Capitulo 68. Héroe.

796 62 13
                                    

FLAVIO: Arturo, ya cálmate por favor, no vale la pena que nos amarguemos la noche por este tipo.

En ese momento llegaron los de seguridad del lugar y Pablo accedió a irse, pero con una actitud desafiante le dijo tú y yo tenemos una cuenta pendiente.

ARTURO: cuando quieras.

Arturo y Flavio volvieron a la mesa, Sofía e Irina se encontraban muy nerviosas.

ARTURO: ¿Están bien?

IRINA: Sofi sigue muy nerviosa, yo creo que lo mejor es que nos vayamos.

ARTURO: claro que no, yo estoy de acuerdo con Flavio, no nos amargaremos la noche por ese tipo.

SOFÍA: realmente yo ya me quiero ir.

ARTURO: esta bien, si es lo que quieres, nos vamos y perdón por arruinarles la noche.

FLAVIO: como dices eso Arturo, si fuiste el héroe. Ya, calmémonos un poquito y nos vamos.

Minutos después, ellos salieron del lugar. El chofer los esperaba, subieron al auto y fueron a la casa. Todos se fueron a dormir, Arturo se sentía muy mal, se sentía culpable de como había acabado la noche. No podía conciliar el sueño, entonces, luego de asegurarse de que Irina estuviera dormida, decidió salir a tomar aire.

Sofía tampoco podía dormir, decidió bajar por un poco de té y se sentó en la sala a pensar un poco, se sentía agobiada por la situación con Pablo, pero a la vez, le seguía pareciendo increíble que la vida la hubiese puesto ante ese hombre de nuevo, ese que fue su "héroe" aquella noche en Houston.

Arturo llegó a la sala y al sentir la presencia de alguien trató de devolverse, Sofía volteó a ver y ellos se quedaron mirándose. Arturo sonrió y le dijo discúlpame, no te quería asustar.

SOFÍA: no lo hiciste, es que no esperaba encontrarme a nadie por aquí a esta hora.

ARTURO: la verdad no me podía dormir, iba a salir al jardín a tomar un poco de aire.

SOFÍA: bueno, somos dos entonces los que no podemos dormir. ¿Te puedo acompañar?

ARTURO: claro que si, es tu casa.

Ellos salieron al jardín, caminaron un poco y luego se sentaron en una silla de madera que estaba en la mitad de este.

ARTURO: perdóname por el incidente con este tipo.

SOFIA: ¿Qué te perdone? ¿Por qué? Si lo que hiciste una vez mas fue defenderme. Mejor perdóname tu a mi, por involucrarte.

ARTURO: ahí si no, Sofía, yo me involucré solito en esto, entonces no digas eso. Porque la que menos culpa tiene en toda esta situación, eres tú.

Sofía lo miró fijamente y le dijo ¿Sabes que me sigue pareciendo increíble todo esto?

ARTURO: ¿Increíble? ¿Qué cosa?

SOFIA: la jugada que nos hizo el destino. No puedo creer, que aquel hombre que se convirtió en mi héroe ese día, este ahora aquí, al lado mío, y que hayas resultado ser el cuñado de mis hermanos.

Arturo sonrojado dijo ¿Tu héroe? Sofía rio y dijo si, realmente así fue, o bueno es, porque esta noche lo volviste a hacer.

ARTURO: pues te lo repito, no voy a permitir que ese patán se te vuelva a acercar.

Luego de un rato ambos se fueron a descansar; sabían que cupido ya había hecho de las suyas también con ellos.

Al día siguiente Andrea y Samuel llegaron a la casa sobre el medio día y se encontraron con todos durmiendo aún, se les hizo extraño así que fueron a despertar a quien les encantaba molestar.

SAMUEL: rulitos, rulitos ya despiértate hombre.

FLAVIO: ya déjenme dormir.

SAMUEL: es mas de medio día, que hacen dormidos todos todavía.

FLAVIO: salimos anoche, pero claro, como lo van a saber; si el par de tortolitos se fueron solitos.

ANDREA: bueno ya, que bueno que hayan ido a divertirse. Yo tengo que preparar unas cosas para mañana, e ir alistando lo del primer concierto pasado mañana.

SAMUEL: yo te ayudo y te acompaño, vamos al teatro.

FLAVIO: eso! Dejen dormir y de paso pidan que nos alisten la comida. En un ratito yo creo que ya todos bajamos.

Samuel y Andrea salieron del cuarto, hablaron con las empleadas para que fueran alistando la mesa y cuando les avisaron que estaba lista, llamaron a todos.

Durante la comida estuvieron hablando y haciéndose bromas sobre lo que habían hecho la noche anterior.

ANDREA: bueno, Irina debemos iniciar el trabajo para los conciertos aquí. Y ya que mi novio nos prestó el teatro, pasaremos la tarde allí trabajando.

SAMUEL: claro que si, yo las voy a ayudar.

IRINA: ay no! ¿Violinista otra vez?

FLAVIO: claro que no mi amor, yo también voy a estar.

ARTURO: pues mucho cuidado con esa forma de trabajar ¿No?

Todos rieron.

SOFIA: bueno, yo si tengo que salir. Debo hacer algunas compras.

ARTURO: pues yo voy contigo. Claro, si no tienes problema con eso.

SOFIA: claro que no y ya que ellos van a estar "trabajando" pues tu no te quedas solo.

Samuel, Andrea, Flavio e Irina se fueron al teatro a trabajar, realmente debían hacerlo, y para Andrea era de mucha ayuda contar con la asesoría de dos excelentes músicos como Flavio y Samuel.

Mientras que Arturo y Sofía hacían las compras que ella necesitaba. La verdad cada vez se llevaban mejor, Arturo en su afán de cuidar de Sofía era muy especial y poco a poco se robaba su corazón.

Luego de comer algo, Sofía se encontró con Verónica, su asistente. Arturo decidió dejarlas a solas y aprovechar para ir a llevar las bolsas al carro. No me demoro le dijo a Sofía y a ti por favor, por nada del mundo la dejes sola hasta que yo vuelva le dijo a Verónica. Ella asintió.

Verónica sonrió y dijo uyyy Sofi, de dónde sacaste a este súper protector, además tan descaradamente guapo.

SOFÍA: es el cuñado de Samuel, y bueno de Flavio también. ¿Si te conté que resultó también de novio con la hermana de Andrea? ¿Cómo ves eso? Los hermanos con las hermanas.

VERÓNICA: y por lo que veo, el hermano con la hermana es el siguiente.

SOFÍA: ¿De qué hablas?

VERÓNICA: Sofía con tu permiso te lo digo pero se te van los ojitos por él. Además, como que estas correspondida... Ve como te cuida.

SOFÍA: deja eso Vero, lo hace por cortesía. Además se enteró de mi situación con Pablo y han estado a punto de irse a los golpes, es todo un caballero.

VERÓNICA: te salieron corazones diciendo eso.

Sofía sonrió y dijo pues si, se esta convirtiendo en mi héroe, además esta un poquito guapo, Verónica abrió los ojos y Sofía se echo a reír bueno si, esta guapísimo.

Mientras tanto, Arturo llegaba al parqueadero, dejó las bolsas en la cajuela del carro y cuando se disponía a volver por Sofía, apareció Pablo con un par de guardaespaldas.

PABLO: hasta que por fin te agarro solo.

ARTURO: yo siempre ando sólo, aquí el que parece que necesita compañía eres tú. Pero bueno, no me extraña viniendo de un cobarde como tú.

Pablo se le fue encima y lo golpeó. Arturo le devolvió el golpe y de inmediato los hombres que lo acompañaban intervinieron; agarrando a Arturo, dejándolo inmóvil para que Pablo lo golpeara sin que Arturo pudiera defenderse, mientras le advertía que debía alejarse de Sofía y Arturo aún sin poder defenderse le gritaba que no lo haría, le dió una tremenda paliza y lo dejaron inconsciente en el piso, Pablo se fue diciendo esto es para que aprendas que conmigo nadie se mete...

amor sin fronterasWhere stories live. Discover now