49. BEE

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49ÁLBUM: ¿Wes?CANCIÓN:Charlie Puth - Carry On ft

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ÁLBUM: ¿Wes?
CANCIÓN:Charlie Puth - Carry On ft. Kygo

A la mañana siguiente me desperté tan temprano como de costumbre.
Me permití el lujo de una ducha y bajé a la cocina para beber un poco de agua mientras esperaba al taxi.
Cuando me levanté tenía la ropa perfectamente doblada en la silla cercana a la puerta pero no había ni rastro de él.
No verle supuso un gran alivio para mi subconsciente quién se había pasado toda la noche diciéndome que no estaba nada bien haberle dado un beso. Aunque él me devolviera otro luego.

Me daba miedo verle y... ¿Y qué?
Exactamente, no sabía qué pasaría después de lo ocurrido la noche pasada. Ni siquiera tenía cómo saber si se llegaría a recordar de lo que pasó, aunque yo sí lo hacía. Estaba bastante pedo ¿Verdad? ¿O la que estaba borracha era yo? Fuera como fuese yo sí me acordaba del beso, de ese beso tan... Oh, dios.

—Buenos días, señorita.

Una voz a mis espaldas me sacó de mis pensamientos.

Alcé la vista del vaso de agua, tenía muchísima sed esa mañana, ya había bebido unos tres vasos y seguía con sed, además me dolía la cabeza.
Maldita resaca.

—Hola— saludé al chico de la otra noche. El guardaespaldas, el tal Tony.

—¿Le importa si me tomo un poco de café?— preguntó adentrándose a la cocina.

—No, claro que no, sírvase.
Le sonreí, terminé el agua y fui hacia fuera a esperar el taxi.
Hacía bastante viento y la gabardina no aguantaba tanto. Mi cuerpo se sentía extraño, como cuando no duermes suficiente.

Estaba temblando de la cabeza a los pies para cuando llegó el taxi.

Empezaba a encontrarme mal, exhausta y no tenía nada que ver con la mini resaca que llevaba encima. Ya sabía yo que mojarme en la lluvia traería consecuencias.
Me iba a enfermar.

Esa mañana no fui a clase, nada más llegar a casa me metí en la cama y dormí.
Perdí la noción del tiempo hasta que una voz me despertó.
—¿Dónde estuviste anoche?— me interrogó Katz—. Te llamé varias veces, me diste un susto de mierda.

—Estuve con Wesley— murmuré sin abrir los ojos.

Me ardía la garganta y cuando respiraba tenía la sensación de que se me cerraría la laringe y ya no podría volver respirar.

—¿Tu jefe?

Me limité a asentir.

—No te veo buena cara. ¿Seguro que tuviste una noche de sexo? Porque tienes cara de estar enferma y no reluciente.

Tocí y eso arañó mi garganta provocándome mucho dolor.
Gruñí por el dolor y busqué la manta con la mano. ¿Dónde estaba? ¿Por qué hacía tantísimo frío?

—No me siento muy bien.

Katz me colocó la mano en la frente y su tacto se notó como bloques de hielos.

—Estás ardiendo... Dios... Bee, vamos a la ducha...

Me negué a hacerle caso y acabé durmiendo en cuestión de segundos.

Soñé que estaba sumergida en un bloque de hielo mientras luchaba sin éxito por salir de él.
No supe qué hora era, ni cuantos días habían pasado, pero me desperté con unos ojos verdes fijos en mí.

Mierda, estábamos otra vez donde todo empezó.

—¿Wes?

ACCIDENTALMENTE TUYA © 1º PARTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora