Deseos

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No es un cumpleaños bonito.
Esta mañana no había podido ir a desayunar con Aitana porque su hermana y sus padres habían invadido su casa en señal de sorpresa.
Emma le había prometido un beso y un dibujo como regalo y supone que como consecuencia de la situación con su tía,tampoco lo recibirá.

Le encanta estar pasando tiempo con su familia y compartir el dia con ellos como cuando era solo un niño y su madre le compraba las mejores tartas.Sin embargo,le falta algo.
Le falta paz interior,esa paz que se aleja cuando sabes que algo no va bien.

Mientras,Aitana convence a Emma de que en algún momento le dará ese dibujo que le está ayudando a pintar a Luis.
No ha tenido su mejor día y no está teniendo mucha paciencia con la niña.
En una sola mañana ha perdido las formas cuatro veces y se ha quedado esperando por una compañía para romper el ayuno que nunca llegó.

-¿Por qué tienes esa cara triste?-definitivamente Emma tenia un sexto sentido -.
-¿Que cara?-Aitana se intenta hacer la loca pero en realidad sabe que la niña ya la pilló y ella es demasiado evidente-.
-¿Es por Luis?-tocada y a punto de ser hundida-.
-No,Luis no tiene nada que ver.-Es tajante en su respuesta-.
-Pues cada vez que lo nombro te pones un poquito más triste.-Aitana tendría que reconocer que su sobrina la conoce más de lo que ella cree-.
-Ya se me pasará.
-Mi papá dice que no hay que dejar que las cosas pasen.Hay que hacer que las cosas pasen.-Podría negarlo pero realmente es uno de los mejores consejos que le han dado y que probablemente recibirá la niña-.

No hay nada que pensar.
Porque él solo va a cumplir una vez al año y porque ella solo va a poder celebrar esa edad con él hoy.
Así que a pesar de la hora y su inesperado cambio de humor decide ponerse un abrigo y salir en busca de algo que tendría que haber adquirido al principio del dia.

Luis descansa en el sillón mientras asimila el día que ha pasado con Mónica y sus padres,sin duda,pase el tiempo que pase,van a seguir siendo su debilidad.

Alguien llama a su puerta y supone que aunque su madre haya pasado el día con él,habrá mandado al mensajero de todos los años con un ramo de flores.
Abre la puerta convencido de encontrarse a cualquier persona menos a ella , que por lo que puede ver tiene notables nervios.
Se fija en sus piernas y en como se tambalean.
Ve que sostiene una caja en sus manos y para su sorpresa es ella quien toma la iniciativa de hablar.

-Hola.-Aitana habla tímida,como si toda la confianza se hubiera esfumado-.
-Aitana,¿que haces aquí?-él no sale de su asombro y lo pregunta totalmente confundido-.
-Te he traído tu tarta favorita.Chocolate.-Está segura de ello,varias veces ya le había dicho que de pequeño la preparaba con su abuela -.
-Gracias.-es la primera palabra que Luis se atreve a decir acompañada de una sonrisa-.
-¿Me vas a dejar pasar o me quedo aquí?-está dispuesta a levantar la bandera -.

No había duda,siempre la dejaría pasar a cualquier lugar,incluso a su vida.
Así que se hace a un lado y le deja paso cerrando la puerta tras ella.

-No te tendrías que haber molestado.
-En realidad vengo a traerte esto.-le tiende un folio con un dibujo en el que Luis lleva una bata blanca.Mentiría si no dijera que esa caricatura y la tarta de Aitana ,eran los mejores regalos del día -.

Pasan a la cocina dispuestos a sacar velas y hacer una fiesta privada.

-¿Tengo que pedir deseos?
-Claro Luis.
-Antes quiero saber que me perdonas lo que quiera que te haya hecho,estás aquí y es buena señal.
-Digamos que he hecho una tregua porque es tu cumpleaños.-Luis hace un gesto agridulce,le gusta la tregua pero quiere que sea eterna-.
-Mi primer deseo es que me perdones.-lo dice sinceramente.Sería su deseo siempre-.
-Si lo dices no se cumple.
-El segundo es que estés en muchos cumpleaños más.-desafía la sentencia de Aitana volviendo a pedir sus deseos en voz alta-.
-¿Y el tercero?
-Ese me lo guardo.¿Me ayudas a soplar?

Los dos se aproximan para apagar la vela.
Hacen una cuenta atrás desde tres y unen sus aires para quitarle la luz a ese número.
Sus caras quedan pegadas y es Aitana la que rompe esa pequeña distancia quedando tan solo a tres centímetros de la boca de Luis.
Él no muestra rechazo ante este gesto y decide volver a buscar luz en sus ojos,en esos ojos que ahora tiene tan cerca.
Si algo ha entendido Luis en el curso del día es que la vida pasa muy rápido así que se lanza y la besa.
La besa con lágrimas en los ojos y la misma intensidad de la primera vez.

-Luis,mañana nos vamos a arrepentir.
-¿De qué? ¿De que se haya cumplido mi tercer deseo?

Vuela altoOnde histórias criam vida. Descubra agora