Dc: Silencio

CAPÍTULO 199

[David Lance POV]

Mientras Wioska, Dex-Starr y yo volábamos de regreso a la Tierra, no pude evitar detenerme en el sombrío futuro que me esperaba, que esperaba a todos.

Sabía que era solo cuestión de tiempo antes de que Darkseid y Brainiac desataran sus fuerzas contra el universo, ambos tratando de destruirse mutuamente, y yo tratando de destruirlos.

Cada vez que cerraba los ojos, sentía un temor frío en la boca de mi estómago al pensar.

Incluso entonces, entre todas mis preocupaciones y miedos, no pude evitar maravillarme de la belleza de nuestro universo mientras nos elevábamos a través de sus profundidades.

Había algo en estar en las estrellas que trajo una sensación de paz, aunque solo fuera por un corto tiempo. Supongo que ahora que Raven estaba aquí, las cosas no parecían tan malas.

"Preocupación no resolverá nada, ¿sabes?" Dijo Wioska, interrumpiendo mis pensamientos.

"Sé", respondí.

"Sabes, pero ¿qué piensas hacer al respecto?" Dijo Wioska, una débil sonrisa adornando su cara cansada.

"Tengo la intención de ganar", respondí, cerrando los ojos, agotado por el largo viaje intergaláctico y las preocupaciones que atormentaban mi mente.

"Tengo una pregunta, ¿por qué estás luchando en esta guerra?" Preguntó Wioska. "No tienes ninguna responsabilidad con este universo, no hay cadenas que te detengan. Podrías irte y dejar que se las vayan por sí mismos, así que ilumina a esta anciana y dime... ¿por qué estás peleando?"

"No es por eso por lo que lucho, es por quién lucho", respondí sin perder el ritmo.

"Veo", se rió Wioska, entendiendo mi respuesta. "Supongo que eso es tan bueno como cualquier razón".

Estaba decidido a ganar esta guerra, no para mí, ni siquiera porque se lo debía a este universo. Estaba decidido a ganar para Raven, para mantener intacta la imagen que tiene sobre mí.

Tal vez fue una tontería.

Pero, ¿cuándo ha sido el corazón sabio?

Lucifer tenía razón.

La quería.

Siempre lo he hecho.

Y siempre lo haré.

No sé cómo no lo vi antes, pero era mi verdad, amaba a Rachel, y fue liberador admitirlo a mí mismo.

Tal vez fue el hecho de que estaba arriesgando mi vida, y la amenaza que esto representaba lo dejó claro, poniendo mi vida en perspectiva.

Así que, para ella, puedo ser un héroe, por última vez.

Salvaré esta realidad, y viviré para contar la historia, tanto que prometo hacer.

"Buena razón o no, es el viento debajo de mis velas", respondí, apretando los puños mientras volábamos a través del vacío del espacio, listo para asumir lo que se me puso.

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[Dos horas después.]

Mientras descendía a la tierra desde mi largo viaje fuera del espacio, noté que Raven me esperaba en mi punto de aterrizaje.

Mis ojos se cerraron con los de ella, mientras reflexionaba sobre mis sentimientos, y la miré, ella me miró, sonriendo de una manera que solo ella podía, apenas perceptible, mostrando que había algún tipo de conexión entre nosotros que trascendió los límites físicos entre nosotros.

Su belleza me dejó sin palabras; su presencia era impresionante, tan fuerte, pero tan delicada. El abrazo de la muerte pone las cosas en perspectiva, debería darle las gracias más tarde, si alguna vez la vuelvo a ver.

"¿Cómo fue tu misión?" Raven preguntó con calma.

"Bien", respondí. "Algo así como... Me las arreglé para reclutar a los Linternas Verdes y a los Linternas Rojas. Las Linternas Amarillas me atacaron, y las azules, bueno, no tienen ninguna razón para ayudarme".

Raven frunció el ceño. "¿No hay razón? ¿Y cómo llamas salvar su universo?"

Le sonreí. "Te sorprendería lo ciegas que pueden ser algunas personas".

"Bueno, dos cuerpos son mejores que ninguno", suspiró Raven, antes de que una sonrisa se apoderara de su cara. "Tengo éxito en mi misión, me las arreglé para que el mago Shazam nos ayudara, incluso dijo que haría más de un Shazam, algo sobre cambiar la forma en que funcionan las cosas".

Múltiples Shazams, me pregunto cómo funcionará eso.

Mientras Raven continuaba hablando de cómo había ido su misión, el tono cálido derritió mi aprehensión; su presencia era reconfortante y me llenó de un sentido de pertenencia.

El amor es realmente una emoción confusa y cuando golpea es difícil de ignorar y aún más difícil de controlar.

"Rae, si murieras hoy, ¿te arrepentirías de algo?" Pregunté, cortándola.

"No te estás muriendo", le disparó Raven, claramente insatisfecha con mi pregunta.

"No planeo hacerlo, pero por favor, dimíteme por un segundo, ¿te arrepentirías de algo?" Pregunté una vez más.

"Unos pocos", dijo Raven después de un tiempo. "¿Y tú?"

Antes de que pudiera decir otra palabra, mis brazos estaban a su alrededor, cepillándose el pelo con una de mis manos, dejándolo deslizarse por debajo de mis dedos.

"Me arrepentiría de no haber hecho esto", dije, y antes de que pudiera retirar su mente conmocionada de sus lugares lejanos, incliné la cabeza hacia atrás en mis brazos y la besé, suavemente al principio, y luego con una rápida gradación de intensidad que hizo que se aferrara a mí como la única cosa sólida en un mundo vertiginoso y balanceado.

Se sentía como una eternidad, nuestros labios se conectaban de una manera que parecía que nada más importaba. Durante unos breves momentos, el aire a nuestro alrededor se pesó.

Entonces el momento se fue, nuestro beso había llegado a su fin.

Durante un solo segundo, los ojos se cerraron y luego ambos miramos hacia otro lado, de repente avergonzados por lo que había sucedido entre nosotros.

Habíamos roto el beso y mucho más, destruyendo todo lo que habíamos sabido sobre nosotros hasta ahora.

"Así que... supongo que eso está fuera de tu lista, ¿verdad?" Preguntó Raven, con un fuerte rubor en su cara pálida. "¿De las cosas de las que te habrías arrepentido?"

"Sí, pero me arrepentiría de no volver a hacerlo", respondí, con mi voz temblorosa, incluso pensé que venía de mi anillo. Supongo que el anillo estaba leyendo mis emociones y actuando en consecuencia.

"Entonces no te mueras", respondió Raven, dándose la vuelta.