39.BYBEE

115K 9.4K 470
                                    

Ops! Esta imagem não segue nossas diretrizes de conteúdo. Para continuar a publicação, tente removê-la ou carregar outra.

39ALBUM: VenganzaCANCIÓN: There's Something Special- Pharrel Williams

Ops! Esta imagem não segue nossas diretrizes de conteúdo. Para continuar a publicação, tente removê-la ou carregar outra.

39
ALBUM: Venganza
CANCIÓN: There's Something Special- Pharrel Williams

Como era de esperarse no fui donde él me había ordenado, más bien me fui a casa. Estaba a veinte minutos, solo tenía que caminar dos manzanas hasta el metro y en una sola parada me encontraría en mi refugio. Era ayudante de su secretaria no la que debía hacer el trabajo sucio que él no pretendía llevar a cabo. Cuando iba a subirme en el ascensor, me encontré con su hermana y se me heló la sangre con miedo de que pudiera reconocer la bolsa de su hermano. Un miedo un poco irracional ya que era una bolsa de plástico cualquiera.

—Hola Bee—Me saludó con una radiante sonrisa.
Yo le devolví el saludo y cada una se fue por su lado. En cuanto se cerraron las puertas del ascensor respiré aliviada.
Lo que le iba hacer al Don Cascarrabias no se lo esperaría nadie, solo esperaba que me fuera bien el plan.
Saqué el teléfono del bolso y envié un mensaje a Eve. Iba a tener que recurrir a ella ya que no tenía tiempo de ir a comprar lo que quería.

Bee: Te robo una camisa rosa, ya te compraré una nueva.

Di a enviar y guardé el móvil.
Al llegar a casa fui directo a la cocina a servirme una copa de vino tinto. Había que celebrar antes de llevar a cabo el crimen, no fuera a ser que saliera mal la misión.
—¿Y bien Wesley? ¿Quién se va a reir hoy? ¿Tu o yo? —Le hablé a la copa como si estuviera hablándole a él.
Solté una risita y me dirigí al armario de Eve a coger la camisa rosa. Realmente esperaba que tuviera entre tanta ropa una camisa de color rosa.
El plan era llevar la camisa de Eve e intercambiarla por la de Wes. ¿Cuál sería su reacción al ver que a su camisa le ha pasado algo inesperado? Que se ha encogido y teñido por la copa de vino.
Me reí.
Fui hacia mi habitación y saqué la camisa de la bolsa. Era blanca y tenía una enorme mancha de vino en la parte delantera.
—¿Quién te habrá tirado una copa encima Wes? Porque tú eres demasiado fino para cometer semejante error.

Por un segundo sentí una punzada de celos, me hubiera gustado tener el placer de haberle tirado la copa.
—¿Habrá sido una mujer? ¿Era un ligue?— volví a preguntarlo en voz alta.

Olí la camisa, se podía apreciar su fuerte perfume masculino.

—Desde luego hueles bien, cabronazo.

Suspirando, doblé la camisa y la escondí entre mis cosas. Iba a guardar el objeto del crimen para que siempre que la viera entre mis cosas pudiera reírme de su cara.

—Me pregunto si ahora me despedirás...—murmuré doblando la camisa rosa de Eve y guardándola en otra bolsa más bonita. Al menos la camisa de Eve estaba perfectamente planchada, eso sería un plus en mi plan.
Miré el reloj, eran las cuatro y treinta y cinco. Llevaba un buen rato fuera de la oficina con que lo mejor era volver y llevar a cabo mi plan contra Don Cascarrabias.
—Ay querido Wes... Espero que esto te enseñe a no meterte conmigo.— Sonreí de oreja a oreja acercándome al espejo para aplicarme un poco más de pintalabios rojo.
¿De verdad esperabas que le fuera hacer caso? ¿En serio? ¡Já!

***

Cuando iba llegando al JJC empecé a notarme los pies cansados, dolidos y apretujados. Aunque, por mucho que me dolieran iría hasta su despacho subida a ellos y le pagaría con la misma moneda.
Pasé mi identificación por los tornos y escuché un leve clic, lo que significaba que tenía luz verde para pasar.
Una vez en el ascensor fui silbando hasta que las puertas se abrieron y entró gente.
Me puse recta al fondo del ascensor y esperé llegar al último piso. Una vez allí caminé hacia su despacho mientras mis tacones sonaban por toda la planta. Toc, toc, toc. Cada toc era un latido de mi corazón. Iban a la par mientras los nervios se adueñaban de mi.
—¿De verdad queremos hacer esto?— me pregunté a mi misma traspasando la puerta acristalada. Antes de tocar la puerta de su despacho me santigüé.
—Adelante— dijo en tono cansino.
Respiré hondo y entré dibujando una sonrisa en mi cara.

Ay señor, ay señor. Esta idea parecía mejor cuando no lo tenía delante de mí.

—Aquí le traigo su camiseta señor G—  anuncié mientras me clavaba las uñas en las palmas de las manos para no reírme.

Él alzó la mano y me hizo una señal para que me acercara a su mesa. Di un par de pasos y se lo entregué.
Sus ojos verdes malva se mantenían fijos en los míos.
Oh mierda. ¿me estará leyendo la mente?

—Bueno, ahora que ya hice lo que me ha pedido, me voy, recuerdo que dijo que podía irme tras hacerle este favor.

Asintió y abrió la bolsa, se me heló la sangre.
Sacó la camisa rosa de Eve, arrugó la frente y me miró.

—¿Y esto qué es?— preguntó confuso alzando nuevamente los ojos hacia mi.

—Su camisa, que va a ser sino.

Torció la boca.

—Mi camisa era blanca Cohen, y al menos unas cuatro tallas más grande que ésta.

—¿Y cómo quieres que sepa? Solo he hecho lo que me ha pedido G.

—Gallagher es Gallagher joder, tampoco es tan difícil de aprenderlo.

Sonreí ampliamente.

Volvió a analizar la camisa levantándola ante él, la miraba como si fuera una especie de alienígena o algo por el estilo. Luego miró la etiqueta y vi cómo poco a poco el color rosado llegaba a sus mejillas. Oh, se estaba poniendo furioso.

—Está camisa no es la mía.

—¿Cómo puede estar usted tan seguro?

—Es de Zara, yo no uso esa marca.

No pude aguantarme más y me eché a reír a carcajada limpia.

—Espero que con eso aprenda que no soy su chacha— dije mientras luchaba contra la risa—. Chao señor G.
Me apresuré a salir de su despacho, antes de que pudiera cerrar la puerta a mi espaldas le oí gritar:
—¡Cohen!— parecía bastante cabreado.

Volví a reírme, me sentía triunfante.

—Que te jodan— murmuré para mi misma haciendo que mis tacones volvieran a sonar por toda la planta.

¡Feliz lunes bombones!
¿Alguien más se siente triunfante como Bee?

ACCIDENTALMENTE TUYA © 1º PARTEOnde histórias criam vida. Descubra agora