Señorita

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ᴇᴘɪsᴏᴅɪᴏ 89
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Al saber que Anne se había puesto de su parte, a Elizabeth se le aceleró el pulso.

—No fui a juzgarte, y aunque lo hubiera hecho, no tendría nada que objetar ante una mujer enferma y su hija que la quiere y que desea lo mejor para ella, pase lo que pase. — Levantó la barbilla y clavó la mirada en la pared del fondo de la estancia.

—No fui justa contigo y me equivoqué. Me gusta castigarte para excitarte, pero no pretendía hacerte daño. Sin embargo, aquel día en el avión... lo hice. No del todo, pero una parte de mí se moría de ganas...

—¿De hacerme sufrir lo mismo que tú estabas sufriendo? — La mirada de Laylah se clavó en los ojos de ella.

—Sí.

—Lo entiendo, Laylah. — Dijo Elizabeth suavemente.

— Lo que me molestó no fue lo que pasó en el dormitorio del avión. No me hiciste daño y quiero que sepas que fue muy placentero. Lo que me dolió fue que te alejaras de mí de aquella manera.  Elizabeth notó que cada vez se sentía más tensa. 

—Estaba avergonzada. De ella. De que la hubieras visto. De mí misma, por sentirme todavía igual que cuando era pequeña, cuando no quería que nadie la viera. ¿Por qué debería seguir importándome? —exclamó.

La tristeza de sus palabras quedó suspendida en el aire, expulsando toxinas a su paso, palabras secretas que Laylah había guardado en su interior desde que era una niña, quizá las palabras cruciales más poderosas que jamás había dicho a Elizabeth... a nadie. Se acercó a Laylah, le rodeó la cintura con los brazos y apoyó la mejilla en el pecho de ella.

Podía percibir el intenso aroma de su perfume. De pronto, cerró los ojos al sentir una oleada de emociones. Era consciente de lo difícil que era para Laylah decir según qué cosas, Laylah que se protegía por sistema frente a la vulnerabilidad, permanecía fuerte y estoica porque creía que no tenía más opciones.

—Te quiero. — Dijo Elizabeth. Laylah la sujetó por la barbilla para que levantara la mirada y luego le acarició el mentón con el dedo pulgar, con el ceño fruncido.

—¿Qué pasa? —susurró Elizabeth.

—No me he dado permiso a mí misma para enamorarme de ti. — Elizabeth se echó a reír cuando comprendió el significado de sus palabras.
Eran tan propias de ella... Podía sentir el pecho henchido de amor, tan grande y puro que casi resultaba doloroso.

—No lo puedes controlar todo, Laylah, y esto mucho menos. ¿Con eso quieres decir que sí, que me quieres?

—Creo que te quiero desde antes de que nos conociéramos, desde el día en que me di cuenta de que eras tú la que me había pintado sobre el lienzo... Tú la que habías reflejado mi dolor con mano experta. Cuando me di cuenta de lo que habías visto en mí, me sentí avergonzada. Eres demasiado buena para mí —declaró con la voz ronca— y estoy segura de que no te merezco, pero eres mía, Elizabeth. Y por si te sirve de algo... yo también soy tuya mientras me quieras.

Aquellas palabras zarandearon los cimientos del mundo de Elizabeth y estuvieron a punto de hacerla caer. Hasta que la boca de Laylah se posó sobre la suya y sintió que recuperaba el equilibrio.
Se separaron del beso y sus miradas se encontraron como dos estrellas que a distancia iluminan. Laylah siguió acariciando el mentón de Elizabeth mientras separaba su mano en búsqueda de la de ella.

— Dame la mano y danzaremos. —  Dijo Laylah. Elizabeth la sujeto con fuerza.

— Claro.  — Dijo ella con un tono dulce, Laylah la sujeto por la cadera y Elizabeth  rodeo una de sus manos sobre el  hombro de Laylah. Al fondo se escuchaba una música,  Ambas comenzaron a moverse al compás del ritmo de la música...

<< You say we're just friends But friends don't know the way you taste, la la la
'Cause you know it's been a long time coming
Don't you let me fall
Ooh, when your lips undress me>>

Elizabeth vio fijamente los ojos de Laylah que en su interior mostraban un fuego ardiente de pasión y un brillo lleno promesas.

<< Hooked on your tongue
Ooh love, your kiss is deadly
Don't stop. >> 

Laylah la hizo girar quedando Elizabeth  de espaldas,  la rodeo y coloco sus manos en el vientre de Elizabeth y ella atrapó las manos de  Laylah con las suyas, se acerco más a Laylah para que su cuerpo que siempre encajaba quedara pegado al de Laylah.

<< I wish I could pretend I didn't need you
But every touch is ooh la la la
It's true, la la la
Ooh, I should be running>>

Ambas se movían al mismo ritmo sin titubear en ningun paso con una perfecta sincronía.

<< I wish it wasn't so damn hard to leave ya
But every touch is ooh la la la
It's true, la la la >>

Elizabeth  presentía que Laylah estaba sonriendo así que lentamente recostó su cabeza en el pecho de ella inundandose de nuevo con su aroma.

<< All along I've been coming for you
And I hope it meant something to you
Call my name, I'll be coming for you
Coming for you, coming for you, coming for you
For you.... >>

Fin.

Dame la mano y danzaremos [Finalizada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora