𝙲𝚊𝚙í𝚝𝚞𝚕𝚘 𝟿

256 26 0
                                    

-𝐄𝐥 𝐞𝐬𝐩𝐞𝐣𝐨 𝐝𝐞 𝐥𝐨𝐬 𝐝𝐞𝐬𝐞𝐨𝐬-
🪴🪴🪴

     ℜ𝔬𝔫𝔮𝔲𝔦𝔡𝔬𝔰 eran lo único que se escuchaba esa noche en la sala común de Gryffindor, ronquidos tan fuertes que solo alguien con el sueño increíblemente pesado podría soportar

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

ℜ𝔬𝔫𝔮𝔲𝔦𝔡𝔬𝔰 eran lo único que se escuchaba esa noche en la sala común de Gryffindor, ronquidos tan fuertes que solo alguien con el sueño increíblemente pesado podría soportar. Tales ronquidos pertenecían a un niño pelirrojo y glotón llamado Ron Weasley.

Por el otro lado, una niña de la misma edad estaba acostada en el sillón principal con dos almohadas, una en cada lado de la cabeza. Había sido invitada por sus amigos Harry y Ron a pasar la noche en la sala común de ellos, ya que era navidad, además ella se sentía muy sola siendo la única Hufflepuff en su propia sala.

Cuando aceptó tener una pijamada con ellos nunca imaginó que la parte de dormir sería tan tortuosa. La pequeña se resignó a que simplemente no podría dormir esa noche, por lo que se quedó sentada en el sofá, mirando las llamas del fuego danzar de un lado para otro con su iluminada elegancia y peligrosidad, mientras juraba que nunca más aceptaría una pijamada con Ron Weasley a menos de tener una poción para dormir.

Harry había salido hace rato, diciendo que iría a investigar a la biblioteca sobre Nicholas Flamel, y a pesar de que ella se ofreció a ir y ayudar, Harry le pidió que se quedase ya que "podría ser muy peligroso si los encontraban a ambos".

De repente el famoso niño se hizo presente en la sala, se le veía agitado aunque emocionado a la vez.

-¡Ron, _____, tienen que ver esto!- anunció, quitándose la capa y respirando exhausto.

-¿Qué?- murmuró Ron aún dormido -Yo no fui- balbuceaba, arrastrando las palabras como lo haría alguien borracho -Lo juro...

-¡Ron vamos! ¡Realmente tienes que verlo!- exclamó Harry, acercándose a la forma durmiente del pelirrojo y arrancándole las cobijas de encima. -Vamos, levántate.

-¿Por qué?- murmuró Ron adormecido.

-Solo debes venir a verlo, ¡Vamos!- dijo, tomando al mano de su amigo y de _____ para guiarlos a ver lo que tan emocionado lo tenía.

Ayudados con la capa de invisibilidad, Harry guió a sus amigos por los pasadizos de Hogwarts iluminados únicamente por la luz de la luna, hasta que llegaron a un cuarto que de no ser por un espejo grande apoyado en una esquina, estaría completamente vacío.

-¡Son mis padres!- exclamó Harry, acercando a sus amigos al espejo -¡Véanlos!

-Sólo nos veo a nosotros.

-Vamos, uno a la vez- sugirió el de lentes -Ron, tú primero, párate ahí.

Ron le obedeció, parándose más cerca al espejo y acercado sus ojos.

-Ahí, ¿Los ves cierto? Ese es...- comenzó Harry, pero fue interrumpido rápidamente por un Ron asombrado.

-¡Soy yo!- exclamó el pelirrojo -¡Soy prefecto! ¡Y estoy sosteniendo la copa de Quidditch, además soy capitán! Me veo bien.

-No puede ser- murmuró Harry -A ver, _____, ven y fíjate y dinos lo que ves.

La chica reemplazó el lugar de Ronald frente al espejo, entrecerrando los ojos tratando de descifrar qué debía ver con exactitud.

Una imagen comenzó a hacerse presente frente a ella, una muy placentera que le sacó una sonrisa.

-Me veo a mi misma, ya estoy mayor- comenzó -Estoy sentada bajo un árbol... y estoy viendo un álbum de fotos- explicó, riendo alegre ante las fotos que el álbum contenía -Hay fotos de mi en todas partes del mundo. Una en Francia, otra en Japón... ¡Estoy en Egipto! ¡Vaya, esto es asombroso!

-No lo entiendo...

-¿Crees que este espejo muestre el futuro?- preguntó Ron, también confundido por la actitud de Harry.

-Eso no es posible- suspiró Harry, toda su alegría desvanecida en decepción -Yo vi a mis padres, y ambos están muertos.

La habitación cayó en un silencio incómodo que ni un grillo se atrevería a romper, por lo que decidieron los tres de manera callada que era mejor irse a dormir, aunque Harry se quedaría esa y muchas otras noches admirando el espejo, reflejando el anhelo de sus padres fallecidos.

𝔉𝔩𝔬𝔯𝔢𝔰 𝔄𝔪𝔞𝔯𝔦𝔩𝔩𝔞𝔰 ||  𝒩. 𝐿𝑜𝓃𝑔𝒷𝑜𝓉𝓉𝑜𝓂 Where stories live. Discover now