41. BYBEE

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41ÁLBUM: PazCANCIÓN: Malibu - Miley Cyrus

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ÁLBUM: Paz
CANCIÓN: Malibu - Miley Cyrus

El lunes salí un poco antes de clase para que me diera tiempo de pasar por Starbucks para comprarle un café. Un café de verdad, no un café guarro de la cafetería. Esperaba que con eso pudiéramos firmar la paz. Le pedí café puro de Brasil con nata y un té chai late para mi y me marché a la oficina.
Iba con los dedos cruzados esperando que esa tarde sí estuviera.
Llevaba dos semanas sin saber absolutamente nada de él, y siempre que preguntaba a Missy, ella me decía que no era asunto nuestro.
Missy era simpática, pero no se metía donde no le convenía, no como a mí. Mientras subía en el ascensor iba casi rezando para que no siguiera en paradero desaparecido.
Prefería darle el café que desperdiciar mi dinero por nada.
Empujé la puerta acristalada con la cadera y entré.
Esa mañana me había decantado por un sencillo vestido de color esmeralda, unos tacones verdes con amarillo y, sin pensármelo mucho aquella mañana, saqué a estrenar la gabardina.
—¿Está?— pregunté a Missy y ella asintió sin apartar la vista de su Mac.
Parecía muy centrada en lo que fuera que estuviera haciendo.
Me acerqué a mi mesa, dejé el bolso, mi bebida y procedí a su despacho para ofrecerle la paz. Estaba casi segura de que seríamos mucho más felices si los dos respetábamos los límites de cada uno. Siempre que él no se metiera conmigo, prometía portarme como toda una señorita.
Golpeé la puerta dos veces hasta oír un cansino: adelante.
Abrí la puerta y sonreí de oreja a oreja.
—Muy buenas tardes señor Gallagher, vengo a traerle su...— Le miré y me quedé muda—. ¿Pero qué te ha pasado?

Tenía varios cardinales por la cara y algunas magulladuras. Era como si le hubieran dado una paliza de muerte. Incluso tenía una herida en la ceja izquierda que había sido grapada, cosa que solo hacían cuando la herida era profunda.
—¿Te atacó un gato mientras intentabas ducharlo o algo por el estilo?— pregunté acercándome a su mesa y depositando el vaso de cartón ante él.
—Muy graciosa pero no tengo gatos.— Hizo una mueca de dolor—. ¿Qué quieres Cohen? No tengo tiempo qué perder.

Me repasó con la mirada de arriba abajo tras apartar la vista por primera vez de su ordenador. Casi pude verle tragar en seco mientras levantaba la vista hasta mi cara.

—Vine a traerle un café.

Sonreí de oreja a oreja señalando el vaso con un dedo. Él miró al vaso con sospechas.

—¿Le has echado laxante o algo parecido que me haga estar pegado al wáter durante horas?

Me eché a reír, solo un poco.

¿Cómo nunca se me ocurrió esa idea antes? Habría sido brutal verle ponerse pálido y sudoroso de tanto desechar líquidos por el culo.

—No señor Gallagher, solo es un detalle. Quería que supiera que empezaré a hacer las cosas bien.

Se echó hacia atrás en su silla haciendo nuevamente
una mueca dolor mientras me analizaba buscando la trampa. No le culpaba por no creerme,en cierto modo era culpa mía, había jugado a «joderle» desde que me contrató, pero vamos, esta vez sí quería ser buena. ¡Lo juro!

Aunque si me mirara bien, seguramente tuviese cuernos diabólicos en la cabeza que dejaría ver lo contrario a mis intenciones. Pero eh, shhh, no le hagas caso.
—¿En serio, cuál es la trampa?

Chasqueé la lengua.

—¿Es qué no puedo sólo ser buena con usted?

Se llevó el dedo índice a los labios.

—No sé yo sí puedo fiarme de usted señorita Cohen después de todo lo que hemos vivido este tiempo.

Respiré hondo tragándome las palabrotas que
querían salir por mi boca.

—Solo quiero ser buena.

—¿Por qué?

—¿Y eso qué más le da? Tanto le cuesta aceptar el café antes de que se enfríe y dar las gracias.

Él suspiró ruidosamente por la nariz.

—Gracias. ¿Contenta?

Volví a sonreí.

—No hay de qué señor Gallagher. — Puse los brazos en jarra—. ¿Ahora puede decirme qué le ha pasado? Parece que le ha pasado un camión por encima.

ACCIDENTALMENTE TUYA © 1º PARTEWhere stories live. Discover now