Ángel y Saúl habían sido los últimos en llegar.
La pareja tenía un hijo en común que bajo consejo médico no podía saltarse ni una sola sesión de rehabilitación si querían que su manera de caminar mejorara y sus padres lo seguían a raja tabla,por eso mismo son ellos los que llegan con el niño quince minutos después de lo previsto.
Por suerte,Luis no ha llegado.Era de esperar si contábamos con que Amaia era la que debia llevarlo hasta allí.
A lo lejos y a la vez cerca Aitana oye una conversación que la llena de ternura.
Emma se había hecho amiga de ese niño en tres segundos y la charla entre ambos era de lo más entretenida.
-¿Tú juegas al fútbol?-le pregunta Oliver,el niño,a Emma-.
-Sí,siempre me eligen en los partidos del colegio.-sonríe orgullosa la niña llevándose de premio aplausos de su nuevo amigo-.
-A mi no me gusta mucho pero a veces juego al baloncesto.-su padre,Ángel,era el mayor fan del baloncesto y sin querer había inculcado aquello en el niño-.
-Yo no he traído pelotas pero he traído muñecas y cuentos para pintar.Si quieres lo podemos compartir y jugamos los dos.
Aitana ve como el niño asiente y Emma saca todos sus juguetes para compartir con su amigo de ojos claros.
Se entretiene con los que ahora,y sin que ellos lo sepan,son sus suegros.
Le cuentan mil historias de como se conocieron y de cuando Mónica y Luis nacieron.
Siendo sincera esas historias le estaban devolviendo la tranquilidad que le faltaba por la sorpresa que había preparado y que cada vez se alargaba más.
Los niños cada vez se acercan más y con ellos Mónica,que debido a su instinto ha decidido tirarse en el suelo a jugar con ellos y ahora escucha atenta la conversación que mantienen.
-A veces los niños de mi colegio no me dejan jugar con ellos.-no lo dice triste,simplemente lo acepta como alguien que tiene asimilado que así es como tienen que ser las cosas-.
-¿Y por qué?-una de las mejores virtudes de Emma siempre seria la curiosidad -.
-Pues porque yo no tengo una familia normal,tengo dos papás.-intenta explicarle aquello a la niña utilizando sus dedos para marcar el numeral-.
-¿Y qué es lo normal? No me gusta esa palabra.-Es rotunda.No le gusta la palabra "normal" porque marginaba todo aquello que salía de los cánones -.
Aitana y Mónica se miran y no la pueden admirar más.
Ella,a su corta edad ya sabía que esa palabra no podía designar nada bueno.
Lo normal para ella era aburrido y común.
Desde muy pequeñita Aitana,Amaia y Alfred han trabajado en equipo para que Emma conozca los distintos tipos de familia que existen y lo entiende con una madurez ejemplar.
Sabe que hay familias mono parentales y mono marentales que nada tienen que envidiar a la convencional.Y tiene la idea de que existen familias en las que hay dos madres o dos padres,como la de Oliver.
Ella sabia casi desde que nació que donde hubiera amor podría haber familia.
Así que una vez más,Emma vuelve a dar una lección de vida.
Poco dura el momento pues Amaia manda un mensaje al grupo titulado "sorpresa Luis" diciendo que están a punto de llegar.
Las luces se apagan y todos permanecen en silencio,en realidad casi todos porque por alguna extraña razón a Emma y a Oliver les hace gracia la situación.
Noemí nota como las piernas de Aitana se tambalean y agarra su mano en señal de paz.
Mientras,los amigos de Luis planean como ponerse para que a todos se les vean las caras pero aun mas importante era ver la de Luis,porque nadie se la quería perder.
Se oye a Amaia hastiada intentando que Luis pare de preguntar cosas y salga del coche para tener un buen desenlace del plan.
Poco tarda en hacerle caso pues en menos de dos minutos se abre la puerta para recibir a los únicos que faltaban en esa casa.
Amaia enciende la luz y todos los que están ya dentro gritan "sorpresa" al unisono. A Luis le importa poco si aquello estaba ensallado o simplemente se habían alineado todos los planetas para que sonara bien esa palabra,solo sabe que está rodeado de la gente que más le importa y eso le hace inmensamente feliz.
Igual de feliz que saber que todo eso ha sido idea de la persona que ahora lo miraba sonriendo y con los ojos aguados.
