Emma

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Ha tenido un despiste, un despiste bastante tonto y lo suficientemente grande como para maldecirse una y otra vez. El cumpleaños de Emma.

En su último cumpleaños le prometió que al año siguiente irían al cine y la llevaría al parque de atracciones.
Lo del cine podría pensárselo pero lo del parque de atracciones con dos bebés recién nacidos y lactantes...no lo tiene tan claro.

Se siente culpable por ello. Nunca le ha fallado a Emma, ni como tía ni como amiga.
Tiene claro que la niña pondrá todo de su parte para entender la situación pero sabe que su sobrina se acordará de la promesa.

Amaia ha sido la que se ha trasladado a su casa con una niña emocionada que después de haber ido al colegio y que sus compañeros le hayan cantado dos veces el "cumpleaños feliz" en distintos idiomas, se siente la más afortunada del mundo. No solo por eso sino porque hoy, excepcionalmente la han recogido a la salida sus dos padres, la han llenado de besos y ha sentido el calor de familia aunque siempre lo tenga.

Para la niña el día no puede ir mejor.
Ha presumido de padre delante de sus amigos. A Amaia la suelen ver más y los niños la relacionan con la madre que hace los mejores sándwiches de nocilla cuando van a casa de Emma a jugar pero sin embargo Alfred pasa más desapercibido entre sus compañeros.
Y ahora se dirige a casa de sus tíos y sus dos debilidades. Porque esos niños, con días de vida, eran su debilidad.

Los seis de cada mayo siempre habían sido especiales, de una manera o de otra.

Por si fuera poco, Luis le ha dicho que le iba a comprar su tarta favorita y que ese día comerian pizza.

El recibimiento es el mismo de todos los días añadiendo felicitaciones y regalos.
Regalos que pasan a un segundo plano cuando Aitana pone en sus manos dos circulos pintados de rojo que llevan las huellas de Álvaro y Nahia. Ha conunicado su firme decisión de que acupen el lugar más importante de su cuarto.

-Tata, el año que viene podríamos ir al parque de atracciones. -se acordaba. Aitana no puede sentirse peor viendo como Emma se lo echa en cara-.
-Lo siento, cariño. Los primos son muy pequeñitos y no podemos ir. -Aitana se agacha a la vez que intenta explicarle a Emma los motivos por los que, por primera vez, debe romper una promesa con ella-.
-Por eso, si van ahora no los van a dejar subirse en nada. -nadie da mejores lecciones que Emma. No le importa la promesa de su tía, no le importa haber tenido que esperar un año y que ahora Aitana la rompa. Solo le importa ser consciente de que de ahora en adelante, sus primos forman parte de su vida-.

Ha cantado con Luis, ha jugado con Álvaro y Nahia, ha soplado las velas junto a su madre y ha hecho pizza con su tía. Y cuando saliera de esa casa, iría al parque con su padre.
Nada mal para ser un día de esos en los que jurarías que a pesar de que te digan que eres especial, te sientes la misma.

Lo celebraría con sus amigos unos días más tarde. Amaia siempre ha sido muy metódica con los cumpleaños de su hija y lo tiene todo perfectamente organizado. Todo menos lo que le toca a Aitana. Las manualidades.

Desde que Emma y Amaia salen por la puerta y se quedan, los cuatro, solos, Aitana se pone manos a la obra.

Con la misma ilusión del primer cumpleaños recorta letras, números, dibujos y banderas. Con el mismo sentimiento de alegría mezclado con nostalgia que siente cada vez que llega ese día en el que se enamoró por primera vez.

-Vaya...no me quiero imaginar los cumpleaños de mis hijos. -un Luis sorprendido por las dotes artísticas que desconocía de su novia hace acto de presencia en ese salón un tanto abarrotado para como lo suelen tener-.
-Vas a flipar. Encima son dos. -sonríe orgullosa, sabiendo a ciencia cierta que todos los cumpleaños que prepara terminan siendo exitosos-.
-Siempre flipo contigo. -es consciente de que los mofletes de Aitana se ponen rojos en segundos diciéndole ese tipo de alagos-.

Ella sonríe de medio lado. Esa sonrisa que él llama de "pillina" y que le vuelve aún más loco si cabe.

Sonríe porque después de años juntos, dos hijos y un sin fin de noches acurrucada en su pecho, ese chico sigue profuciendo lo mismo en ella que el primer día.

Quizá eso es el amor. Enamorarse de la misma persona todos los días.

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Holaaa,
Hoy no tengo nada importante que decir pero ya me estoy acostumbrando a pasar por aquí para saludar.

Me siguen llenando de amor los mensajitos que me mandan. Gracias, por todo.

Ya saben, mucha responsabilidad y cuidado.

Muchos besitos ❤

Pd: Nos vemos el viernes, que les quiero presentar a alguien muy especial 😉

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