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ℌ𝔞𝔯𝔯𝔶 𝔓𝔬𝔱𝔱𝔢𝔯 𝔫𝔬 𝔢𝔯𝔞 alguien que basara su vida en sueños, pero ya no podía negar por más tiempo algo que lo inquietaba. Desde inicio de año había tenido un sueño repetitivo, estaba Voldemort y Peter Pettigrew, también un hombre joven el cual apenas descubría quien era, Barty Crouch Junior.
No sabía a quien más acudir que a su amiga ____, quien siempre tenía sueños extraños que de alguna forma u otra no se alejaban mucho de la realidad. No quería ir con Trelawney, tenía desconfianza en sus extraños métodos y palabras inciertas.
-Creo que algo está ocurriendo, _____, este sueño ya no es normal- contaba, susurrando e inclinando su cuerpo hacia su amiga para que sólo ella escuchara.
-Sé como te sientes, Harry, me pasa seguido, aunque ustedes usualmente no me creen cuando se los digo- replicó Lestrange.
-Lo siento, _____, pero en serio necesito tu ayuda- insistió el de lentes.
-Oh, Harry- suspiró la chica, ni ella sabía cómo ayudar -Si tan solo supiera... usualmente mis sueños vienen sin aviso ni interpretación alguna, no puedo hacer nada para cambiar lo que me dicen que ocurrirá, sólo puedo esperar y ver que pase.
-¡No quiero esperar más! Me volveré loco...
-Sólo ten paciencia, Harry. De todas formas, ya sea para bien o para mal, no puedes cambiar el futuro si ya te fue avisado- continuó -Lo que puedo decirte es que... creo que regresará... quién-tú-sabes...
-¿A qué te refieres?
-En mi sueño alguien me decía que había vuelto, y para ello se llevaba la vida de alguien... por favor Harry, prométeme que en esta tercera y última tarea serás cuidadoso en todo, no importa si no ganas, importa que salgas con vida. Lo último que quiero es que el sueño se cumpla y tú seas el muerto, aunque claro que no quisiera que nadie muriera.
Tal conversación no ayudó en lo absoluto a calmar los nervios de Harry, sólo los alteró más. Al menos ahora tenía un diagnóstico de lo que ocurriría, y no le gustaba en lo absoluto. Se decidió a que simplemente no creer en tal cosa lo salvaría de tan ruin destino.
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Música alegre y festiva salía de las trompetas, trombones y clarinetes de la banda de Hogwarts. Todos los estudiantes y demás personal, cada quien sosteniendo banderas y pancartas y carteles, estaban reunidos en unas bancas de madera, esperando frente a un laberinto que Dumbledore había preparado para la última tarea del Torneo de los Tres Magos.
De una entrada en las bacas, salieron los campeones. Primero el padre de Cedric, orgullosamente extendiendo sus brazos y celebrando a su hijo, quien sonreía con gratitud. Luego salió Igor Kárkarov junto a Krum, dándole saludos modestos al público. Después vino Fleur, acompañada de Madame Maxime. Por último, salió Harry con Dumbledore, más nervioso que nunca.
