33. BYBEE

112K 9.4K 138
                                    

33ÁLBUM: Trabajando para el arrogante CANCIÓN: Cold Cold Heart Norah Jones

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

33
ÁLBUM: Trabajando para el arrogante
CANCIÓN: Cold Cold Heart Norah Jones

El lunes recibí la nota de mi examen por correo electrónico.
No lo había aprobado y me sentía muy frustrada. No conseguí probar bocado en todo el día y ahora iba en el metro de camino a la dichosa oficina.
Antes de ir a mi puesto tenía que pasar por recursos humanos para firmar el contrato de trabajo.
Para cuando llegué a mi puesto, que era en la salita antes del despacho de Wesley eran las dos menos cuarto.
—Ha pedido que entres—dijo su secretaria apuntando con un bolígrafo a la puerta del despacho de ahora también mi jefe.
Dejé mi bolso y el abrigo en mi silla.
Ahora la salita disponía de dos mesas, una a cada extremo de la sala, en ambas había lo mismo. Un ordenador, una silla, lapiceros y bolígrafos perfectamente alineados y nada más.
Golpeé la puerta con los nudillos y esperé oír su voz permitiéndome entrar. Respiré hondo antes de dar un paso, rezando en silencio para que Wesley no me jodiera esta vez.
Estaba muy cansada mentalmente como para tener que aguantar su arrogancia.
—Llegas tarde Cohen.
Cerré la puerta y me quedé ahí parada ante él sin ninguna expresión en el rostro.
—Tuve que pasar por recursos humanos para firmar el contrato.
Él se llevó el dedo índice a los labios mientras inspeccionaba mi vestimenta.
—Sigues castaña—puntualizó.
—Sí.
—¿Por qué?
—Por que sí, ya está.
—Las condiciones eran...
—Conozco muy bien tus condiciones, y no pienso teñirme el cabello porque tú me lo digas, conozco mis derechos.
Él alzó una ceja y luego soltó una risita negando con la cabeza.
Iba con una falda de tubo rosa y una camisa de color salmón claro. Y unos tacones rosa, los cuales me puse justo antes de salir del metro.
No pensaba ir a universidad en tacones, tenía que caminar demasiado antes de llegar hasta allí.
—Missy tiene unos cuantos trabajos para que hagas antes de las seis...—Siguió ahí mirándome—. Venga muévete, el trabajo no se hará solo.
Volví a respirar hondo y salí de su despacho.
—Missy, me ha dicho Don Cascarrabias que tienes algo para mí.
Al oír cómo le llamaba la vi sonreí de lado. Quizá alguien también estaba de acuerdo conmigo referente a Wesley.
—Sí, necesito que vayas al archivero, en la planta veintisiete y me traigas las carpetas del Titam Soft.
Asentí y fui a por ello.
La recepcionista del archivero me recordó a Sofía Vergara.
—Hola, Missy la secretaria de We... del señor Gallagher me ha pedido que viniera a coger las carpetas del Titam Soft.
La copia de Sofía Vergara me miró unos segundos y me analizó.
—¿Eres la ayudante de Missy de las tardes?—su voz era ronca, parecida a la voz que tendría un transexual. Jamás me atrevería a pregúntaselo, pero estaba casi segura de que lo era.
—¿Es qué hay una por las mañanas?
Se rio. Tenía unos labios carnosos de dar envidia. Los míos eran finos y siempre tenía que usar pintalabios rellenador para darles volumen.
—Sí, también ha empezado hoy, creo que se llama Susan... o Sara, no tengo ni idea, sólo sé que es una estirada.
Solté una risilla.
Se me había olvidado que Wesley contrataría una chica por las mañanas para ayudar a Missy.
Miré a la copia de Sofía y lo supe, era la maruja del JJC. Todas las empresas tenía alguna maruja, y al parecer JJC ya tenía la suya.
—¿Qué decías que querías?
—Las carpetas de Titam Soft para Missy.
Ella abrió mucho los ojos como si no le hubiera dicho nunca mis intensiones.
—Un segundo, ahora mismo te las traigo.
La miré levantarse y entrar a un cuarto que había al fondo. Caminaba con una sensualidad que me dejaba en ridículo con mi andar de pato mareado encima de aquellos tacones.
Rebecca, la chica que estaba casi segura de que era una transexual, me entregó seis archivos pesadísimos para que me los llevara. Cuando llegué en mi planta ya tenía los brazos dormidos.
Deposité los archivos encima de la mesa de Missy y ella me miró interrogativa.
—Aquí los tienes.
—Genial, ahora necesito que...— Cogió unas carpetas vacías de color negro que tenían en su parte delantera el emblema de la empresa y me las entregó—. Necesito que pongas en todas ellas, de manera ordenada una hoja de cada una de esas carpetas y cuando lo termines lleves al señor Gallagher para que te dé el visto bueno.
Miré la pila de seis carpetas e hice una mueca.
¿En eso consistía mi trabajo ahora? ¿Ordenar folios? ¿Y para eso necesitaba tacones? ¿En serio?
—¿Dónde me he metido?— murmuré exasperada para mi misma acercándose a mi mesa para empezar la faena.

ACCIDENTALMENTE TUYA © 1º PARTEWhere stories live. Discover now