ACCIDENTALMENTE TUYA © 1º PARTE

13. BYBEE

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ÁLBUM: La versión de Mike
CANCIÓN: Don't stop Believin' - Journey.

            

Katz no estaba tan preocupada como imaginaba.
En cuanto aparecí no saltó en euforia ni me abrazó para comprobar que siguiera entera, simplemente me saludó y escuchó mi explicación.
—¿Estaba bueno?—preguntó llevándose una cucharada de cereales azucarados a la boca.
—Sí, pero su sentido del humor apesta.
Confesé y me alejé a la habitación que las chicas habían dispuesto para mi durante una temporada. Era el zapatero de Eve, no era grande pero era de agradecerse.
La pobre había tenido que desalojar la habitación a toda prisa para dejarme un huequesito en su apartamento.
No sabía de dónde había sacado la cama pero ya se lo agradecería cuando la viera.
Mis cajas y maletas estaban apiladas al lado de la estantería de zapatos tal y como los dejé antes de irme con Katz a la exposición que resultó ser de Wesley.
Las chicas habían dejado una almohada, un par de sábanas, mantas y cojines rosas, grises y negras sobre la cama para que la hiciera a mi gusto.
Lo cierto era que estaban siendo muy generosas conmigo, tendría que hacer algo para agradecerlo, quizá la cena. Si había algo que podía darme bien era cocinar, o al menos nadie se había quejado aún de mi comida.

Después de quitarme el vestido de Eve, abrí una de las maletas y busqué pijama. Acabé poniéndome uno de cuerpo entero de Mike Wazowski. De mis favoritos.

Encontré el cargador y coloqué el destrozado teléfono a cargar, cuando se prendió notificó que tenía quince llamadas de Mike.
Resoplando, cogí el vestido de Eve y busqué a Katz para preguntarla dónde podía lavarlo.

Katz se negó en rotundo.
—Oh, chica, no pienso formar parte de esa masacre.—Negó frenéticamente con la cabeza haciendo zapping en la tele.
—¿Qué?
Se volteó hacia mi con los ojos desorbitados.
—No sé si lo sabes pero mi prima es muy apegada con todo...—Alargó la palabra varios segundos—, y creo que ese vestido es más caro que toda tu ropa junta...
Hice una mueca y alcé el vestido para mirarlo un segundo. Seguramente tuviese razón.
—¿Y qué hago?
—Llévalo a la tintorería.
Se encogió de hombros y volvió a mirar a la tele.
Soltando un suspiro me dejé caer a su lado en el sofá.
Lo último que quería era dañar algo de Eve, necesitaba estar en paz con ella más que nunca.
Como no había nada que ver en televisión, Katz conectó Disney+ y nos tragamos La Dama y El vagabundo. Debo admitir que disimuladamente solté unas cuantas lagrimillas, pero Katz lloraba a cántaros.
—¡Pobrecitos!—lloriqueaba mientras se sonaba la nariz con un pañuelo desechable.
Pues al parecer la locatis de Katherine era más sensible de lo que aparentaba a simple vista.
Estábamos a media película cuando mi móvil empezó a sonar por todo el piso. Pegué un bote y corrí a contestar.
Si fuese mi madre no sabría cómo contarle las últimas novedades. ¿Cómo contarle que su hija mayor era una auténtica perra?
Cogí el móvil con el corazón a mil revoluciones en mi pecho, en cuanto vi el nombre de quien llamaba resoplé y lo dejé en el mismo sitio.
Al volver al salón, Katz notó como cada poro de mi cuerpo desprendía rabia.
¿Y ahora para qué me llama ese idiota?
—¿No vas a coger?
—No. Es mi ex...
Volví acomodarme en el sofá y le conté la tradición y por qué había ido a vivir con ellas. Tras contarle lo ocurrido, se quedó unos segundos en silencio.
—Será mamón, y tu hermana... menuda alimaña.
Negó con la cabeza consternada llevándose palomitas a la boca.

Esa chica no para de comer, por Dios.

Sí, alimaña le pegaba mucho a Bianca.
No sabía cómo decirle a mamá que había roto con Mike. ¿Qué decirle cuando preguntase el motivo? Toda mi vida había estado intentando ahorrarle  saber lo cruel que era su hija mayor.

—¿Por qué no le llamas a Mike y escuchas su versión?

Abrí la boca formando una perfecta O.

¿Es que no había oído lo que le acababa de contar?

—¿Por qué iba hacerlo?

Bufé indignada.

—¿No te da curiosidad saber su versión? No te digo que le perdones, eso desde luego ni yo lo haría, pero sí oiría su versión, toda historia tiene dos versiones y bueno...

Me hundí en el sofá sopesando lo que dijo.
Hasta ese momento no me había parado a pensar en eso. Cierto era que en ningún momento me interesé por saber su versión. ¿Debería oírla?

Al final llamé y le oí atentamente.

Según Mike, Bianca había aparecido en casa buscándome, parecía aflita y nerviosa, así que le dejó entrar y esperar en el salón mientras él se iba a la habitación a cambiarse para ir al gimnasio. Cuando se dio cuenta ella ya estaba allí, medio desnuda y atacándole. Y como era de esperarse en un hombre, no perdió oportunidad.
Eso me lo podía creer.
Bianca siempre había sido una trepa, pero siéndolo o no, dudaba mucho que le hubiese puesto una pistola en la cabeza y le obligara a hacer lo que no quería, así que no había perdón.

Después de varios segundos de incómodo silencio, le dije que me quedaría un tiempo en casa de Eve, al menos hasta que encontrara un trabajo y pudiese pagar un sitio para mi.
Por un momento creí que insistiría en arreglar las cosas, pero eso no pasó.
Estaba claro que no aceptaría volver ni mucho menos arreglar las cosas pero me sentí un poco decepcionada. Eso confirmaba que las cosas no iban bien entre nosotros, sabía que estábamos distanciándonos pero creía que era porque últimamente estudiaba demasiado pero el hecho de que no insistiera en resolver las cosas me hizo pensar que si no hubiese sido Bianca hubiera sido otra.

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