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_____ 𝔏𝔢𝔰𝔱𝔯𝔞𝔫𝔤𝔢 llegó a la Mansión Malfoy aquel día para encontrarse con la peor sorpresa de todas. Ella y Draco caminaron por el camino de piedras y subieron los escalones que llevaban a la puerta principal. Narcissa Malfoy los recibió con una sonrisa modesta, aunque dicha sonrisa escondía algo más allá, y no era precisamente la angustia de que su esposo había sido sentenciado a Azkaban.
-Draco, _____, me gustaría que conocieran a alguien- anunció Narcissa, primero dejando pasar a los jóvenes.
-¿Ya llegó?- se escuchó una irritante voz, demasiado llena de emoción pero no del buen tipo. ______ reconoció la voz de inmediato y se le hundió el corazón.
-Si, Bella, ya están aquí- suspiró Narcissa.
El sonido apresurado de tacones en el suelo de la mansión se acercó al par de adolescentes, quienes compartieron una mirada tan atribulada como agotada.
_____ de repente se vio envuelta en los frenéticos brazos de Bellatrix Lestrange, quien reía a carcajadas de manera lunática.
-Oh, ____, por fin nos vemos- decía entre respiraciones entrecortadas -¡Lástima que la primera impresión en el Departamento de Misterios haya sido tan interrumpida por Potter y sus inmundos amigos! ¿Y tú que hacías con esos traidores, ahora que lo menciono?
-Ya Bella, no la abrumes tanto, acaba de llegar.
-¿Es ella a quien querías que conociéramos?- Draco le cuestionó a su madre, una mueca disgustada en su rostro.
-No, es a alguien más... sólo voy a necesitar que se comporten ¿si?- instruyó la mayor, dejando aún más confundidos a los dos adolescentes.
-¡Oh, si! ¡Oh, si!- repitió Bellatrix con desenfreno, tomando la mano de su hija y jalándola hasta llegar a la sala de estar. Draco y Narcissa las siguieron con más calma, e inclusive cautela -¡Debes conocerlo!
Al llegar a la sala, que se veía más oscura y opaca de lo normal aún con el sol entrando por los ventanales góticos de la mansión, la silueta de un hombre les daba la espalda.
De repente aquella figura se volteó, revelando sus ojos de reptil sin un rastro de vida, o al menos de un alma. Su pálida tez, extremadamente delgada complexión, nariz inexistente y torcida sonrisa sólo podían pertenecer a alguien: Lord Voldemort.
_____ se paralizó del miedo, con los ojos muy abiertos observando al hombre frente a ella. Draco también se veía visiblemente incómodo y aterrorizado, pues su primer instinto fue refugiarse tras Narcissa.
-Mi señor- se acercó Bellatrix al Señor Tenebroso, incluso se arrodilló frente a él y obligó a _____ a acercarse aún más. Al notar la extraña reacción de la menor le lanzó una mirada intimidante -Saluda, mocosa, no seas irrespetuosa.
