Felicidad eterna

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Todo parecía indicar que Aitana se olvidaría de esa charla y que Emma se libraría una vez más de alguna reprimenda de su tía.
Contra todo pronóstico,al recogerla en el colegio,saca un rato mientras andan por la calle para sacar el tema.

-A ver,¿que te pasa con Luis y conmigo?-su tía le pregunta abriendo el coche.Coche que ya lleva dentro equipaje de ambas para ese fin de semana que Aitana le había pedido a Luis-.
-Nada tata.-es firme,no iba a aceptar que está celosa y que de vez en cuando le molesta no ser el centro de atención que era antes entre ambos.
Realmente no iba mal encaminada,de no ser por sus citas médicas no se hubiesen conocido-.
-Sabes que me puedes contar lo que quieras,somos amigas ¿no?-la intenta persuadir,eso siempre había funcionado con sus rabietas-.
-Sí tata,eres mi mejor amiga.-se siente culpable por no ser del todo sincera con la que,casi desde que nació,ha sido su confidente -.
-¿Entonces?-Aitana se empieza a desesperar por no tener una respuesta de la niña,una respuesta convincente que les sirva a las dos para poder seguir adelante con esa dificil tarea que está resultando atar a Emma en la silla del coche-.
-Vamos a llegar tarde.-Emma saca su última carta y aunque Aitana se percate de sus intenciones no puede negar que la niña tiene razón una vez más.Deben salir ya si no quieren llegar tarde,más de lo normal-.

El trayecto es tranquilo.
Un disco de Miliki con las canciones de la infancia de Aitana suenan ahora para Emma y las cantan ambas entusiasmadas.Tendrán que pedirle a Luis que las grabe con su voz para ellas.
Intercambian algunas palabras sin mucho significado pues los nervios reinan dentro de ese vehículo.

Emma ha preparado con sumo cuidado todo lo que va a pasar ese fin de semana.Se ha pasado varios días recortando y pintando todo tipo de decoraciones y a pesar de su poca delicadeza con los secretos ha sabido guardar este.
Aitana ha invitado a una casa de campo a Mónica y a sus padres,estos han aceptado sin pensarlo dos veces con la única condición de dejarles preparar su famoso pollo al horno que preparaban juntos y que le habían prometido a Emma.
Amaia seria la encargada de llevar a Luis hasta allí,una pieza fundamental en el puzzle.
Entre los invitados también estaban los compañeros de trabajo de Luis,tanto del bar como de la clínica.

De lejos se puede ver que Luis es una de esas personas clasificadas como queridas.
Nadie duda en acompañarlo en esos días,todos quieren hacerlo feliz y que recuerde su cumpleaños de la mejor manera posible.
Empezando por Aitana que se ha esmerado en decorar la casa para que cuando llegue encuentre una auténtica fiesta.

Emma pinta el nombre de cada invitado en el mantel de papel.
Aitana tenía la concepción de que aquello seria un desastre que podría justificar diciendo que era una niña con ganas de dibujar pero para su sorpresa quedan bastante bien y tiene claro que a la vuelta tendrán que cambiar esos cuadernos simples de pintura por otros más avanzados.

Son conscientes de que en cualquier momento puede llegar Luis cuando son Noemí y Luis padre los que tocan en la puerta acompañados de Mónica.
Esta ultima abraza a Aitana como si fuera la última muestra de cariño que le iba a dar y por fin conoce a la famosa Emma,esa que le había enamorado solo escuchando sus historias y de la que tiene claro que escribirá.

-No me imaginaba que fueses tan guapa.-se agacha para entablar conversación con la más pequeña mientras su amiga saluda a sus padres-.
-¿Tu eres la hermana de Luis?-pregunta curiosa pasando las manos por el pelo de la chica con el único fin de notar en su piel las ondulaciones que luce-.
-Sí,y además soy muy amiga de Aitana.-afirma sonriente permitiéndose el lujo de recrearse en el tacto que le está proporcionando la mano de la niña en su cabeza-.
-Yo también soy amiga de mi tata.-está segura de eso y ante todo se lo quiere dejar claro a esa chica de pelo castaño oscuro y ojos casi verdes.Su tata primero era su amiga y ya luego,del resto del mundo-.
-¿Y mía no?-frunce el ceño intentando asegurarse un sí-.
-Vale,así cuando Luis y mi tata vayan al parque y se den la mano,tú me la puedes dar a mi.

No hay dudas.
Emma se lleva otro corazón al bolsillo,esta vez de Mónica que sin querer queriendo ha encontrado toda la luz del mundo en ese par de ojos de diminuto tamaño y esa sonrisa que por momentos asegura felicidad eterna.

Vuela altoWhere stories live. Discover now