Capitulo 11. Pocholate!

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Samuel subió al carro y tiró la puerta, soy un idiota dijo.

FLAVIO: ¿Qué pasa carnal?

SAMUEL: la hice llorar, soy un imbécil.

SOFIA. hey Sam! ¿Por qué hablas así? ¿Qué pasó?

SAMUEL: ella me dijo que le recordamos la relación que tenia con sus hermanos y yo de tarado me puse a preguntar, ella se puso a llorar y se fue.

SOFIA: ya Sam, no te culpes por eso; seguro esta sensible por la separación de ellos.

FLAVIO: si, ya bro. Tranquilo, la veras mañana. Mañana hablas con ella.

SOFIA: eso, rulitos tiene razón, mañana hablas con ella y que te parece si la hacemos sentir en familia. Invítala el sábado a casa y hacemos algo.

SAMUEL: esta bien, así lo haré.

FLAVIO: ya quita esa cara carnal, deberías de estar contento; ya no sólo sabes su nombre sino además pasaste toda la tarde con ella, y además ahora sabes donde vive.

SOFIA: yo quiero decirte que me cayó súper, además trae una muy buena vibra, así que tienes mi visto bueno.

FLAVIO: jajaja y el mío, es la primera vez que te veo una chava hermosa.

SOFIA: no solo hermosa, sino también inteligente y eso es muy difícil de conseguir no la riegues Samuelito.

SAMUEL: sabes que no hermanita, si no he tenido suerte ha sido porque han jugado conmigo, pero Andrea es distinta; así lo siento.

Ellos llegaron a la casa, Samuel un poco más tranquilo, verla llorando le tocó el alma pero hasta sus lágrimas para él eran perfectas. Soñaría con ella, lo sabía pero mas que nunca estaba seguro de que iría por ella. Daría todo por conquistar su amor.

Andrea, como puedes ser tan estúpida de seguir llorando por él ¿Acaso a él le importo botar cuatro años de relación a la basura? Además, fue capaz de meterse en la cama con tu propia prima, a la que tu querías casi como tu hermana. Y que pena con Samuel, ni siquiera me despedí de él, debí parecer una loca al irme corriendo.

La verdad, disfruté mucho de la compañía de Los Del Junco. Sofi es una mujer espectacular, toda una chica de negocios. Flavio es muy gracioso me hizo reír mucho y bueno Samuel me transmite una paz hace mucho no sentía y que no sé como explicar; sólo sé que disfruto mucho de su compañía aparte no se puede negar es un hombre muy atractivo.

Ella se quedó dormida. A la mañana siguiente despertó muy temprano y se preparó para lo que seria su primer día de clases, cuando estuvo lista tomó un taxi y llegó con veinte minutos de anticipación, lo que le pareció perfecto pues podría tomar un café antes de entrar.

Samuel había madrugado aún mucho mas con el fin de esperarla, él estaba sentado y cuando la vió entrar sonrió, era sorprendente la manera en que le brillaban los ojos cada vez que la veía.

Él se dirigió hacia ella, nuevamente la sorprendió por la espalda, esta vez puso un bombón de chocolate frente a ella buen día Andre, ella sonrió.

ANDREA: buen día señor del Junco. Parece que se va a volver costumbre lo de asustarme.

SAMUEL: perdóname Andre yo...

ANDREA: no seas bobito, estaba bromeando, además me llegaste con un pocholate, amo el pocholate.

SAMUEL: ¿Pocholate?

ANDREA: que, no te burles, así les digo yo.

SAMUEL: no si no me burlo, me parece muy tierno y sobre lo de anoche te quería ofrecer una disculpa, no quería que lloraras.

ANDREA: no te preocupes Samuel, tu no hiciste nada, discúlpame tu a mi te debí parecer una loca.

SAMUEL: no, no, no para nada, jamás pensaría eso de ti.

ANDREA: okey. Ya aclarados en esto te dejo, tengo clase.

SAMUEL: ¿Cuál es tu aula?

ANDREA: es la... 504.

Samuel sonrió, le ofreció su mano y le dijo bueno parece que es el destino, yo también estoy en esa clase, ¿Vamos? Andrea sonrió, le dió la mano y se fueron. No me darás ¿Pocholate? Estas loco, jamás comparto un pocholate...

amor sin fronterasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora