Duele

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-Pasa, Carmen. -Rebeca ha escuchado atentamente la historia que Luis le ha contado a cerca de su relación con Lucía y sin pensarlo dos veces ha concretado una cita con la abuela de Laia para que su amigo pueda hablar con ella-.
-Luis, que alegría volver a verte. -Carmen siempre ha sido una de las mejores personas que ha conocido. Era atenta, simpática y buena con él. La suegra perfecta-.
-Carmen, siéntate y hablamos. -Luis no sabe muy bien como debe actuar después de enterarse de la muerte de Lucía. Es algo que ni siquiera ha comentado con Aitana-.
-No sabía que tú eras el pediatra de Laia. -por suerte, esa señora siempre ha sabido como romper el hielo con la mejor de sus sonrisas-.
-Yo tampoco sabía que Laia era tu nieta. -lo espeta. Ha estado cuidando de ella un mes y medio y no se ha dado cuenta-.

Ambos se quedan en silencio. No saben hacia dónde desviar la conversación.

-¿Quieres que te cuente lo de Lu? -la mirada de Carmen se vuelve oscura y sin brillo-.
-Por favor.
-Hacía meses que salía con un chico. Empezó a cambiar. Vestía diferente, dejó de quedar con sus amigas, se volvió cruel con las personas que sólo queríamos su bien... -ella se seca las primeras lágrimas que se atreven a salir y Luis le tiende su mano para que se aferre a ella-.
-No tienes que seguir si no quieres.
-Ay Luis. Fue muy difícil verla llegar muerta de miedo la primera vez que la ridiculizó en público. Ella decía que todo estaba bien, que él era así, pero yo sabía que algo pasaría en poco tiempo.
-¿Y qué pasó?
-Te contó que estaba embarazada y le preguntaste que si se lo contaría al padre. Ahí empezaron sus dudas.
-Me dijo que no sabía si contarselo. -la confusión de Luis se hace cada vez más notable. Él fue capaz de dejar todo atrás y coger un avión cuando supo de la existencia de sus hijos-.
-Sabía lo que iba a pasar. Él no se lo tomó nada bien. No quería nada que le atara a ella e intentó que abortara.
-Y ella no quiso...  -empieza a suponer que el carácter de Lucía sería un punto clave para el final de la historia-.
-Ella le dijo que lo haría por miedo. No lo hizo y cuando se le empezó a notar y se dio cuenta le dio una paliza y acabó aquí, dando a luz a una niña prematura y falleciendo a los diez minutos de conocerla. Perdió muchísima sangre. -Carmen lleva casi dos meses aguantando esa rabia de ver morir a su hija en manos de alguien que no merece ni ser recordado-.
-Yo...yo lo siento mucho, de verdad. -Luis está notablemente emocionado con esa historia. Nunca pensó que la decidida, exitosa y reivindicativa Lucía terminase así-.
-Me duele mucho todo esto. Cuando miro a mi nieta, a la que adoro, veo rasgos de su padre que me atormentan. Su padre mató a mi niña, Luis. -los sollozos son cada vez más fuertes. Ella luchó por sacar adelante a Lucía y criarla lo mejor que pudo y hace poco menos de dos meses se tuvo que despedir de ella por culpa de alguien que no la merecía lo suficiente-.

Luis no sabe que pensar y mucho menos que decir. Vivió por años con una mujer a la que creía conocer, sin embargo se siente culpable porque no supo ver el miedo en sus ojos. No supo interpretar la tristeza de sus palabras respecto al padre de Laia. Debió haberla escuchado con más atención cuando su sonrisa desapareció al nombrarlo después de anunciarle su embarazo.
Debió, pero no lo hizo. Y no debería culparse por ello, porque al fin y al cabo fue quien hizo que se perdiera los primeros meses de gestación de sus hijos. Intentar alejarse de ella era lo más coherente.

Pero ahora, ahora que la sonrisa, los ojos verdes, el grito, los abrazos y toda la magia de Lucía se ha reducido a polvo, está seguro de que nadie, absolutamente nadie, se merece un castigo así.

No se arrepiente de haberla conocido, ni de haberla visto saltar en el lado derecho de su cama cada vez que él decía que sí a uno de sus alocados planes.

Y duele, duele valorarla cuando ya no está. Duele darse cuenta de que le hubiese perdonado todo lo anterior a cambio de verla con Laia en brazos, como siempre deseó.

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Buenos diaaas!!

Hoy vengo a contar más en profundidad la historia de Lucía para que la entiendan más. Si dudan en algo, ofende a alguien o creen que estoy mal documentada, me lo dicen y lo cambiamos entre todos y todas. Este tema es muy delicado, así que cualquier sugerencia, es bien recibida.

Espero que también entiendan a Luisin.

Respecto al título, valoren a la gente, que cuando menos te lo esperas desaparece y no te da tiempo de decirle lo mucho que la quieres, y eso, duele. Decirle todos los días a alguien que le quieres es una forma maravillosa de que no le queden dudas. Y ya saben, entre menos dudas haya, más felicidad surge.

Después de este momento filosófico no tengo más nada que decir, así que nos vemos el miércoles en el cumple de nuestros sobrinitos y volvemos a tener la presencia de Emma, que sé que la echan de menos.
Ese mismo miércoles volvemos a recuperar el ritmo habitual de publicación.

Y por cierto, estoy en otra isla y no me traje la agenda (que es donde tengo apuntados todos los días importantes para recomendarles las historias), así que cuando llegue a mi casa de nuevo me pongo al día y las recomiendo todas juntas, si es que ha habido algún día señalado.

Un beso enorme y mucho cuidadín. ❤
Pd: y muchas gracias por los mensajitos, los comentarios y las estrellitas, que nunca lo digo, pero saben que siempre estoy agradecidisima.

Vuela altoWhere stories live. Discover now