106. BEE

84.5K 7.5K 805
                                    

106ALBUM: No es lo que quiero para mí CANCIÓN: Imagine Dragons - Next to me

Ops! Esta imagem não segue nossas diretrizes de conteúdo. Para continuar a publicação, tente removê-la ou carregar outra.

106
ALBUM: No es lo que quiero para mí
CANCIÓN: Imagine Dragons
- Next to me

Cuando salimos del baño, Martín se encontraba esperando fuera, pero no había ni rastro de Wesley.
—El señor Gallagher está fuera hablando con un amigo.

Abrí la boca para decir algo, pero me callé. Me limité a sonreír y a seguirles hacia la salida.
Antes de salir del local, Bianca soltó la frase que no me esperaba oír en la vida de ella:

—Si me necesitas solo avísame, no tienes porqué enfrentarte sola a la bruja del cuento.

Al escuchar eso supe al instante que se refería a Rachel. Era de otro mundo oír eso de la boca de alguien que siempre quiso ser testigo de mi fracaso, aun así, me limité a sonreírle por el cansancio mental que se había adueñado de mí y a despedirme de ellos con la mano. Divisé a Wesley hablando con un chico que me resultaba bastante familiar, él parecía la mar de relajado y alegre. Estaba claro que a él le importaba tres cominos lo que me podía pasar con la tarada de mi hermana en el baño. Ni siquiera había ido a ver cómo estaba como lo había hecho Martín con mi hermana.
¿Cómo pude haberle creído? ¿Cómo pudo decirme que me apoyaría y luego dejarme a la mínima en ridículo? Y encima ni siquiera parecía importarle que siguiera dentro con la fastidiosa de Bianca.

—Hijo de perra...—susurré para mí misma y pasé de largo.

«No pienso volver a dirigirle la palabra. Uff, como te odio».

Pisé con fuerza para asegurar que mis piernas no fallasen debido al enfado que empezaba a nacer en mi interior. Los tacones sonaban más de lo que me gustaría. Suspirando, seguí caminando hacia dirección contraria donde Wes hablaba con su amigo.

—¡Bybee!

Rara vez me llamaba por mi nombre y no por mi apellido y siempre que lo hacía la guerra de mariposas se desataba en mi panza. Mis pies hicieron ademán de frenarse, pero me negué. No pensaba hacerme la tonta y disculparle así como si nada.

Vale, tenía que contarle lo que había oído en el baño pero eso podía esperar hasta que él se disculpara por ser un auténtico capullo.

—Cohen ¿Dónde crees que vas?

Apreté los dientes hasta que me dolió la mandíbula pero no me paré hasta que lo tuve delante de mí, impidiéndome el paso.

—¿Y bien?

Le fulminé con la mirada pero él ni siquiera hizo caso.

—¿Y bien qué? ¿No era que me ibas apoyar? Para eso prefiero que ni me apoyes, imbecil.

Él tensó la mandíbula y se metió las manos en los bolsillos del pantalón.

—¿Qué esperabas? No me habías dicho que su novio trabajara para la compañía...
—¡Y eso qué cojones importa! — estaba empezando a perder los papeles, mi enfadado estaba haciendo que empezara a ver doble. ¿Era eso normal? Solo me faltaba desmayarme allí, en medio de una discusión.

—Que no pienso discutir con un empleado por la tontería que os traéis tu hermana y tú.

Empecé a reírme sin querer.
No podía evitarlo, era eso o darle una bofetada.

—Para ti todo es una tontería... Yo soy una cría enloquecida que no sabe comportarse y tú eres Don Perfecto... ¿Verdad?

No contestó.
Se limitó a mirarme sin saber dónde quería ir a parar.

—Quizá sea hora de que empieces a plantear tus prioridad, porque ha quedado muy claro que una de ellas no es apoyarme por encima de todo cómo has intentado hacerme creer...

Podía sentir como las lágrimas y el nudo de mi garganta amenazaban con derrumbarme allí mismo.

—No tienes ni idea de lo que hablas, no puedo hacer todos a un lado para ponerte en un pedestal...

Le golpeé en el pecho con una mano y di un paso hacia atrás.

—Gracias, me has hecho ver una vez más que no debo confiar en ti...

—Cohen...

—...Si no puedo estar con alguien que me apoye al cien por cien prefiero estar sola.

Di otro paso hacia atrás y levanté la palma de la mano llamando uno de los taxis que se encontraban aparcados en la calle del restaurante.

—¿Estás segura?

Tragué saliva.

—Estaba segura de que ibas apoyarme, porque así lo has dicho, pero ha ocurrido lo que siempre sucede cuando decido confiar en ti; me decepcionas...

Él se pasó la mano por la frente como si estuviera sudando.

—Eso es golpe bajo.

—¿Crees que ponerme en ridículo no lo ha sido?

El taxi paró a mi lado y me monté sin decir ni una sola palabra más.

Le dije la dirección al conductor y apoyé la cabeza hacia atrás mientras las lágrimas empezaban a deslizarse por mis mejillas.
¿Por qué con él tenía que ser todo tan complicado?
Solo necesitaba que me apoyara una vez, solo una vez, de ahí que confiara en él hasta el punto de pedirle que me acompañara esa noche.
Todos teníamos derecho a equivocarnos, pero eso de tropezar siempre con la misma piedra me empezaba a hartar.

Hola bombones!
Qué tal os ha tratado el fin de semana?
Hasta el miercoles💜

ACCIDENTALMENTE TUYA © 1º PARTEOnde histórias criam vida. Descubra agora