73. BEE

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73ÁLBUM: PlayaCANCIÓN: Passionfruit- Drake

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ÁLBUM: Playa
CANCIÓN: Passionfruit- Drake.

Había decidido invitar a mis amigas para el finde en la playa con el objetivo de no sentirme tan sola durante esos días. Con ellas la cosa iba a ser mucho más entretenido o esa era la intención principal. Katz rechazó la invitación con que solo fuimos Eve y yo. Katz tenía planes con ese «alguien» que nadie conocía aún. Empezaba a tener mis sospechas sobre su existencia, pero siempre que me daban ganas de preguntar sobre dicha persona Eve me lanzaba una mirada contradictoria como si me leyera la mente. ¿Cómo era posible que no le picara el gusanillo por saber más sobre ese «alguien»?

—Menuda casa... Me siento una intrusa interponiéndose en tu finde sexual.
—No te puedes interponer en ello cuando fui yo quien te invitó, boba.
Eve miró la casa al detalle.
Estaba a pocos metros de la playa, con unas vistas espectaculares desde la habitación principal. Una auténtica maravilla con su techo abovedado, paredes de colores claros, suelo de madera envejecido y pocos, pero innovadores muebles.
—Me sabe amargo salir con un tipo demasiado «ocupado» para disfrutar de un fin de semana así ...—mi voz salió como un simple hilo.
Eve dejó la maleta en el suelo de la habitación y se volteó a mirarme. Yo me tiré sobre el colchón y fijé la vista al techo.
Me sentía ligeramente decepcionada desde que me fui de su casa esa misma mañana, ni siquiera me dio un beso. Simplemente me dijo hasta luego y se metió al coche para marcharse al aeropuerto. Cada vez me sentía más perdida en esa relación de amigos con derecho. ¿Teníamos derecho a acostarnos pero no a despedirnos con un beso?
—No sabía que estuvierais saliendo ¿es oficial?
Suspiré ruidosamente por la nariz para luego sentarme bruscamente en el bordillo de la cama.

—No. Sólo somos amigos, o eso digo yo, él no ha etiquetado lo nuestro de ninguna forma.

—Los hombres nunca ponen «etiquetas» a una relación, lo único que quieren es acostarse con nosotras y hala.

Fruncí el ceño.

¿Sólo quería eso de mí? Esperaba que no, porque yo también disfrutaba de otros aspectos de nuestras «relación», follar no era lo único que importaba.
Casi sin querer el comentario de Eve hizo que empezara a comerme el coco de tal forma que ya me había montado mil paranoias en la cabeza.
Ella se dio cuenta y me convenció de que saliéramos a investigar la ciudad a la hora de cenar.
Mismo estando en la playa seguía haciendo frío, por no hablar de que allí el frío era húmedo, lo que le hacía peor. Me puse unos vaqueros, unas botas, una camiseta y sin remediar un abrigo.
Acabamos en un bar junto al paseo marítimo cenando una ración de patatas fritas acompañada de una auténtica hamburguesa americana. Eve ligó con el camarero que nos atendió, usó sus artimañas para encontrarse con él en una discoteca que se encontraba a un kilómetro de allí.
A veces no entendía esa adicción que tenía por las relaciones abiertas, y el hecho de que recitara un poema tan romántico me hizo pensar que sentaría cabeza pero esa idea se desvaneció cuando ligó con Josh (el camarero). Según ella el finde era para pasárselo bien y sacar provecho. Y vaya que le sacó provecho al chico, y para mi sorpresa, yo también saqué provecho a algo cuando nos encontramos con el grupito de Eric.
¿Recordáis a Eric? El amigo de Emily que conocí en su cumpleaños. Sí, el mismo que al final de la misma me dio un tan atrevido beso en la mejilla.
—Ya sabía yo que te volvería encontrar—me susurró (más bien gritó debido a la música alta) en la oreja y pegué un bote asustada.
Me volteé para verlo mientras mi corazón iba a mil por hora.
—¡Ey!— chillé forzando una sonrisa. Estuvo bien ver una cara conocida ya que mi amiga había desaparecido entre la multitud para bailar con Josh y me había dejado allí de sujeta velas.
—¿Qué haces aquí?
—Vine con una amiga ¿Y tu?
Él también estaba allí con sus amigos, celebrando el cumpleaños de uno de ellos. Me invitó a una copa y luego a bailar. Yo no era una bailarina precisamente digna a él. Eric bailaba muy bien, sus movimientos eran ágiles y calculados. En cambio yo me había dedicado a pisarle cada dos segundos, él se limitaba a reír y restarle importancia. Al menos se mostraba majo ante mis meteduras de patas, literal.
A pesar de lo que pudiera haber imaginado al principio de esa aventura playera el fin de semana fue muy divertido y casi no pensé en Wesley. Debía decir que la compañía de Eric me resultó agradable, tan agradable que cuando él me besó no le frené, no me eché atrás y tampoco le pegué por semejante atrevimiento. Simplemente me dejé llevar, además, sería un desperdicio no hacerlo. El chico besaba muy bien, tenía el manejo de la legua de alguien que había besado a demasiadas chicas. No me extrañaba la verdad. El chico tenía lo suyo, y su salero era tal que no le costó más de un día llevarme a la cama. Creedme cuando os digo que nunca había ido a la cama con nadie tan fácilmente, quizá estuviera embrujada, encantada por sus ojos castaños o algo así porque no me arrepentí. No me arrepentí hasta el martes por la tarde cuando recibí un mensaje de Wes pidiendo que le llevara unos papeles a su casa y se lo entregara a Tony. Parecían papeles muy importantes, y mismo que no entendiera por qué me los pedía a mi y no a Kristin (su secretaria), accedí.

ACCIDENTALMENTE TUYA © 1º PARTEWhere stories live. Discover now