Un accidente, dos mundos que colisionan uniéndose en uno.
Bybee no ha tenido precisamente suerte en la vida, sobre todo teniendo a la hermana que le ha tocado. Bianca ha intentado por todos los medios arruinarle la vida, lo que no sabía ella era q...
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ÁLBUM: Cena y netflix CANCIÓN: The city - Sam Fisher
A media mañana alguien llamó a la puerta de la habitación y me vi obligada a levantar la vista de la pila de libros que tenía ante mí, sobre la cama. Los exámenes finales se acercaban y tenía la esperanza de mejorar mis notas antes de dar el curso por finalizado. Trabajar era una una gran ventaja para mi vida económica, pero estaba afectando mi nota media y eso no le iba a gustar nada a mis padres, sobre todo después de que les prometiera que eso no iba afectarlas.
Me levanté y fui a ver quién era y qué quería.
Seguramente fuese Katz llamándome para comer, sabía que estaba estudiando y había dicho que se encargaría de la comida ese día.
Nada más abrir la puerta fui sorprendida con un ramo de girasoles. Abrí los ojos de par en par sin llegar a ver la cara de quién los sujetaba frente a mí.
—No sé que he hecho mal, esta vez—dijo Katz, imitando al patán de Wes, como bien le había llamado tantas veces —, pero, permíteme dulce dama darle duro contra el muro.
Una estridente carcajada por mi parte le hizo bajar el ramo y unirse a mí.
Una de las mejores cosas que había sacado del desastroso final con Mike fue ir a vivir con las chicas y conocer a Katherine Moyer. Katz se había convertido en poco tiempo una de mis mejores amigas, siempre estaba ahí cuando la necesitaba. Era leal, divertida, y en cierta forma me cuidaba como una madre y en ocasiones era lo que más necesitaba; alguien que me dijera sin tapujos cuando me equivocaba, pero que estuviese dispuesta a todo por ayudarme. Amistades así son cada vez más raras.
—¿Qué te ha hecho ahora el patán este?
Negué con la cabeza dándole a entender que no me apetecía hablar de eso y cogí el ramo de girasoles para hacerme con la tarjeta que venía en ella.
Katz entró y me acompañó a la cama mientras leía la tarjeta.
Siento lo de esta mañana, espero que me lo puedas perdonar... ¿Te apetece que cenemos en Lory's hoy?
Cerré la tarjeta y suspiré, abanicándome con ella. Lory's era su restaurante favorito y no me extrañaba, era tan exclusivo que casi nadie podía permitirse el lujo de comer allí. Recordaba que en una conversación Eve sacó a relucir que había que reservar con meses de antelación aunque según ella valía la pena esperar. El restaurante estaba situado en la colina del parque Kingston junto al lago Diana. Una vez fui a correr allí con Mike cuando me dio por ponerme en forma, las vistas hacía el trabajo duro más fácil, era precioso por la noche.
Y volviendo a Wesley, nñño estaba enfadada porque me echara de su casa, le conocía y comprendía que no supiera lidiar con las situaciones imprevistas. Ninguno de los dos estábamos preparados para esa situación.
Alcé la vista hacia Katz. Vislumbré cierta curiosidad en sus ojos y una sonrisa confirmó que quería cotillear sobre mi vida.
—No hizo nada que no hubiese hecho yo en la misma situación...—susurré tirando la tarjeta y acariciando los pétalos del girasol. Por un instante se me pasó por la cabeza algo para hacerle pagar por el mal rato, y una sonrisa macabra adornó mis labios—. ¿Te importa si hacemos una cena para Wesley?
