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______ 𝔬𝔧𝔢ó 𝔢𝔩 𝔱𝔯𝔢𝔫 𝔡𝔢 ℌ𝔬𝔤𝔴𝔞𝔯𝔱𝔰 con melancolía. Había extrañado su imponente presencia, el sonido de su maquinaria en constante movimiento, el olor a vapor combinado con los dulces del carrito de la señora que los vendía. Todo le había hecho mucha falta en sus vacaciones que no había podido disfrutar.
-Es mejor que te sientes con nosotros esta vez- Draco murmuró a su lado con seriedad, quien a diferencia de _____, observaba la escena con disgusto -No es bueno que te arriesgues a juntarte con tus... amiguitos.
-Mejor no- suspiró ella -De todos modos, recuerda que es todo... parte de la misión.
-¿Sentarte con esos perdedores es parte de la misión?
-Yo tengo que hacer algo que a ti no te toca, fingir normalidad- ____ rodó los ojos, caminando junto al rubio entre la multitud y jalando su maleta -Tengo que convencer a Harry de que todo está bien.
-Ugh, preferiría morir antes que pasar tiempo con Potter- refunfuñó Malfoy en un suspiro -Bien, haz lo que quieras, si te arrepientes ya sabes dónde nos sentaremos.
Sin decir más, se fue, desvaneciéndose entre los miles de estudiantes que pasaban frente a la chica en todo momento.
Suspirando, _____ también comenzó a caminar hacia la entrada del tren para buscarse un asiento, lo que más anhelaba en esos momentos era poder recostarse y dormir durante todo el viaje, estaba muy cansada.
Al caminar por el pasillo, encontró un compartimento vacío al cual entró sin vacilar. Mientras colocaba su maleta en la parte de arriba y sacaba un poco de comida para darle a Fígaro, la distrajo algo que tocó su hombro con timidez repetidamente.
Dándose la vuelta, lo vio a él sonriente y feliz. Casi inmediatamente ella se lanzó a sus brazos y abrazó su torso, le había hecho tanta falta abrazarlo. Estaba tan alto, tan atractivo, tan tierno y dulce como siempre. _____ no tenía dudas de que Neville Longbottom era simplemente el chico perfecto.
-Ay, Neville, te he extrañado tanto- ella murmuró en su hombro, sintiendo que lloraría. En aquellos tiempos de angustia lo único que había deseado era estar cerca de Neville, y ahora lo tenía.
-Yo también, ____- rió el muchacho con nerviosismo. Luego, ayudó a _____ a terminar de guardar sus cosas y guardó las suyas propias, sentándose frente a su amiga para hablar de lo que había pasado en el verano. -¿Y cómo estuvo tu verano? Te escribí varias veces pero no me respondiste, debo admitir que me preocupé ¿está todo bien?
-Ah... yo...- en ese momento _____ sintió la desesperación por encontrar una excusa convincente. La verdad era que Voldemort ya no quería que llegaran cartas a la casa porque lo creía riesgoso, entonces Bellatrix se había encargado de matar al búho y esconder el papel. Toda la correspondencia que llegara sería inmediatamente quemada, afortunadamente Bellatrix no revisaba quién mandaba las cartas -Es que... se murió mi búho.
-Oh, lástima- Neville cayó en el engaño. Pero no era ingenuo, había algo extraño en _____, algo en su sonrisa. Además de eso tenía unas ojeras como si no hubiera conciliado el sueño en semanas, tenía los ojos rojos y los párpados caídos -Tienes unas ojeras terribles ¿segura que todo está bien?
-Sí, todo bien- fingió una risa -Sólo que ayer me acosté algo tarde, ya sabes, los nervios de volver y todo eso. ¿Cómo lo pasaste tú?
-Estuvo bien- balbuceó Neville -Encontré una nueva planta, mira- Neville pasó a sentarse al lado de su amiga y sacó un cuaderno de su mochila, en donde estaba un dibujo algo descuidado y confuso de lo que _____ supuso que era la planta, pero no lo cuestionó al no querer ofender las cualidades artísticas de Neville. El dibujo traía el nombre de la planta sobre él: "Mortem Iaculis" y varias caritas felices dibujadas alrededor, acompañadas de calaveras con flechas hacia las hojas -No tengo mucha información sobre ella, pero sé que si se ingieren las hojas es capaz de matar a alguien si no recibe ayuda médica en menos de veinte minutos.
-¿De verdad?- cuestionó ____ con interés.
-Si, me parece que hay una en los invernaderos de Hogwarts, podemos ir a verla... si quieres claro- sugirió Neville, aunque le dio pena en la última parte por lo que se ruborizó un poco.
-Me encantaría- suspiró la chica, reposando su cabeza en el hombro del muchacho con contentamiento e inadvertidamente lanzándose a los brazos de Morfeo, y no despertó más por el resto del camino. Con él se sentía segura, y su cuerpo recibió al fin el descanso que no había obtenido en vacaciones.
