Capitulo 5. Me equivoqué contigo

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Samuel al ver a Patricia inmediatamente cambió su expresión; todas las ilusiones que tenía con ella se desvanecieron y aunque quiso ir con ella y gritarle por su traición se marchó hacía la cafetería, en dónde tendría una cita con ella, quería fingir que lo que había visto no era cierto para así ver hasta dónde era capaz de llegar ella con su cinismo.

Patricia fue al baño y se retocó el maquillaje, luego fue hacia la cafetería; desde lejos vió donde estaba Samuel sentado, lo sorprendió por la espalda abrazándolo y diciendo buenos días mi querubín, luego intentó darle un beso a lo que el corrió su rostro.

PATRICIA: ¿Qué te pasa?

SAMUEL: no, mejor dime tú ¿Qué te pasa?

PATRICIA: a mi nada, yo estoy regia como siempre. ¿No me ves?

SAMUEL: claro que te veo, pero no te reconozco.

PATRICIA: habla claro Samuel ¿Qué te pasa?

SAMUEL: ¿Quieres saber qué me pasa?

PATRICIA: claro que sí, se claro de una buena vez.

SAMUEL: bueno pues me pasa que te ví. Si, no me hagas esa cara ¿Ya refrescaste la memoria? Te ví con Ulises, el tipo este con ínfulas de mafioso. Pero tranquila, no te preocupes, que en este momento yo doy un paso al costado.

PATRICIA: no Samuel, tú no me puedes hacer esto ¿Dónde quedan todas las promesas que me hiciste?

SAMUEL: en el lugar que tú las pusiste, porque está claro que definitivamente lo que ví en ti no existe. Yo me equivoqué contigo.

Samuel tomó su mochila y se fue a su casa aunque tenía clases no se encontraba apto para tomarlas.

Así que antes de que Flavio saliera a tomar sus clases Samuel volvía a la casa.

FLAVIO: óyeme ¿Y tú qué? ¿Por qué volviste tan pronto? ¿Olvidaste algo?

SAMUEL: ¿Sabes que si hermano? Olvidé hacerte caso.

FLAVIO: ¿De qué hablas? ¿Estás bien?

SAMUEL: carnal, solo puedo decirte que tenías razón. Me equivoqué con Patricia. Hablamos luego.

Samuel entró a la casa y se encerró en el teatro que su padre les había hecho a él y a Flavio para sus ensayos; allí se pasó el día acompañado de su guitarra tratando de olvidar por completo la decepción que se había llevado.

Al día siguiente, luego de darse una ducha bajó muy apurado, saludó a sus hermanos en el comedor y salió.

SOFIA: oye mi Sam ¿No vas a desayunar?

SAMUEL: lo siento hermanita, llevo mucha prisa.

SOFIA: pues te la aguantas, ven acá no te voy a dejar ir con el estómago vacío.

Samuel se devolvió le dió un beso en la frente a su hermana luego sonrió se sentó.

SAMUEL: tomaré un poco de café.

FLAVIO: está bien, de paso nos cuentas porque no saliste del teatro ayer en todo el día.

SAMUEL: no seas chismoso Flavio, necesitaba estar solo, nada más.

SOFIA: está bien Sam, pero no seas grosero con rulitos; nosotros solo nos preocupamos por ti.

SAMUEL: está bien hermano perdón!

FLAVIO: no hay bronca carnal, pero en serio ¿Estás bien?

SAMUEL: lo estoy. Esa mujer no me va a destrozar la vida, y ahora si me voy... los quiero!...

amor sin fronterasWhere stories live. Discover now