18. BYBEE

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18ÁLBUM: Wonder WomanCANCIÓN: Bullet and Target - Citizen Cope

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ÁLBUM: Wonder Woman
CANCIÓN: Bullet and Target - Citizen Cope

No tuve opción.
Estaba machacando a Wesley y sentí la necesidad de hacer algo.  
Rebusqué con la mirada el desastre que teníamos ante nosotros y vi un precioso jarrón de porcelana china con delicados dibujitos azules.

Espero que no seas muy caro...

No me lo pensé mucho, solo esperaba que Emy no le tuviese mucho cariño al jarrón.
Lo cogí como pude entre la mano buena y mala, y fui en dirección a los chicos.
Estaban enzarzados en la pelea y ni siquiera se dieron cuenta de mi presencia.
Cuanto más me acercaba, más fuerte latía mi corazón.
Nunca había atentado contra la integridad de nadie y eso me puso muy nerviosa.

Alcé el jarrón en el aire dispuesta a estampárselo contra la cabeza del chico que le estaba dando una paliza a Wesley.

¿Pero a quién se le ocurre pegar un tío tres veces más grande que él? ¿Estamos tontos?

—¡Bee, no! — Gritó Emy agitada.

Obviamente no le hice caso, aunque quisiese no hubiese podido parar. El jarrón se resbaló de mis dedos precipitándome sobre la cabeza del chico, quien se cayó sobre Wes.
No hace falta decir que el jarrón acabó hecho añicos.

Menudo cabezota.

—¿Está muerto? Oh... Dios, mío. ¿Está muerto? — preguntó Emy desesperada. No dejaba de moverse inquieta. Todavía no había abandonado el umbral de la puerta, como si tuviera miedo a entrar.

—¿Se ha muerto? — pregunté mirando el cuerpo inmóvil del chico que había golpeado.

Wes parecia recuperarse aún tendido en el suelo. Tenía la cara manchada de sangre y le empezaba a hinchar el ojo izquierdo.

Se incorporó un poco y le tomó el pulso al chico.

—Mala hierba nunca muere.

En la habitación se escuchó más de un suspiro de alivio. Emy cerró la puerta de la entrada y vino hacia nosotros.

—Te dije que no hicieras ninguna tontería, mira cómo estás. —Le regañó Emy arrodillándose a su lado.

Miré a mi alrededor buscando la nevera. Había que coger algo de hielo para que se lo pusiera en la cara o se le hincharía demasiado y sería peor.

Abrí el frigorífico, al no ver cubitos de hielo, cogí una bolsa de maíz congelada y me acerqué a ellos.
—Póntelo en la cara.

A primeras se negó, pero acabó haciéndome caso.

—Deberíamos llamar a la policía.

—Deberían estar al llegar.

Por el rabillo del ojo vi como Emy empezaba a asustarse.
La miré.
Temblaba mientras nos miraba a los dos con los ojos abiertos de par en par.

—¿Por qué tienes tanto miedo? —Le pregunté desconfiada.

Antes de que pudiera contestar el por qué, alguien empezó a golpear la puerta con fuerza.

Los tres nos tensamos.

Mi corazón empezó a latir desbocado.

—¡Emy! — gritó una voz masculina sin dejar de golpear la puerta con los nudillos.

—Es Gabe.

En un primer instante nadie se movió, con que yo lo hice y fui a abrir la puerta.

Gabe no venía solo, el médico que me curó cuando estaba en el hospital iba con él. Ninguno de los dos me saludó o miró siquiera, una vez que vieron a los dos hermanos en el suelo se quedaron paralizando ante el umbral de la puerta.

—Pero ¿qué...?

—Omar pegó a Emy...—confesó Wes levantándose con dificultad.

Gabe entró al piso decidido. Miró el cuerpo del tal Omar y luego se agachó para abrazar a Emy, quien rompió en llanto.

—Vine a defenderla, pero acabó ganándome...

—¿Te ganó? ¿Cómo es eso posible? Está en el suelo inconsciente...— preguntó el médico sacando su móvil y marcando un número.

—No estoy en forma... y eso es cosa de esa de ahí.

Wesley hizo una mueca y me señaló. El médico me miró por primera vez y frunció el ceño.

—¡Wes!... Hola me gustaría denunciar una agresión... sí, la chica está bien, sí, el chico está inconsciente... sí. No....

Y así siguió contestando a las preguntas al otro lado de la línea mientras fulminaba a Wesley con la mirada.

—Gracias— susurró Wes acercándose a mi—. Por dejarle K.O.

Sonreí.

—Cuando quieras.

Cogí su mano y guié la bolsa de maíz congelado a su cara mientras él me dedicaba una mueca de dolor.

Se veía penoso, pero al menos estaba bien.

La policía no tardó en llegar y empezar el interrogatorio después de que los paramédicos llevaran a Omar en camilla. Iban a revisar a Wes y a Emy para saber si estaban bien pero el doctor Gallagher se adelantó y les hizo saber que ya se encargaría él de sus curativos.

Había mucha gente en el pasillo y mis amigas no eran las que menos. Estaban encantadas, les chiflaban los cotilleos y estaban en primera línea. Lo sucedido había ocurrido en la misma planta de su departamento, habría que aprovechar.

Todos tenían curiosidad por saber qué había pasado.

Las chicas hacían señas para que me acercara, pero tenía que esperar a que me tomaran testimonio.

Debía decirles que le había atizado al tal Omar con el jarrón en la cabeza. ¿No?

HASTA VIERNES BOMBONES

ACCIDENTALMENTE TUYA © 1º PARTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora