ACCIDENTALMENTE TUYA © 1º PARTE

80. BEE

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ÁLBUM: Invitaciones
CANCIÓN: One Republic - Kids

Pedirle perdón a Katz disminuyó un poco la presión que me oprimía en el pecho. En poco tiempo se había convertido en una de mis mejores amigas y lo último que quería era que una tontería como aquella nos alejara.
También se disculpó, aunque no especificó el motivo. Me contó que ella y Bronik llevaban saliendo  un año. Se habían conocido por Facebook ya que tenían un par de amigos en común, me contó que lo más divertido era que todo fuera secreto, ella sentía que lo hacía más misterioso y eso le excitaba. También confesó que tenía miedo de que después de haberles «pillado» algo en ella cambiara y que dejase de resultarle emocionante.
Después de sincerarnos, decidimos ir al supermercado antes de que cerraran. Queríamos acabar nuestro más frustrante día de la semana cenando a lo grande.
Una cena bestial, con derecho a muchas calorías, comida basura, etc...
—Helado de Dulce de Leche con nueces...—leí el rótulo frunciendo el ceño—. ¿Crees que estarán buenas?
Katz miraba las langostas congeladas, se encogió de hombros.
—Habrá que probar... Tengo ganas de langostas con mantequilla, me recuerdan a mi abuelo...— Sonrió con añoranza.
—Rico, rico...
Metí la terrina de helado en el cochecito de compra y seguí mirando cosas sin mucho interés. No era que tuviera mucha hambre, todavía.
—¿Ya has decidido si iras a casa por Navidad?— preguntó ella mientras buscábamos el pasillo de los lácteos para coger una barra de mantequilla.
—Creo que no, no me apetece fingir estar en el quinto cielo cuando lo único que pasa por mi mente es romperle la cara a la innombrable.
Katz se rio.
—Ni que fuera Voldemort.
Puse los ojos en blanco. Era peor.
—Puedes venir a pasar la Navidad con mi familia, iremos al sur. Mis padres han comprado una casa de verano y después de una pequeña reforma toca estrenarla.

Me mordí el labio.
Lo último que quería era molestar la familia de Katz privándoles de un momento tan familiar. Además, nunca había pasado la Navidad con otras personas que no fueran de mi familia.

—No quiero molestar, es algo muy íntimo y... no sé...
Ella puso los ojos en blanco y se hizo con una barra de mantequilla. Tiró la barra al cochecito y me dedicó una mirada llena de exasperación. No era que tuviese mucha paciencia y casi siempre me tomaba por una cabezona.
—A mi madre le encanta los invitados, además, no me gustaría dejarte sola ese día, acabaría sintiendo remordimientos y me sentiría fatal. No querrás que me sienta mal en Navidad ¿cierto?

Me reí y crucé mi brazo con el suyo a modo de complicidad. Pese a saber que era un simple chantaje, accedí. A mí tampoco me apetecía estar sola en navidad.

—Ok, siempre y cuando no sea un problema.
Ella sonrió de oreja a oreja y me guiñó un ojo.
—Esto será épico, ya veras.
—¡Épico!— Reí un poco—. Siempre y cuando no vivamos una copia de Resacón en Las Vegas nos irá bien.

Katz insistió en cocinar ese día. Se puso manos a la obra con los fogones mientras Eve, quien había llegado del trabajo y yo servíamos una copa de vino a cada una. Estuve tentada de contarle lo de Katz pero decidí guárdamelo. Si Katz desconfiaba en lo más mínimo, no me lo perdonaría en la vida.

Esa noche, cenamos langosta con verduras en mantequilla y nos cogimos un buen pedo mientras contábamos anécdotas del instituto.
Jamás en mi vida habría imaginado que Eve sufría bullying en el instituto por ser la «chica plana», tampoco tenía ni idea de que se había operado los pechos nada más cumplir los dieciocho. Fue una velada llena de revelaciones mientras las risas y el alcohol curaban heridas. Sobre todo las mías, me había venido bien la distracción para no pensar en Wesley y su tono grave mientras me echaba de su casa.

Hola bombones! Esta semana no he tenido mucho tiempo para ponerme con la novela, pero os traigo al menos dos para quitaros el gusanillo 💜💙
El lunes más 😘