46. BYBEE

108K 9.2K 212
                                    

46ÁLBUM: A la casa del jefeCANCIÓN:Jonas Blue - Perfect Strangers ft

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

46
ÁLBUM: A la casa del jefe
CANCIÓN:Jonas Blue - Perfect Strangers ft. JP Cooper

Ding Dong.
Había empezado a llover y ahí estaba, bajo la lluvia, esperando a que abriera. Sabía que estaba en casa, las luces estaban encendidas.

Esperé y esperé, y volví a presionar el timbre.

Después de tanto insistir y no obtener respuesta, estaba a punto de marcharme cuando me abrió la puerta.
—¿Qué haces aquí?— su mal humor no me sorprendió.

Era tan predecible.

—Vine a ver cómo estabas.

—Cohen... No somos...

—Amigos. Ya lo sé, vengo como una empleada preocupada por su jefe, nada más.

Y eran muy ciertas mis palabras.
Estaba preocupada por mi jefe, ya me había hecho a la idea de que no éramos amigos ni lo seríamos nunca.

Él respiró hondo y se quedó ahí parado unos instantes.
Empezaba a llover a cántaros y estaba completamente calada. Debería haberme preparado mejor al salir ese día de casa, ya me había avisado Katz, pero como siempre no le oí.
Lo más seguro era que me fuera a constipar después de ésta visita. Estornudé dando por sentado mi pensamiento anterior.
Por favor, no es momento de joderme haciéndome enfermar señor.
— Pasa, anda— dijo él haciéndose a un lado y dejándome entrar al interior de la casa. Iba completamente empapada.
—Acabarás mojando todo el maldito suelo—se quejó, cerrando la puerta molesto.
—Lo siento. No quería molestar sólo pasaba para saber cómo estabas...— Nada más decir eso se empezó a escuchar varios «pof» fuera.
Através de la pared acristalada se podía observar cómo caía la granizada.
Si hubiera llegado a entrar un segundo más tarde, lo más seguro era que uno de eso granizos aterrizaran en mi cabeza.
— Vaya— musité.
—Genial, ahora encerrado con la loca...— le oí quejarse.
—Te he oído.
—Me alegro por ti.

Wesley me hizo ir arriba cambiar de ropa y luego poner la mía en la secadora. Me había prestado una enorme camiseta de Hockey sobre hielo que parecía un vestido en mí y la cual estaba segura de que le quedaba incluso grande a él.

Cuando terminé bajé descalza a la cocina donde se encontraba él.
Iba en pijama; pantalón de franela gris y una camiseta de algodón blanca.

—¿Has cenado?— me preguntó.

Negué con la cabeza mientras me miraba esperando respuesta.

—La verdad es que vine directa hacia aquí, quería saber si habías superado la crisis.

—¿Crisis?

Parecía bastante confundido ante mi pregunta.

—Crisis nerviosa.

—Ah, sí. Ya estoy bien.— Abrió la nevera y empezó a sacar varios tipos de queso y una botella de vino blanco.

Me acerqué a una de las sillas de la mesa y me senté, sin esperar su permiso.

—Lo siento si te asusté — se disculpó mientras volvía a meter la cabeza en la nevera.

Era raro ver a Wesley Gallagher disculpándose por algo. Se sentía bastante irreal.
Saboreé el momento.
Sobre todo porque estaba segura de que sería la única vez en la vida que le vería disculpándose ante mí por algo que hubiese hecho.

—No te preocupes.

Quise preguntarle sobre Rachel y decirle que no debía sentirse mal cuando en realidad había salido ganando al no casarse con ella. Que era una maldita zorra, pero no iba a involucrar a Emy en mis cosas. Además él se pondría furioso por meter las narices donde no debía y luego me echaría bajo la tormenta para que me muriera empedrada.

—¿Te gusta el queso?— preguntó y asentí.

Estaba sirviendo una gran variedad de quesos y paté.

Una cena muy francesa, solo nos falta la Torre Eiffel y algún artista callejero tocando el violín.

—Parece que tu hermano está acostumbrado en sacarte de apuros.

Wesley se rio, entre muecas.

Seguía pareciendo que le había atropellado un camión, aunque se veía más relajado. Al menos más relajado que en la oficina. Quizá su hermano le hubiese dado algún tranquilizante y por eso no me había mandado a freír espárragos desde de todo.
—En nuestra familia nos cuidamos, sé que por tu relación con tu hermana no es igual, pero para mí es muy normal que mis hermanos sean mi salvavidas.

Alzó la vista un segundo para ver si sus palabras me habían herido. Estaba claro que en mi caso no era así, mi hermana no era como los suyos, muy a mi pesar.

Cambié de tema, no quería hablar de la muy z...

—No os parecéis tanto. Quiero decir, Emy y tu sois clavaditos el uno al otro, pero tú y los chicos...

Negando con la cabeza, se acercó a la mesa con un cesto lleno de tostas con uvas pasas y un plato de quesos variado.
Aún sin decir nada sobre mi comentario, me acercó una copa de vino tinto.

—Come.

Cogí una tostada y la unté con un poco de queso. Sabía fuerte pero no me daba asco.

—¿Qué te ha pasado?— volví a insistí en que me contara por qué se veía tan mal.

—Me pegaron unos gamberros... ¿contenta?— Levantó ambas cejas, exasperado.

—Oh. ¿Por qué?

Suspiró ruidosamente por la nariz. Ya le estaba poniendo de los nervios.

—Creemos que puede ser alguien del entorno de Omar, pero no tenemos pruebas.

Escuché unos pasos y segundos después un tipo trajeados asomó la cabeza por la puerta de la cocina, pero rápidamente se marchó.

—¿Quién es?

—Richard Castle.— Se burlo de mí.

—Hum... el de la serie es más guapo.

Ambos nos reímos y seguimos comiendo.

—Es Tony, mi guardaespaldas.

Abrí la boca, sorprendida.
Nunca había conocido a nadie que tuviese tanto dinero como para tener guardaespaldas, aunque claro, después de lo que le había pasado era comprensible que viniendo de una familia adinerada procurara preservar su seguridad a partir de ahora en adelante.

ACCIDENTALMENTE TUYA © 1º PARTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora