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𝔄𝔩 𝔯𝔬𝔪𝔭𝔢𝔯 𝔢𝔩 𝔞𝔩𝔟𝔞 del día siguiente, Neville Longbottom se levantó con un solo propósito. Lo había arruinado todo y lo sabía, por lo que de madrugada se fue a buscar a ______ Lestrange, sin idea alguna de dónde encontrarla. No le interesó meterse en problemas por faltar a clases, de todas maneras ya no se aprendía nada en ellas. Estaba desesperado, y vagaba por los pasillos como alma sin descanso hasta que se encontró con el nuevo director Severus Snape, era de las pocas veces que se le veía fuera de su despacho.
-Profesor Snape- habló Neville, interrumpiendo al mayor que caminaba rápidamente. Neville sintió miedo de repente, siempre había estado aterrado de Snape, pero esto era mucho más importante que su miedo -Profesor.
-Longbottom- Snape levantó una ceja.
-Profesor, por favor- comenzó sin aliento -Necesito que me diga dónde está _____.
-Usted debería estar en clases- murmuró el mayor -Váyase ya.
-¡Señor, por favor!- suplicó el muchacho -Es urgente.
-¿Y usted por qué supone que yo conozco el paradero de esa niña?
-Yo...
-Y si así fuera ¿por qué debería decírselo a usted?
-Porque necesito hablar con ella, sé que usted lo sabe.
Severus rodó los ojos e hizo una mueca de desagrado. Claro que sabía, e incluso _____ le había dejado una carta, pero no quería lidiar con adolescentes y sus problemas amorosos.
-Si es tan necesario saberlo, la señorita Lestrange ya no está en Hogwarts, se ha ido.- comenzó de mala gana -Decirle más sería confiar demasiado en su torpeza e inquieta lengua, en menos de lo esperado todo Hogwarts se enteraría, pero sí le dejó una carta.
-U-Una carta- Neville miró a su maestro con mirada suplicante.
Snape sacó del bolsillo de su túnica un pequeño sobre, el cual entregó rápidamente y sin apartar su mirada fulminante del muchacho.
-Ahí está todo lo que usted necesita, ahora váyase.
Neville se quedó solo en aquel pasillo, con los hombros hacia adelante y la mirada adherida al papel entre sus manos. Sus dedos titubearon al abrir el sobre, quitando el sello y sacando delicadamente la carta. Tragó fuertemente su propia saliva y en su mente comenzó a leer.
Neville, Si estás leyendo esto es porque ya me he ido. Lo he estado meditando y he llegado a la conclusión de que tienes razón, soy una asesina y he cometido muchos errores que no tienen justificación. Pero ya no te preocupes por eso, pues trataré de enmendarlo como me sea posible. Considero menester decirte esto con el único propósito de que no te sientas responsable por lo que sea que ha de sucederme mientras me embarco a mi muy probable y terrible destino. Te pido que no te preocupes por mí, y que si por algún motivo llegas a hacerlo, recuerda que estaré tratando de remediar todo lo que he hecho y a quienes he herido. Una vez más te pido disculpas, yo no pedí nacer siendo destinada a servirle al Señor Oscuro por el resto de mis días, pero no todo puede ser como hubiésemos querido. Verás que todo mejorará eventualmente, te lo prometo.
