ACCIDENTALMENTE TUYA © 1º PARTE

97. BEE

97
ÁLBUM: Hablando de perdón
CANCIÓN:
Valerie -
Mark Ronson feat
Amy Winehouse

—Hola hermanita...—Una voz terriblemente conocida y temida transformó mi oasis en pesadilla en cuestión de segundos.

Tragando con dificultad, ladeé la cabeza a la izquierda para dar de lleno con Bianca. Se había teñido el pelo de Rojo Cereza lo que le daba mucho más color a su piel de por sí pálida.
Mi corazón empezó a latir desbocadamente, y mis manos empezaron a sudar.
Creo que estaba empezando a tener un ataque de pánico.

—No sabía que tuvieras una hermana—
soltaron mis amigas al unísono como si sus cerebros se hubiesen sincronizado.
Abrí la boca y la volví a cerrar.

—Yo tampoco.

Lazándole una mirada envenenada a Bianca me alejé de ellas. ¿Por qué siempre tenía que aparecer? Maldita bruja.
Vale, lo último que sabía de ella era que estaba trabajando en el departamento de contabilidad de la empresa pero a estas alturas creía que ya se habría largado muy lejos... se veía que me había equivocado.

Maldita seas, Bianca.

—¡Oye!—Bianca me acabó siguiendo por la casa y al no hacerle caso me agarró del brazo para frenarme—. Solo quiero hablar contigo.

Me reí irónicamente y deshaciéndome de su agarre me crucé de brazos.

—No tengo nada de que hablar contigo...
Poniendo los ojos en blanco ella hizo el mismo gesto que yo.
—Solo quería pedirte perdón... Ya sabes, por todas mis cagadas... Estoy yendo a terapia... me va bien... sabes.

Arqueé una ceja sin creerme ni una sola palabra.

—¿Me tomas el pelo? Porque sinceramente no tengo tiempo para tus locuras.

Por unos segundos vi cómo se desesperaba pero tardó poco en volver a recomponerse. Había demasiada gente a nuestro alrededor, la música me perforaban los tímpanos, y cada dos segundos alguien rozaba su brazo con el mío pasando por el lado. No era que la casa de Wes fuera tan grande como para albergar todo el personal, aunque ya sabes lo que dicen por ahí; el roce hace el cariño, esperaba que ese fuera su objetivo.

—Va en serio, he conocido a alguien... Es buena gente y me está ayudando.

Entrecerré los ojos, sin creérmelo del todo.
Bianca siempre había sabido actuar a la hora de engañar a una persona para que creyera lo que ella quería. Yo también había creído tantas veces sus mentiras que ahora solo me restaba la desconfianza. Sobre todo cuando había tenido mil oportunidades para ser la hermana del año, pero siempre se le iba la pinza y lo tomaba conmigo, jodiendo la poca felicidad que pudiera haber tenido en ese momento.

—¿Y sabe ese tipo «tan afortunado» qué eres una psicopata? — esa pregunta la hice medio riendo, no porque quisiera enfadarla y sacar lo peor de ella para sólo así saber al cien por cien que me mentía mientras que con una sonrisa falsa me pedía perdón a la cara.

Bianca apretó levemente los labios hasta que estos se convirtieron en una fina línea blanca.

—A medias. No esperaras que le diga todo lo malo de sopetón.

Me reí un poco más, pero no de ella, sino porque todos omitimos cosas al conocer a alguien que nos interesa.

—Os deseo toda la felicidad del mundo.

Ella chasqueó la lengua haciéndome callar al momento. ¿Ya iba a dejar salir el demonio que llevaba dentro? ¿Debía empezar a gritar o esperar a que me atacara? Lo último que quería era ser la comidilla del año porque mi hermana sacara el demonio que dominaba su vida.

—Aunque sea ironía, te tomo la palabra, para que veas que intento seguir el buen camino.

Abrí los ojos como platos durante unos segundos mirando a mi alrededor. ¿Alguien nos estaba mirando? ¿Si me atacara alguien me salvaría? Todos parecían ajenos a nuestra conversación. Respirando hondo volví a mirarla. Parecía serena, eso me sorprendió. Normalmente ya habría perdido la compostura y me estaría tirando del pelo o algo peor.

—¿Te importa si te robo a tu hermana unos segundos?— Una voz masculina a mi espalda me dejó paralizada ante la sorpresa. No creía que tuviera suficientes agallas para hablarme allí, cuando cualquiera podría vernos y deducir cosas que no eran, aunque en el caso sí lo fueran.

Bianca lo miró unos segundos y luego bajó sus ojos azules hacia mí. Intenté decirle que no me dejara a solas con él con los ojos pero no lo entendió o era tonta o le importó una mierda.

—Claro, iré a por un canapé de gambas, está de vicio.

Nos dedicó una última mirada y desapareció entre la muchedumbre.

Se colocó ante mí y de pronto me vi rodeada por su olor. Siempre me cautivó su aroma, me recordaba al olor de la canela y la manzana.

—Wesley...

Su sonrisa, como bien predije anteriormente, me desarmó al instante, haciendo que me ablandara por dentro.

—Estás preciosa...

Le vi repasar mi cuerpo con descaro unos segundos sin poder decir nada. Sus ojos verdes tenían un brillo distinto al que hubiese visto antes, como si de verdad se alegrara de verme.
Cosa que al principio no solía pasar ya que antes rezaba para que nunca apareciera. Sobre todo cuando trabajaba para él.

—Gracias, tú tampoco estás mal.

Gran mentira.
Estaba cañón, estaba como para comerle y chuparse los dedos.

Él se relamió los labios sin saber bien qué decir y yo di un paso hacia atrás sintiéndome en la misma situación.
Me imaginé esa situación innumerables veces pero en mi imaginación siempre me volvía loca y le empezaba a insultar, sin embargo, en ese instante lo último que se me pasaba por la cabeza era ponerle a parir.

—Me alegro de que hayas venido, me gustaría hablar contigo más tarde, ahora debo dar un discurso, pero... Realmente necesito aclarar un par de cosas contigo.

Parpadeé un par de veces, mi cerebro tardó varios segundos en procesar lo que acababa decir. ¿Quería hablar conmigo para qué?

—¿De qué quieres hablar? Creía que después de la sorpresa de tu ex ya no habría nada qué decir ni aclarar.

—Es importante, prometo que no te arrepentirás.

Forzando una sonrisa, se alejó hacia el salón para dar el discurso de fin de año junto a su abuelo.

Hola bombones,
¿qué tal os trata la semana?
He empezado a subir fotos con frases del libro en instagram! Podéis ir y darle amor?❤️❤️❤️  MUCHAS GRACIAS💜💜