Un accidente, dos mundos que colisionan uniéndose en uno.
Bybee no ha tenido precisamente suerte en la vida, sobre todo teniendo a la hermana que le ha tocado. Bianca ha intentado por todos los medios arruinarle la vida, lo que no sabía ella era q...
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ÁLBUM: SORPRESA CANCIÓN: Juice - Lizzo
Me estaba poniendo nerviosa. En el coche reinaba el silencio, interrumpido sólo por la canción que sonaba en la radio. Me mordía el labio inferior mientras reposaba la cabeza hacia atrás y tamborileaba los dedos en mi pierna al ritmo de Juice de Lizzo. Me picaban los ojos y empezaba a costarme aguantar las ganas de no arrancar el antifaz y echar un vistazo por dónde íbamos.
Cuando la canción se terminó, abrí la boca para preguntarle si faltaba mucho cuando de pronto el coche se detuvo. Contuve la respiración y mi corazón se aceleró a tal punto que parecía que se me iba a salir del pecho.
—¿Lista? —susurró en mi oído mientras deslizaba una mano por mi muslo hasta llegar a tela de mi braguita. Abrí la boca, quedándome sin aliento. Me relamí los labios al tiempo que hacía un pequeño circulo con el pulgar—. Será mejor que nos demos prisa sino perderé la...
Suspirando se apartó de mí y a los pocos segundos escuché el portazo de la puerta coche.
—Joder...—susurré.
Cuando pensé en castigarlo no tuve en cuenta que pudiese ser un arma de doble filo. No solo yo sabía provocarle, él también sabía dónde apretar para hacerme quedar sin aliento.
La puerta a mi lado se abrió y una pequeña ráfaga de aire me erizó la piel y me puse alerta.
—Ven, te ayudo...—dijo cogiéndome de la mano de la mano tras quitarme el cinturón.
Con cuidado me ayudó a bajarme. En cuanto ambos pies tocaron el suelo y estuve estable, noté como sus ágiles manos ajustaban el abrigo, seguramente tapando cualquier zona comprometedora.
—Te iré guiando...
—Por favor, no me dejes caer y no te apresures que estos tacones son muy inestables...—cuchicheé por si había oídos alrededor.
—Tranquila, no dejaré que te pase nada—Aseguró susurrándome al oído.
Tras cerrar el coche, una de sus manos se unió a la mía y la otro se posó en mi cadera. Íbamos despacio, me iba indicando los obstáculos en el camino.
—Ahora subiremos una escalera, no te preocupes, tiene unos cuantos peldaños...— Me apretó más la mano y me ayudó cuando pisé uno de los escalones mal y perdí el equilibrio. En todo momento me recordaba que estuviese tranquila y confiara en él—. Ahora abriré la puerta, espera aquí un momento.
Me soltó durante unos segundos y por muy rápido que pasase esa fracción de segundos, el pánico me atrapó y empecé a hiperventilar. Estaba a punto de alzar la mano y arrancarme el antifaz cuando su mano volvió a posar sobre la mía, y la paz volvió a mi.
—Tranquila, a unos pasos te dejaré quitártela— se rio en mi cuello, provocándome aún más nervios.
