Juntos

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-No he visto nada más allá de cariño pero me he puesto celosa.-le cuesta admitirlo porque se siente tonta cuando esas palabras salen de su boca-.
-Aiti,me podrías haber preguntado.-y tiene toda la razón,es mucho más fácil preguntar que hacerse ideas absurdas en la cabeza-.
-Ya lo sé,no sé que me ha pasado.-lleva la mano a su flequillo como signo de nerviosismo y timidez-.
-Estás aquí y no me has dejado solo en mi cumpleaños,algo es algo.-se permite hacerle una caricia en son de paz-.
-El que me ha dejado tirada esta mañana has sido tú,Luisito.-lo dice medio en broma medio en serio sacando de una vez su confusión por no haberlo visto esa mañana tocando a su puerta con chocolate y churros-.
-Ha venido mi familia y es un poco feo echarlos.-Luis dice en voz alta lo que se le había pasado por la cabeza esa misma mañana-.
-¿Han venido tus padres?-lo pregunta ilusionada,porque sabe que de una manera u otra,eso haría feliz a su chico-.
-Y Mónica.-sonríe orgulloso recordando el maravilloso día que ha pasado-.

Aitana comparte su alegría,le fascina verlo feliz y que tenga los ojos llenos de ilusión.
Una ilusión que ella le quiere dar cada día y a ser posible,recibirla nutriéndose de la suya.

-Te tengo que hacer una propuesta.
-Dime.-está dispuesto a escucharla y cree que aceptaría con los ojos cerrados-.
-Pide el fin de semana libre.-Aitana hace un puchero al que Luis no se resiste y con el que consigue que él asienta dándole a entender que hablará con sus jefes-.

No pregunta,no quiere estropear lo que quiera que haya pensado la chica para él pero ya tiene claro que habrá planeado su vida,por lo menos esos tres días.

-¿Me vas a secuestrar?-la picardía que le pone Luis a la pregunta deja en fuera de juego a Aitana-.
-Podría pero eres muy pesado a veces,te devolvería rápido.-ella combate la picardía del chico con su estupendo sentido del humor-.
-Más quisieras tú raptarme.-en realidad si se analizara el lenguaje no verbal de Aitana,no tardaría nadie en darse cuenta de que pensaba firmemente que nada seria mejor que tenerlo para ella sola un día,o cinco,y que el mundo no existiera para ninguno de los dos-.

Después de mucha conversación,poca tarta y demasiados "quedate",Aitana se despide prometiendo que mañana se verán para merendar con Emma.
Tendrían que hacerlo si no querían perder la vida en el intento.
La niña había pedido darle un beso "que estallara" a Luis el día de su cumpleaños y los adultos habían roto su promesa quedándose así la pequeña sin compartir ese día especial con el que era una de sus personas favoritas.
Los dos están convencidos de que unos crepes de nutella lo arreglarán.

-Hasta mañana,guapo.-le guiña un ojo antes de abrir la puerta-.
-Hasta mañana,amor.-consigue alcanzarla y plantarle un beso de los que hacen que pienses antes de dormir-.

Sale victoriosa y sonriente.
Bendito consejo de Emma y bendita tarta.
Solo se arrepiente de no haber ido antes,de no haber reaccionado y correr a por su beso en la cabeza y su abrazo salvavidas.

Solo le queda llegar a su casa y escribirlo.
Escribir quince veces el mismo poema y que todos lleven por título su nombre.
Sentarse y que sus besos salgan en forma de palabras haciendo que la magia deje de llevar consigo chisteras y conejos para llevar bolígrafo y papel.
Iba a plasmar cada sonrisa del chico y a escribirle un libro en el que cada día pudiese verse reflejado como lo ve ella.

Él,en su casa,no deja de sonreír y de agradecer al universo y a la vida que la hayan puesto en su camino.
No deja de repetirse a si mismo que seria un privilegio tener la suerte de conocerla todos los días,una y otra vez.
No todos los días se conoce a personas como ella.Personas que dejan atrás su orgullo y tocan tu puerta haciéndote ver que hay cosas mejores,y peores también.

Era ella.
Era él.
Y juntos,el equipo mas imperfecto que se pudiera conocer.
Un caos esperando ser ordenado.

Y lo ordenarían,
juntos.

Vuela altoWhere stories live. Discover now