Miradas

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-No te me vas a escapar más. -levanta su ceja derecha y tuerce su boca haciéndole saber con esos dos gestos que hasta que no "desembuche", como dice ella, no lo va a dejar tranquilo-.
-A ver, tampoco es para tanto.
-Ajá. -un típico de Aitana. Decir "ajá" cada vez que quiere que sepas que no se cree ni siquiera la mitad de lo que le estás diciendo-.

Luis entiende que no le queda más remedio. Descruza sus brazos y se sienta en la cama mientras Aitana se apoya en la mesa que tienen enfrente.

-La discográfica con la que me fui de gira me ha propuesto sacar un disco para ver cómo funciona. -para la sorpresa de Aitana, no hay alegría en su rostro y no logra comprender por qué. Hasta dónde ella sabía, era lo que siempre había querido-.
-¿Y me lo dices con esa cara? Luis, no entiendo dónde está el problema.
-Es mi sueño, pero la última vez que perseguí un sueño te perdí a ti, los primeros meses de gestación de mis hijos y mil quinientas cosas más que no me quería perder. Me da mucho miedo. -y entonces Aitana lo entiende todo. No lo culpa, ella también se ha asustado cuando Luis le ha expuesto sus aplastantes argumentos-.
-Escucha. -se agacha para quedar a su altura y poderlo mirar a los ojos-.
-Dime. -pasa su mano por el moflete de su novia, que no le puede estar dando unas mejores vistas-.
-Inténtalo. Nosotros seguimos aquí, siempre. -ella sonríe, él no lo tiene tan claro-.
-Ya te perdí una vez. Dos no. -parece que no está abierto a decantarse por otra opción-.
-¿Quién ha dicho que me perdiste una vez? Mira dónde estoy. Frente a ti y a la misma vez a tu lado, siempre y para todo. -sus miradas hacen conexión y a Luis parece que le cambia la cara de un momento a otro-.
-Por ti. -Luis pronuncia esas dos palabras levantándose y cogiendo las llaves de su casa, que están atadas a las del coche. Va a firmar ese contrato ahora mismo si hace falta. Porque se acaba de dar cuenta de que no hay mayor forma de agredecerle a Aitana que sacando a la luz todas esas letras que llevan su nombre-.
-Amor, ¿A dónde vas?¿Qué pasa? -no puede evitar reírse por el impulso que ha tenido su novio y poner sus brazos en señal de confusión-.
-Voy a la discográfica.
-Me alegro. -es sincera y así lo muestra con la sonrisa que se percibe en su rostro-.
-¿Por qué me miras así? -Aitana nunca ha podido esconder su mirada. Es limpia y transparente, cualquiera que se tome la molestia de quedarse a mirar el fondo de sus ojos la calaría a la primera de cambio. Y esa mirada que ahora le regala a Luis es de orgullo, de absoluto orgullo por él-.
-Quien no entiende una mirada, tampoco entenderá una larga explicación. -usa como comodín ese proverbio árabe que aprendió hace mucho tiempo no sabe de dónde-.
-Deséame suerte. -la abraza buscando la suerte en esas manos que ahora agarran su espalda alargando el momento-.
-No la necesitas, pero te doy la mía. Toda. -le guiña un ojo y lo ve dirigirse a la puerta para, por fin, poner rumbo a consolidar su sueño-.
-¡Te quiero! -cierra la puerta sin dar lugar a que Aitana le pueda contestar dejándola con sus dientes atrapando su labio inferior y maldiciendose una y otra vez por no haberse aferrado a su boca antes de que saliera por la puerta-.

Está preocupada, como es natural. La última vez que Luis decidió apostar por la música, su relación acabó en catástrofe, pero las circunstancias no son las mismas.
Lucía, que quieran o no fue la mayor causante de más de un problema, ya no estaba y ya Luis tiene la experiencia de haber pasado ese proceso una vez.

Confía plenamente en él y sabe que ese disco irá bien. Sólo le queda seguir mirándolo con los ojos llenos de lágrimas de emoción que retiene.
Lo apoyaría en sus sueños más disparatados si eso le saca una sonrisa.

Sólo les queda disfrutar juntos ese camino al que ellos llaman "vivir".

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Que resulta que Luisito vuelve a los escenarios. Para lo que podría haber hecho...hasta muy buena fui.

Las que oían campanas de boda deben estar planeando mi muerte 😂

Muchísimo ánimo a las y los que todavía estén en una situación difícil, que ya vi el otro día que hay gente mucho peor que yo. Ánimo y aguanten un poquito más, que es por el bien de todos.
Espero que ustedes y sus seres queridos estén estupenditos y estupenditas.

Un abrazote que quite toitas las penas (como diría mi abuela).
Nos leemos mañana 🌟

Vuela altoWhere stories live. Discover now