𝙲𝚊𝚙í𝚝𝚞𝚕𝚘 𝟸𝟽

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-𝐄𝐥 𝐧𝐮𝐞𝐯𝐨 𝐚𝐭𝐚𝐪𝐮𝐞-
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     𝔏𝔩𝔢𝔤ó 𝔬𝔱𝔯𝔬 𝔡í𝔞 𝔫𝔲𝔢𝔳𝔬

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𝔏𝔩𝔢𝔤ó 𝔬𝔱𝔯𝔬 𝔡í𝔞 𝔫𝔲𝔢𝔳𝔬. Hermione Granger y ______ Lestrange caminaban juntas. _____ caminaba un poco detrás de Hermione al ir un poco distraída. Salían de la biblioteca, Hermione había encontrado información por lo tanto arrancó la hoja del libro y la llevaba firmemente apretada en su mano desocupada. Se dirigían al campo de quidditch, pues Harry jugaría contra Hufflepuff aquel día.

Además de ellas, el pasillo estaba completamente desolado, lo único que las acompañaba era la presencia de la otra. Al estar en tanta soledad, habían decidido no hablar a menos que fuera importante. Consciente de los ataques, ____ también quería asegurarse de que a su amiga no le pasara nada malo, ya que Hermione era hija de muggles. Por eso la de cabello rizado decidió llevar un espejo, sólo por si acaso.

El silencio era palpable, y el ambiente de nervios ante tanta soledad era capaz de revolver el estómago de ambas niñas.

Alzando la mirada, ______ dirigió sus ojos brevemente al espejo en la mano de Hermione por accidente.

Un grito ahogado fue lo único audible en aquel pasillo. Podía parecer imposible o inconcebible, pues realmente el monstruo estaba reservado para atacar sólo a hijos de muggles, pero eso no salvaba a los sangre puras de un accidente como aquel. Sea como sea, el monstruo sólo quería atacar, ese era su destino y deseo, a pesar de estar controlado para tener excepciones.

Hermione se detuvo en sus pasos, escuchando el último sonido de su amiga. Sus ojos se abrieron con terror mientras levantaba el espejo en su mano a la altura de sus ojos, no queriendo voltearse. Allí yacía el cuerpo inmóvil de su amiga, y tras ella un monstruo de ojos brillantes que se centraron en Hermione, preparado para atacarla a ella. Su corazón retumbó con fuerza en su pecho, amenazando con salirse. Lágrimas se acomodaron en las orillas de sus ojos mientras su respiración se aceleraba.

El espejo hizo su efecto, pues con haberle visto siquiera por ese fragmento de segundo, Hermione se paralizó completamente, quedando petrificada con su mirada llena de terror.

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Harry, Ron y Neville caminaban junto a la profesora McGonagall. El partido había sido cancelado y la actitud de la maestra estaba particularmente inquieta y atribulada. Sus cejas unidas en preocupación y angustia no hacían nada para tranquilizar a los niños a los que guiaba con euforia a la enfermería.

Las piernas les temblaban a los tres ante tanta incertidumbre. Al llegar, la señora Pomfrey corrió una cortina, revelando el cuerpo inerte de Hermione Granger. Su cara mostraba pánico, su mano estaba extendida y casi cerrada, indicando que algo sostenía en ella.

-Hermione- suspiró Ron, quien de los tres, era el que más quebrantado se veía.

-Estaba cerca de la librería- murmuró McGonnagall, incluso ella se veía triste. -La encontramos con esto- mostró el espejo en la mesa de al lado -¿Significa algo para alguno de ustedes?

Todos negaron. Neville tenía la mirada hacia abajo, claro que le entristecía lo de Hermione, pero él realmente no era tan cercano con ella y no entendía porqué había sido llamado.

Harry pasó sus dedos temblorosos por la rígida mano de Hermione, un nudo en la garganta que le amenazaba con estallar en lágrimas.

-Y... eso no es todo- suspiró la maestra, acercándose a otra camilla mientras era seguida por los niños.

Como si todavía no se estuvieran sintiendo lo suficientemente mal, en aquella otra camilla reposaba petrificada _____ Lestrange. Sus manos en su corazón y sus cejas juntas en un suspiro de angustia. Harry y Ron se entristecieron aún más. Además de Hermione, ______ era su única amiga, y la apreciaban bastante.

Neville reaccionó peor. El pobre chico sintió que se desmayaba. Se acercó más a la camilla mientras las lágrimas le resbalaban calladamente por las mejillas.

-Pero- murmuró Harry -No entiendo... pensé que sólo los hijos de muggles eran atacados.

-Eso creí yo también- dijo la profesora con voz temblorosa-Me temo que... lo más probable es que la señorita Lestrange estaba en el lugar equivocado al momento equivocado. La encontramos justo detrás de la señorita Granger. Existe la posibilidad de que fue petrificada... en un intento de salvar a su amiga.

-O sea que- titubeó Ron -¿Nadie está realmente a salvo?- Minerva negó con la cabeza.

Neville era un mar de lágrimas ahora. Él creía que ella estaba a salvo de ser petrificada por su sangre pura, pero ahora ella, su mejor amiga, estaba en aquella camilla inmóvil y tan inerte como un cadáver. Pasó su dedo delicadamente por su mejilla, fría y pálida como la muerte misma. Saber que vivía era lo que lo reconfortaba. Al menos podía aferrarse a esa verdad, no estaba muerta.

De repente, alguien entró abruptamente por las puertas de la enfermería, abriendo las puertas con brusquedad y afán.

-¿¡Dónde está!?- cuestionó la voz de Draco Malfoy.

Sus pasos retumbaron en el suelo, cada vez más fuertes a medida que se acercaban. Draco se acercó a la camilla en la que estaba su prima, apartando con el codo a los demás.

-_____- dijo sin aliento. Después apartó de manera grosera al sollozante Neville -¡Apártate, Longbottom!

Neville se apartó a la fuerza, limpiando sus lágrimas con la manga de su suéter.

El rubio se hizo lugar al lado de _____, su expresión era una mezcla de tristeza y enojo. Un nudo se le formó en la garganta, pero jamás permitiría que Potter y sus amigos lo vieran vulnerable.

-¡Esto no debió pasar!- exclamó furioso, su pálida tez convertida en un rubor rojo que le llegó hasta las orejas -¡Se supone que esto sólo le ocurre a los sangre sucias!

-Me temo, señor Malfoy, que la señorita Lestrange estaba presente en el momento erróneo- explicó Minerva -Creemos que intentaba proteger a la señorita Granger y fue petrificada por ello.

Saber eso no tranquilizó a Draco en lo más mínimo, sino lo enfureció aún más.

-Ella se recuperará, Señor Malfoy- siguió McGonagall, un poco harta de Draco -La cura está siendo preparada por la profesora Sprout.

-¿¡Y si no funciona!?- continuó Draco -¡Han estado hablando de esa supuesta cura por meses!

Mientras más se le explicaba, más se rehusaba a escuchar. Era una escena extraña e inusual, pues por primera vez, Draco fue visto genuinamente preocupado por alguien que quería. Ella era prácticamente su hermana, y aunque jamás lo admitiera, la quería más que a nadie.

𝔉𝔩𝔬𝔯𝔢𝔰 𝔄𝔪𝔞𝔯𝔦𝔩𝔩𝔞𝔰 ||  𝒩. 𝐿𝑜𝓃𝑔𝒷𝑜𝓉𝓉𝑜𝓂 Where stories live. Discover now