Hogar

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Y se encuentran ahí.
Con una tortilla deforme porque el trabajo de darle la vuelta recaía sobre Aitana,vino que probablemente dejarían a medias y sustituirían por agua,velas y de postre,avellanas.

Nadie lo hubiese catalogado como una cita romántica pero para ellos era mucho más que eso.
Lo más seguro es que después de tal cena con tremenda clase,a Aitana se le pasaran mil y una cosas por la cabeza y acabaran en su cuaderno al igual que Luis,que acabaría plasmando esa noche en una guitarra.

No hay nada que envidiarle a la cita perfecta,estando ahí juntos,es mas que cualquier cita perfecta.

-A ver,cuentame eso de que nunca quisiste ser médico.
-No me gustaba la profesión pero mi padre se empeñó en que hiciera eso.Hoy en día no me arrepiento pero me gustaba más la música.
-Ahora haces la dos cosas.
-Si no fuera así me volvería loco.
-¿No lo estás?

La mirada de Luis es el detonante para que un beso atraviese el poco espacio que hay entre ellos y se pose en la sien de la chica.

-¿Tu siempre quisiste ser escritora?
-Nunca quise serlo como tal,escribía y me gustaba,tenia claro que las letras siempre iban a ocupar lugar en mi vida pero nunca llegué a pensar que pudiera vivir de ello.
-Yo te admiro mucho,no es fácil el mundo de los libros.
-Solo se trata de buscar cosas que te muevan y plasmarlas en papel.
-¿Y que cosas te mueven?
-Tú,por ejemplo.

No sabe si ha hecho bien o mal.Si se arrepentirá una y otra vez por lo que acaba de decir o si lo que está sonando en su cabeza ahora mismo es su subconsciente mal diciéndose continuamente.
Solo sabe que lo ha dicho y en realidad siente alivio,porque nunca se debería esconder lo que se siente y porque quizá lleva mas tiempo de lo que cree siendo testigo de la disputa entre su mente y su corazón para no aceptarlo.

-Así que yo te inspiro...
-Podríamos llamarlo así.
-Pues a ver cuando me enseñas algo que me dediques.
-Solo tienes que buscar en el cuaderno de las cosas importantes.
-No no,yo quiero que me lo leas tú,que me gusta tu vocecita.

Ella no puede evitar reírse y que sus mejillas se tornen a un rojo difícil de explicar.

-Pues leo fatal.

Sabe que no es así y que probablemente nadie lea con el sentimiento que emplea ella pero salir por la tangente y no leerle era conservar su vergüenza.

La tortilla acaba y ellos no quieren separarse.Ninguno de los dos lo ha dicho pero sus ojos lo gritan.Se quieren quedar a vivir el uno en el otro y que los abrazos sean refugios donde pasar la noche.

Se debaten entre Stranger Things o Madres Forzozas pero acaba ganando Aitana.A esa cara poco se le podía negar.Dos pucheros bastaban para que Luis cayera rendido ante sus preferencias.

El sofá es grande y solo dejan que se rocen sus piernas al sentarse uno en cada extremo pero pronto se dan cuenta que esa acción es desaprovechar espacio.
Luis se mueve hacia el centro y Aitana lo imita.Él reposa el cuerpo en el sofá y ella por el contrario elige la comodidad del pecho de Luis.
Este la recibe de brazos y besos abiertos,con todo el amor que,no habiéndose aclarado del todo,le puede dar.
Aitana sonríe con la seguridad que le dan sus cosquillas en el pelo y su respiración tan cerquita de su oído.
Luis no la ve pero sabe que sonríe y eso causa también su sonrisa,porque están ahí ,arreglando el mundo sin hablar en un sofá de una casa que no es la suya pero que ya consideraría hogar.
Porque en realidad hogar era una persona,una sonrisa,una carcajada,un abrazo,un mensaje,un postre a medias y un "te extraño".
Hogar es quien te hace sentirlo y ella era hogar.
Ella era la paz,como cuando llegas a casa y sabes que te puedes quitar el abrigo y los zapatos y el techo te va a salvar del frío y el suelo.

Aitana era algo así,la salvación y el hogar,porque el se quedaría ahí a habitar para siempre.

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