Luna

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Tiene delante a todos sus seres queridos.Los que han estado siempre y los que han llegado recientemente.

Su madre es un mar de lágrimas y su padre es quien lo mira con los ojos llenos de orgullo,porque está a una puerta de embarque de cumplir su sueño.
Su hermana está abrazada a la que ahora es su novia y no puede estar más feliz por la otra mitad de su corazón,su compañero de infancia.
Amaia tiene cogida a la que es su más sincera debilidad,su Emma que le sonríe como si fuera una de las que más lo entienden dándole toda la tranquilidad que es necesaria.
Sus compañeros de su todavía actual trabajo están pletóricos y sonrientes sabiendo que esa guitarra que tiene colgada es su máxima felicidad.
Y Aitana lo mira como el que ve la luz por primera vez.Está en medio de una pugna de sentimientos intentando ganarle la batalla a esas lágrimas que amenazan con salir.
Lo escucha decir que se va,que Lucia lo va a matar como no pase ya ese control de seguridad.
No tiene que pedirlo,es él quien entiende que necesita un abrazo urgente,de los que la recomponen siempre.Un abrazo que valga por todo el tiempo que van a estar separados.

-Cuidate mucho.-le medio regaña Luis antes de dejar un beso en su cabeza-.
-Te quiero.-no deja lugar a dudas-.
-Nos vemos pronto.Yo te quiero más.-son las últimas palabras que alcanza a decir antes de dejar un beso en sus labios y poner rumbo al interior de ese aeropuerto que Aitana empezaba a odiar -.

Él camina sin rumbo y asimilando todo lo que viene.
Le encanta la idea de salir de la monotonía e ir,poco a poco,tachando sueños de su interminable lista.
Ahí,con la guitarra a su espalda y el corazón lleno de ilusión se siente enormemente agradecido por todo lo bueno que le está pasando.

-Alegra esa cara,Luis.Seguro que lo pasamos bien.-Ella lo dice sin otro ánimo que precisamente el de animar pero la cara de el chico no transmite que le haya llegado el mismo mensaje-.
-Seguro que lo pasamos bien pero este rato es difícil de pasar.
-¿Estais bien?-omite el sujeto pero Luis sabe que se refiere a su novia-.
-Muy bien.¿Y tú,que tal te va en el amor?-se interesa Luis más bien por cambiar de tema y no recordar a Aitana por novena vez en diez minutos-.
-Espero que me vaya mejor.

La conversación se corta pues una voz fina probablemente de una mujer avisa por megafonía de que han abierto puertas y deben empezar a ocupar esa estructura de hierro que a Luis le daba pánico.
Entregan sus billetes y les desean un buen viaje que Luis sabe que no va a tener.Porque ese avión está sacando lo peor de él.

Como si de una conexión sobrenatural se tratara y Aitana supiera lo que necesita en cada momento de su vida,recibe un mensaje que podría ser calma y tormenta a la vez.

"Buen viaje amor.
Te quiero de aquí al fin de la
gira pasando por todas los
conciertos en los que vas
a hacer del mundo un lugar
mucho más bonito."

Y ahí podría subirse a tres o cinco aviones más.
Podría volver a decidir encontrarse con ella en un millón de atardeceres más y volver a desear siempre ese veintidós en el que sin quererlo se dieron un sí sin siquiera darlo.

Ella es luz,nadie podría apagarla nunca.
Porque siempre estaba y no hacía falta que nadie le dijera que de verdad la necesitaba.
Porque a veces ni ella misma se merecía y eso lo sabían ambos.
Y sobre todo porque sin haberlo hablado sabían que se esperarían,siempre y por encima de todo.Él sabia que al llegar estaría allí y que lo recibiría de brazos abiertos y ella estaba segura de que volvería a ese sillón en el que han visto maratones incontables y los volvería a ver con ella.
Porque sí,porque juntos daban los pasos más cercanos a la felicidad.

Porque de nada valen los mares si en realidad desde balcones diferentes se ve la misma luna.

Vuela altoWhere stories live. Discover now