𝙲𝚊𝚙í𝚝𝚞𝚕𝚘 𝟻𝟿

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-Chismes y dragones-
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     𝔈𝔩 𝔱𝔢𝔯𝔯𝔦𝔟𝔩𝔢 𝔡í𝔞 de la primera misión del Torneo de los Tres Magos finalmente llegó

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𝔈𝔩 𝔱𝔢𝔯𝔯𝔦𝔟𝔩𝔢 𝔡í𝔞 de la primera misión del Torneo de los Tres Magos finalmente llegó. La suerte de Harry se puso en su contra, obligándolo a competir sin ninguna excepción de las reglas.

Aquel día, estando tan o aún más nerviosa que el propio Harry, _____ se acercó a la tienda del muchacho, demasiado nerviosa como para entrar, pues ahí estaban los demás campeones y le daba vergüenza el saber que ellos habían visto el espectáculo de la última vez.

-Pst- comenzó, su mano apoyada ligeramente en la tela de la carpa -Harry.

-¿____?- se escuchó la voz de Harry.

-Si, ¿esperabas a alguien más?- intento bromear, pero Harry estaba demasiado asustado como para hacer el intento de reír.

-No, Hermione vino un poco más temprano, me dijo que me concentrara- susurró Harry.

-Ah...- suspiró ella -Harry...

-Dime.

-En caso de que algo malo te pase ¿puedo abrazarte una última vez?- su voz se escuchaba temblorosa, quebrándose con el sólo pensamiento de que él muriera. -Tuve un sueño... no importa...

-Vaya consuelo, ____- respondió Harry, tomando la tela de la tienda y dejando a ____ pasar, quien lo abrazó lentamente. Él le devolvió el abrazo, reposando su mentón en la cabeza de ella.

-Tu puedes hacerlo- murmuró ella -Sólo tienes que... tratar de...

-Luchar contra un dragón, nada del otro mundo- dijo el de lentes con sarcasmo, aún abrazando a su amiga, encontrando consuelo en ello.

-No puede ser tan malo... Hagrid tuvo uno de mascota, el hermano de Ron trabaja con ellos... tienen que ser al menos un poquito amigables.- intentó decir dulcemente para minimizar el hecho de tener que estar frente a un dragón -Detrás de todas esas escamas y amenazante apariencia debe haber un corazón... creo.

En realidad no sabía, y la duda comenzó a comerle la mente, no sabía nada acerca de la anatomía de un dragón ¿Tenían corazón acaso?

El sonido de una cámara y una luz cegadora los aturdió y obligó a quebrar el abrazo.

-¡Ay, el amor joven!- la voz de una mujer rubia, vestida de manera excéntrica se acercó a ellos, siendo seguida por un hombre que sostenía una cámara. Rita Skeeter, escritora de El Profeta. -Qué... emocionante...

Una pluma flotante anotó lo que decía en un cuaderno que también levitaba.

Harry y _____ compartieron miradas, una mueca en sus rostros. Pensar en una relación de ese tipo entre ellos era desagradable por la simple idea de que eran como hermanos.

-Si las cosas salen de manera... desafortunada el día de hoy- comenzó la mujer, muy satisfecha de su reporte lleno de mentiras -Podrían incluso llegar a estar en la portada.

-Usted no es bienvenida aquí- una nueva voz se unió, una bastante fuerte y con un acento muy pronunciado y marcado, pero no carecía de amabilidad -Esta tienda es solo para los campeones y amigos.

Rita miró a Viktor Krum de arriba abajo, una inapropiada e incluso lujuriosa sonrisa en sus labios cubiertos de labial rojo.

-No importa- dijo con un intento de voz seductora -Obtuvimos lo que queríamos.

Y se fue, meneando exageradamente sus caderas.

-Yo mejor me voy- suspiró ____ -Suerte, Harry, por favor no mueras.

-Uh... gracias.

-Y suerte, para ustedes también- rió nerviosa, consciente de las miradas de Cedric, Viktor y Fleur. Todos le sonrieron en agradecimiento. Intentó ser amistosa -Oui, mademoiselle... uh- era lo único que sabía en francés y en búlgaro no sabía ni decir "hola" así que se resignó a hablar en su idioma -Señor Krum, Cedric- sonrió y se fue apenada de aquella tienda.

-¿Estás bien?- cuestionó Neville cuando ella llegó y se sentó a su lado -Te ves... molesta.

-Hazme un favor- dijo sin mirarlo, el rostro ruborizado por la vergüenza -No leas el periódico.

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_____ se encontraba sentada junto a Neville, observando con un semblante angustiado todo lo que ocurría mientras se aferraba al brazo del chico, que estaba igual de nervioso.

Era el turno de Harry, quien apenas salía de su recinto para observar sus alrededores con confusión. La multitud aclamaba su nombre, algunos como burla y otros estaban con el corazón en la garganta.

Por unos segundos reinó el silencio en el estadio y la plataforma de piedra en la que Harry permanecía inmóvil. Al mirar el huevo dorado y no ver ningún dragón cerca, comenzó a acercarse con prontitud, logrando ser casi aplastado por la cola del dragón que estaba forrada en picos. El monstruo lo miró y le lanzó fuego. Era muchísimo más grande y feo que los anteriores, era gris, tenía picos en todo su cuerpo y estaba todavía más enojado que los otros dragones, si eso era posible.

-Ay, Merlín- _____ escondió su rostro en el hombro de Neville -Me voy a desmayar.

Neville la rodeó con su brazo, atrayéndola a su torso.

-Neville, ¿trajiste agua? Dime que lo hiciste porque no creo sobrevivir.

Neville sonrió, orgulloso de sí mismo. Claro que había traído agua, había traído tres botellas de agua fría pero sin hielo con tres rodajas de limón cada una. _____ se sonrojó al ver tal detalle, pero estaba muy ocupada preocupándose por Harry como para emocionarse por eso. Comenzó a tomarse el agua, el estar tan nerviosa sólo hizo que se terminara la primera botella en unos dos minutos.

Harry comenzó a huir del dragón, escudándose con las rocas cuando éste escupía su fuego que prometía sufrimiento.

-¡Tu varita, Harry!- le gritó Hermione desde las bancas.

Harry pareció escucharla, pues se vio el movimiento de su varita y como musitaba un hechizo, pero aún nada ocurría, siguió huyendo de los ataques del dragón.

Ahora era Neville el que apartaba la vista, cubriendo sus ojos con sus manos enguantadas.

Todos celebraron cuando llegó la escoba de Harry y el se fue volando, todo parecía estar salvado pues el dragón estaba atado con cadenas. ¿Qué podría pasar?

El dragón, en sus intentos incansables de derrotar a Harry, lo persiguió y por la fuerza rompió la cadena que lo privaba de libertad, y ahora se perseguían el uno al otro en el aire; era diez veces peor que con aquella criatura atada.

Desaparecieron ambos de vista, el público quedó en una incertidumbre terrible y algunos ya lloraban la muerte de Harry. Solo se escuchaban los rugidos del dragón, la niebla imposibilitaba aún más el intentar ver lo que ocurría. De repente hubo silencio.

-¿Se murió?

-No lo sé.

-Oh, por Dios- _____ dijo, sus ojos cristalizándose mientras se acurrucaba en los brazos de Neville, quien entrecerraba los ojos hacia el castillo para lograr ver algo.

Luego el milagro ocurrió, Harry llegó en su escoba. Todos gritaron y saltaron en júbilo y agradecimiento, Hermione gritaba como nunca lo había hecho. Luego Harry tomó el huevo dorado, había ganado.

Neville y _____ también se alegraron y celebraron aún abrazados, saltando levemente en las bancas con grandes sonrisas plasmadas en sus jóvenes rostros.

𝔉𝔩𝔬𝔯𝔢𝔰 𝔄𝔪𝔞𝔯𝔦𝔩𝔩𝔞𝔰 ||  𝒩. 𝐿𝑜𝓃𝑔𝒷𝑜𝓉𝓉𝑜𝓂 Where stories live. Discover now