Las cosas siempre vuelven.
El agua siempre vuelve al río del que salió y con las personas pasa algo parecido.Por eso Lucia había decidido que esa distancia con Luis tan fría y seca no era propio de ellos.
Tras concertar una cita para tomar café y haber aceptado ambos,quedan en un sitio que frecuentaban juntos y que podría contar mas de una historia que pocos sabian.
Aunque no sea nada raro,Luis es el primero que llega y casualmente,o no tanto,se sienta en la mesa favorita de la chica.Al lado de la cristalera y con mucha luz.
Por eso mismo,a Lucia no le cuesta encontrarlo cuando llega.
Se saludan a lo lejos con una gran sonrisa y de cerca con dos besos.
No les cuesta entablar conversación,han sido muchas semanas sin saber nada el uno del otro y pese a ser una decisión tomada no dejaba de ser extraño no tener absolutamente nada de conversación con quien antes hablabas por horas.
No hay silencio y tampoco situaciones incomodas.Saben perfectamente como actuar delante del otro y sonreír cuando lo que vas a decir sabes que podría herir en los sitios donde las manos no llegan.
En algún momento ha salido el nombre de Aitana y Luis ha disipado el momento citándola como una buena amiga.
Tal vez esté mal o simplemente podría haber sido de otra manera pero ante situaciones de presión,los humanos reaccionamos de extraña manera.
Él más que nadie quería aceptar que esa chica con flequillo le tenia loco y quería gritar a los cuatro vientos que cada vez que ponía su mano apoyada en el moflete a modo de pose,se moría por dentro de la ternura que aquello le provocaría a cualquiera.
Contra toda fuerza de voluntad no lo hace y calla lo mucho que otorga.
No saben como han llegado ahí pero las sillas que antes estaban enfrente ahora están al lado y el contacto físico,aunque sean roces,se hacen presentes en esa mesa redonda.
No hay espacio físico que pueda impedir que Lucía se acerque cada vez más y acabe chocando sus labios con los de Luis.
Cepeda cree estar en una especie de trance en el que eso no sea verdad pero cuando se quiere dar cuenta ya es demasiado tarde para evitarlo pero no para separarse.
Lo hace bruscamente provocando así una pequeña sobre exaltación en la chica que inmediatamente lleva su mano derecha a la boca mal diciéndose por lo que acaba de hacer.
-Lo siento Luis,no quería incomodarse.-mira al suelo buscando apoyo en alguna baldosa que seguramente haya recogido ya alguna lágrima proviniente de sus ojos-.
-No pasa nada,ha sido un error.No va a volver a pasar.-no quiere que vuelva a pasar,por ellos y por Aitana.Porque en algún momento se lo tendra que contar y aun sin ser nada siente que le debe una explicación -.
Hay quien lo llama destino y quien prefiere llamarlo casualidad.
Quizá lo que sucede después no sea mas que una causalidad y que el nombre de Aitana en el móvil de Luis en forma de llamada entrante solo logre ponerlo más nervioso y aun así decida cogerlo.
-Dime Aitana.
-¿Estás ocupado?
-No ,dime.
-Emma ha venido de pasar el fin de semana con su padre y te quiere invitar a ver una película.-probablemente la voz de niña que pone Aitana para convencerlo no ayude mucho a Luis -.
-Claro,luego me paso.Dile que vaya eligiendo.
-Luis,si no te apetece no pasa nada.
Tocado y hundido.
No pretendía que lo calara tan pronto pero esa chica siempre iba mas allá de sus expectativas.
-Sí me apetece,luego nos vemos.
-Estás muy raro,¿estás bien?
-Sí,luego hablamos.
No la deja despedirse.
Siente que si es capaz de conocerlo así,ocultarlo no va a ser una opción.
Realmente no quiere pensarlo mucho,estaba hecho un lio y aquello solo empeoraba su salud mental.
¿Queria algo con Aitana y por eso le afectaba tanto su decepción?
Entonces es cuando se da cuenta de que el verdadero miedo que tiene es a decepcionarla.
Porque ella nunca lo haría.
Porque ella era la completa ilusión para las desilusiones.
