Capitulo 9. Al fin te encontré.

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Andrea ocupó el viernes a acomodarse en su nueva vida, aseó todo el apartamento algo que le tomó todo el día; pues quería darle su estilo propio.

Mientras Samuel no salió de la casa durante todo el sábado. Nuevamente se encerró en el teatro a terminar de componer aquella canción que había inspirado ella; así hubiese sido un sueño, él la guardaría por siempre, porque jamás había sentido algo similar.

El domingo en el mañana Flavio y Sofía hablaron con él.

FLAVIO: carnal ya es hora de que salgas de esta casa, órale date un baño; apestas.

SAMUEL: oye, no seas pesado ¿Qué te pasa?

SOFIA: Sam rulitos tiene razón, ve y alístate hace rato que no salimos los tres.

SAMUEL: Sofi no tengo ganas, vayan ustedes.

FLAVIO: ándale no seas aguafiestas.

SOFIA: si órale, te esperamos.

SAMUEL: está bien, me voy a dar una ducha.

Samuel fue a ducharse y en 20 minutos estuvo listo, Flavio y Sofía lo esperaban, subieron al auto y se fueron a pasar un día de hermanos.

Andrea por su parte luego de hablar con sus hermanos hasta la madrugada decidió salir a despejarse y tratar de familiarizarse un poco con su nuevo entorno.

Luego de recorrer varios lugares, llegó a un centro comercial llamado "INTERLOMAS" el lugar perfecto para ver algunas cosas que quería comprar y también comer algo.

Después de realizar varias compras iría por algo de comer; ella se entretuvo viendo un vestido en una de las vitrinas; Samuel caminaba con sus hermanos cuando de repente volteó a ver y ahí estaba ella.

Su corazón se aceleró y su cuerpo quedó paralizado, es ella! Fue lo único que salió de su boca como un suspiro.

FLAVIO: ¿Quién?

SAMUEL: ella, la brujita. Mi brujita.

FLAVIO: ¿Dónde?

SAMUEL: ahí esta! Es ella.

SOFIA: no te quedes como menso, ve por ella.

Samuel corrió hacía ella, ella estaba de espaldas, él suavemente le dijo al oído: lucirías hermosa con ese vestido.

Andrea asustada volteó a ver rápidamente, al darse cuenta que era él, sonrió.

SAMUEL: discúlpame, no quería asustarte.

ANDREA: no te preocupes, es sólo que como entenderás no conozco a nadie aquí.

SAMUEL: lo sé, pero dime ¿Qué pasó contigo? No te vi más, te estuve buscando por todas partes el viernes; por un momento creí que te había soñado.

Ella se sonrojó y nuevamente sonrió, a lo que él se perdía más en ella.

ANDREA: jajaja eres muy gracioso pero no, como ves soy real; la razón por la que no me viste el viernes es porque inicio clases oficialmente mañana.

SAMUEL: que bueno, eso significa que desde mañana te veré todos los días.

ANDREA: así parece, por ahora te dejo muero de hambre.

SAMUEL: no. Espera, permíteme acompañarte; estoy con mis hermanos y justo íbamos a buscar donde comer.

ANDREA: ¿En serio? La verdad me da un poco de pena.

SAMUEL: no pero ¿Por qué? estoy seguro que no te vendría mal un poco de compañía.

ANDREA: está bien, acepto y discúlpame pero si no recuerdo mal no nos dijimos nuestros nombres...

Samuel extendió su mano y muy sonriente dijo soy Samuel Del Junco y tú eres... su corazón se aceleró al saber que por fin conocería su nombre, ella tomada de su mano sonrió y dijo ANDREA GALLARDO.

Y ahí estaba una vez más frente a ella, mi cuerpo se estremecía ante su mirada y ahora lo sabía, ANDREA GALLARDO... al fin te encontré, desde hoy y para siempre te tendré dentro de todo mi ser...

amor sin fronterasWhere stories live. Discover now