieran preguntas.

-¿Dónde has estado?- cuestionó Granger -¿Qué le pasó a tu rostro?

-Les cuento después- comentó Harry.

-¡Harry tu nariz!- susurró _____, tomando las mejillas de Potter y obligándolo a mirarla. -¡Y tus lentes están destrozados!

-No me había dado cuenta, ____.

-No seas sarcástico conmigo, Harry James Potter- ella tomó su varita y la dirigió a los lentes de Harry -Occulus Reparo.

Mágicamente los lentes de Harry se restauraron y quedaron como nuevos, el vidrio en ellos se regeneró e incluso ya no habían manchas de sangre. Las patillas ya no estaban torcidas y se acomodaron a sus orejas como estaban destinadas a hacerlo.

-Gracias- suspiró el de la cicatriz.

Luego, ______ tomó una servilleta y tomó unos cubos de hielo que había en una bandeja en la mesa, los envolvió y lo comenzó a pasar delicadamente por la nariz de su amigo, inadvertida de las malas miradas que Ginny Weasley le dedicaba.

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