ACCIDENTALMENTE TUYA © 1º PARTE

52. BEE

52
ÁLBUM: I Kissed a Girl.
CANCIÓN: Nathan Sykes - Over And Over Again

Me acerqué a Katz y creo que ella supo cual eran mis intenciones porque sonrió y luego me besó.
Oh colega, no fue un pico.
El cual daría a cualquiera que estuviera en aquella sala. Fue un beso de verdad, con lengua y todo.
Para ser mi primer beso con una chica era bastante excitante. No como el de Wes que me dejó las piernas trémulas, pero sorprendentemente Katz besaba muy bien.

-Han cambiado de palabra tortolitas-gritó Eve en nuestro oído y nos separamos muertas de la risa.
«¿Hola? ¿Katy Perry? He besado a una chica y me gustó».
Me reí para mis adentros.
La siguiente palabra era «Drink» con que esperé a que trajeran la bebida. Era absenta. Me quemó la garganta y luego el estomago. No era un alcohol que subiera como los demás, este iba a paso lento, poco a poco y cuando te quieres dar cuenta estas ciega. Sí, ciega.
Cuando acabó nuestro turno llevaba un pedo de la hostia, creo que nunca había estado tan borracha en mi vida. Incluso veía doble y todo.
-¿Recordáis dónde está el coche?-preguntó Katz mirando de un lado a otro.
-No podemos coger el coche, hay que pedir un taxi, no creo que estés bien para conducir.- Empecé a reírme sin razón.
Katz también se rio y luego Eve se unió. Estábamos muy borrachas. ¿Cuántas palabras «drink» había aparecido en aquellos noventa minutos? Cinco, seis o puede que siete.
-¿Eres de Kentucky? porque hueles a gallina - se burló Katz y luego ambas empezaron a imitar a una gallina. Yo fingí enfado pero luego me eché a reír. Iba acabar meándome encima como siguiera riendo así.
-Creo que el coche estaba por allí- dijo Eve y empezamos a caminar hacia dónde indicaba.
Me había quitado aquellos terribles tacones e iba descalza sobre el asfalto de la ciudad. Se sentía frío y mugriento, pero sentaba bien a mis pies doloridos.
Caminamos durante lo que me pareció más de media horas mientras callejeábamos en círculos alrededor de la discoteca.
-¿Dónde cojones está ese coche?- pregunté cansada y cabreada.
Quería dormir, me moría de sueño.
-¡Ahí!- gritaron ellas a la vez apuntando con el dedo a mi vieja Pick Up.
Me santigüé antes de entrar al coche como siempre lo hacía cuando me subía a ese trasto con Katz.
-Venga, sonríe, la fiesta solo acaba de empezar.-Eve intentó hacerme sonreír y acabé riéndome. No entendía porque reía por nada, era una estupidez. Katz arrancó el coche a toda leche mientras Eve chillaba de la emoción y abría su lado de la ventanilla.
Rápidamente nos incorporamos en la avenida principal.
-¡Eh, pringado!-gritó Eve levantándose la blusa y enseñándole las tetas a los que iban al lado.
Iba un chico y una chica, la chica miró horrorizada, el chico levantó el pulgar.
Me eché a reír con tanta fuerza que me meé un poquito en mis bragas.
Oh cielos...
-¡Ahora tú!
Corrí hacia el otro lado de la ventana y me preparé para hacer lo mismo, pero yo no era tan valiente como Eve, así que solo saqué el dedo en cuanto nos miraron unas chicas mientras la risa invadía nuestro coche. La alegría no duró más que un par de segundos, ya que apareció el coche de polícia detrás de nosotras, encendiendo sus luces y ordenándonos parar.
-Mierda- murmuró Eve.
-Chicas ¿Estoy muy pedo o esa es la pasma?-pregunté sin llegar a creérmelo del todo. Pero teniendo en cuenta que conducía Katz, no debía extrañarme.
-Callaos, dejad que hable yo y todo saldrá bien.
Ella aparcó el coche a un lado y esperamos que el agente se acercara.
-Buenas noches, señorita ¿no iba usted muy rápido?
Katz soltó una risita.
-¿No serán los demás que irán demasiado lento, agente?- preguntó ella en tono burlesco.
Al parecer al agente no le gustó su actitud y por eso acabamos en el calabozo. Sí, las tres. Por ir ebrias y por desorden público.