Dc: Silencio

CAPÍTULO 193

[David Lance POV]

Objetivo en mente, usé mis anillos para tratar de localizar todas las linternas en el universo conocido, pero por mucho que lo intenté, no llegó nada. Lo que significa que me estaban impidiendo obtener esa información, o que no quedaban linternas.

El último de los dos parecía muy poco probable, por lo que solo dejó la opción A, las linternas se escondían de mí.

Lo cual fue una decisión muy razonable de su parte, teniendo en cuenta que la última vez que nos vimos no tuve reparos en destrozarlos.

En cualquier caso, esto complicó un poco las cosas. Después de todo, si no pudiera encontrar a los Lanterns, ¿cómo diablos los reclutaría para esto?

No es como si tuviera una manera de localizarlos sin los anillos.

...

No lo hice... pero conocí a alguien que lo hizo.

Wioska.

Su capacidad para sentir a Ki significaba que podía localizar a los individuos con facilidad en todo el universo.

"Supongo que estoy reclutando a Wioska para esto".

Tengo la sensación de que esto no será divertido para mí en absoluto. Veo mucho dolor en mi futuro muy cercano.

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[Una Hora Después.]

A una hora de volar más o menos, llegué al planeta de Wioska, y tal como había previsto, el dolor estaba en mi mesa. Mira, en el momento en que llegué al planeta, Wioska lanzó un asalto total contra mí, enviando golpes lloviendo sobre mí como una tormenta calamitosa.

Hice todo lo posible para luchar contra ella, o al menos para defenderme. Por desgracia, ella demostró una vez más lo superado que estaba, lo que significa que estaba como antes de irme indefenso.

Tratando de aguantar, tomé una postura defensiva, pero incluso entonces, cada golpe que aterrizó, que fue cada golpe que lanzó, se sintió como una sacudida de electricidad dolorosa que atravesaba mi cuerpo mientras la pelea se prolongaba sin piedad.

"Estoy profundamente decepcionado, esperaba más de ti", dijo Wioska, finalmente deteniendo. "Tal vez debería entrenarte de nuevo, esta vez hasta que puedas derrotarme".

"Yo también te extrañé", respondí, sin intentar disimular mi tono sarcástico.

"¿Por qué estás aquí, David?" Wioska preguntó, inclinándose hacia adelante.

"Necesito tu ayuda", respondí, sintiendo que mi cuerpo dolorido llora por ayuda. Afortunadamente, tenía el anillo de Linterna Azul, lo que significa que podía curarme a mí mismo.

"Acorrarlo más, soy muy hábil, así que eso no responde a nada", dijo Wioska, tomando asiento en el suelo, con las piernas cruzadas.

"Iré al grano. Me estoy preparando para luchar contra Darkseid y Brainiac. Desafortunadamente para mí, no puedo luchar contra los dos solo, al menos no con sus vastos ejércitos apoyándolos, así que te necesito para encontrar a algunas personas, personas que se están escondiendo de mí", expliqué.

Wioska pensó unos momentos antes de darme su respuesta. "Ya veo, así que viniste a por mi ayuda, viendo que puedo sentir a los demás, no es un mal razonamiento. Muy bien, te ayudaré, pero no lo haré gratis".

Nunca esperé que lo hiciera, aun así... No puedo imaginar cuál será su precio. Quiero decir, no importa cuánto lo intente, no puedo pensar en nada que ella pudiera querer y que no pudiera conseguir por sí misma.

"Una pelea", dijo Wioska, todavía sonriendo.

"¿Una pelea?" Pregunté.

"Sí, cuando sea el momento adecuado, eso es lo que quiero, una pelea. Tú y yo, uno a uno hasta que uno de nosotros muera", dijo Wioska. "Ese será mi precio por ayudarte".

"Lo siento, pero no puedo ver tu ángulo aquí... No puedo derrotarte, ni siquiera ofrecerte una pelea decente", dije, y luego me golpeó. Cuando llegó el momento, ella quería que viniera si alguna vez llegaba a su nivel para luchar contra ella.

"Entonces, ¿tenemos un trato?" Wioska preguntó, sin perder el ritmo.

"Sí", asentí con la cabeza. "¿Puedo preguntarte algo, por qué una pelea hasta la muerte?"

"Eso es algo que tendrás que resolver por tu cuenta y créeme, lo descubrirás, eventualmente", dijo Wioska, dándome una sonrisa reconfortante. "Ahora, empecemos".

No tenía ni idea de lo que quería decir con eso, pero no tuve tiempo para cuestionar sus motivos u objetivos, tenía una guerra que ganar y poco tiempo con la que hacer.

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[Raven/Rachel Roth - POV]

Lucifer nos había transportado a un lugar dentro de una montaña, y al entrar, era casi abrumador la cantidad de maná que había frente a mí.

Era diferente a cualquier cosa que hubiera sentido.

Las runas estaban inscritas en las paredes, reflejando un lenguaje arcaico; los encantamientos parecían brillar en el aire, inundando la atmósfera de vida.

"¿Qué os trae a vosotros dos aquí?" Una voz habló, llamando mi atención.

"Obviamente no es la decoración", respondió Lucifer.

Ignorando a Lucifer, me volví hacia el que había hablado, era un anciano, desgastado por el tiempo, pero con un destello en los ojos que reveló un conocimiento mucho más allá de lo que podía percibir.

Instintivamente, sabía que no era nativo de este reino, su sintonía con lo arcano era imposible de lograr como mortal.

Este extraño ser se sentó en una silla como si estuviera en la corte entre nosotros; detrás de él había dos estatuas hechas de piedra que parecían protegerlo ferozmente, ya fueran reales o simplemente ilusiones que no podía decir.

"¿Eres el mago Shazam?" Pregunté.

"No, es solo un anciano común que vive dentro de una cueva sin una entrada... o una salida... Por supuesto que es Shazam", suspiró Lucifer, poniendo los ojos en blanco un poco mientras daba un paso adelante. "El nombre es Lucifer Morningstar, el placer es todo tuyo".

El anciano se rió. "Disculpa a este viejo, pero ¿no estás un poco demasiado... calificado para lo que sea que esté pasando?"

"¡Gracias por darte cuenta, es agradable ser reconocido, ya que alguien no puede aceptar mi experiencia en lencería!" Lucifer respondió, dándome una mirada lateral.

"Yo... vale, así que, ¿qué te trae aquí, jovencita?" Preguntó Shazam, pareciendo un poco confundido ahora.

"El mundo necesita a Shazam, ahora más que nunca", respondí.