ACCIDENTALMENTE TUYA © 1º PARTE

75. BEE

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ÁLBUM:Meter la pata
CANCIÓN:Hotel Ceiling - Rixton

Joder, estaba chispeante.
Iba en chándal gris y una camiseta blanca. Desde que nos habíamos permitido ser «amigos», verle de Sport era todo un lujo, le acentuaba mucho más los músculos y le hacían un culito de diez.

—Ni que hubieses visto un fantasma— se burló él acercándose a mí.
Mi reacción no fue lo que él esperaba. Lo sabía por esa sonrisa torcida, tirando a falsa que solo usaba cuando algo le desconcertaba.
—Quizá... Creía que llegabas mañana.
Su sonrisa se hizo más ancha, como si mi respuesta le complaciera un poco más.
—Cambio de planes.
—Hum.
Se plató ahí delante de mí, esperando algo. ¿Un beso? Estaba demasiado nerviosa y tensa como para reaccionar. Al ver que no hacía nada empezó a inspecionar su propia habitación.
—¿Cuándo llegaste?
Desvió su mirada hacia mí nuevamente y se cruzó de brazos. Un gesto muy habitual en él, había estado haciendo ejercicio en las últimas semanas, era inevitable no darse cuenta, se veía más fuerte y robusto. Aunque no hubiese sacado el tema en cuestión, me fijaba demasiado bien en su cuerpo como para no caer en ello.
—En el momento que te envié ese mensaje.
Volvió a sonreír, solo un poquito.
¿Eso significaba que había armado todo aquello solo para verme? Que dulce.

Ese hecho encendió una chispa en mi interior que rápidamente se vio apagada por mis remordimientos.
No debería sentirme tan culpable por un polvo, maldita sea.

—¿Y qué tal fue tu fin de semana?— preguntó él adentrándose en la habitación y empezando a caminar en círculos.
¿Por qué preguntaba eso? ¿Acaso sabía algo?
El nudo que tenía en el estómago se hizo más grande mientras los nervios iban en aumento.
Mi madre siempre decía que si intuía que alguien ya sabía la verdad lo mejor era no mentirle y quedar en ridículo con que seguí el consejo de mi madre.
—Em... me he enrollado con un chico ¿y tu?
Me mordí el labio mientras él se daba la vuelta nuevamente para mirarme. Mí contestación le cogió por sorpresa, no respondió al instante, sino que me examinó minuciosamente.
Las abejas de mi estómago volaban despavoridas, como siguiese sin decir nada vomitaría allí mismo.
—No, yo no me he enrollado con ningún chico.
Reí nerviosa. ¿Y ahora por qué diablos me reía?
Él frunció el entrecejo perdiendo la sonrisa.
—No fue algo planeado solo pasó y... no me siento muy a gusto con eso ahora mismo.
—confesé ante el.
—¿Y eso por qué?
Volví a reírme nerviosa.
Joder Bee, contrólate.
—Bueno... tu y yo...
Él negó con la cabeza.
—No te preocupes por lo que hay entre nosotros Cohen, somos grandecitos, nos acostamos a veces y lo pasamos bien ¿no es así? Pues eso es todo, puedes acostarte con quien quieras...

Tragué saliva.
Ese «eso es todo» me sentó como una patada en el culo, y su tono de enfado hizo que supiera al instante lo molesto que estaba con mi declaración. Deberían haberme llamado metepata porque lo único que sabía hacer bien era meter la pata hasta el fondo.

—Wes...— empecé intentando disculparme o explicarle lo que había pasado pero él no me dejó, se hizo con el informe y fingió echarle un vistazo.

—Eso es todo Cohen, ya te puedes ir, se hará tarde.

Me dio la espalda ignorándome.
Sabía que podía pasar esto, pero no creía que fuera a doler tanto que me ignorase de esa forma.
Vamos ¿qué estaba esperando? ¿Qué me diera una palmadita en la espalda y me apoyara?
Los hombres no saben compartir y menos a otra persona, aunque esa no signifique nada.
Abrí la boca para decir algo pero no supe qué declarar en mi defensa así me marché mientras el nudo de mi garganta se hacía más y más grande.